LA GRACIA 2022/01/07 Cómo vencer al mundo

El mundo es el quiere imponerte valores, que pretende que todos pensemos, hablemos, deseemos y consumamos lo mismo; y quien hace la diferencia es quien se ha encontrado con Cristo, quien cree que Él es único Dios eterno, que nació y murió para salvarnos.

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El gobierno de la India impide que las Misioneras de la Caridad reciban fondos del extranjero

“Las Misioneras de la Caridad [fundadas por Madre Teresa de Calcuta] han confirmado a la Agencia Fides que el gobierno federal indio no les ha renovado el reconocimiento como «organismo caritativo», impidiendo de este modo la posibilidad de obtener financiación desde el extranjero. el vicario general de la arquidiócesis de Calcuta califica lo ocurrido como «cruel regalo de Navidad a los más pobres»…”

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Somos el buen olor de Cristo

Hablando de su apostolado, san Pablo constata que ha recibido la sublime misión de esparcir por todas partes la fragancia de Cristo (2 Cor. 2,14). En medio de un mundo corrompido por el hedor del pecado (cf. Rom. 3,10ss) contempla su acción evangelizadora como un difundir por el mundo entero el buen olor del conocimiento de Aquel cuyo nombre es «ungüento derramado» (cf. Ct. 1,3; Sir. 24,15). En el fondo de esta imagen late la convicción del inmenso atractivo de Cristo y de su amor, «que excede todo conocimiento» (Col. 3,19).

En ese versículo el «buen olor» es el mensaje de Cristo. Pero en el versículo siguiente desarrolla la imagen afirmando: «nosotros somos el buen olor de Cristo» (2 Cor. 2,15). Su misma vida, su misma existencia transformada, es buen olor, resulta atrayente. Sin embargo, remite a otro, es «buen olor de Cristo»: tratándose de una existencia transformada por Cristo, el perfume que exhala remite a Cristo; puesto que ha dejado a Cristo vivir en sí mismo (Gal. 2, 20), su vida toda remite a Cristo. Mensaje y mensajero se identifican.

Algo semejante encontramos en el texto ya citado de 2 Cor. 3,18: el apóstol refleja «como un espejo la gloria del Señor». Es un signo vivo del Señor y de su acción poderosa; pero un signo creciente, pues conforme va siendo transformado en Cristo, va reflejando su imagen y su gloria de manera cada vez más perfecta. Transformado en su interior -«ha hecho brillar la luz en nuestros corazones»- acaba manifestando esa vida nueva al exterior, pues ha sido transformado «para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que está en el rostro de Cristo» (2 Cor. 4,6).

De hecho, ya desde el comienzo, la simple noticia de su conversión constituía un testimonio viviente de la vida y del poder de Cristo: «las iglesias de Judea que están en Cristo no me conocían personalmente. Solamente habían oído decir: «El que antes nos perseguía ahora anuncia la Buena Nueva de la fe que entonces quería destruir». Y glorificaban a Dios por causa mía» (Gal. 1,22-24).

La paciencia y la misericordia que Cristo ha tenido con él sirven de ejemplo para otros muchos (1 Tim. 1,13-16). De este modo, hasta su misma obstinación y pecado han sido motivo de testimonio -más aún, el máximo motivo-, pues han dado ocasión para que Cristo muestre quién es y de lo que es capaz, al transformar al perseguidor en apóstol.

De este modo, hasta las situaciones aparentemente más negativas se convierten en ocasión de testimonio. Humanamente la situación de encarcelamiento constituye una traba absoluta para la evangelización. Sin embargo, Pablo, prisionero por Cristo, puede escribir a los de Filipos: «quiero que sepáis, hermanos, que lo que me ha sucedido ha contribuido más bien al progreso del Evangelio; de tal forma que se ha hecho público en todo el Pretorio y entre todos los demás, que me hallo en cadenas por Cristo. Y la mayor parte de los hermanos, alentados en el Señor por mis cadenas, tienen mayor intrepidez en anunciar sin temor la Palabra» (Fil. 1,12-14).

En su misión de predicar a Cristo, San Pablo no ha olvidado que era absolutamente esencial dejarse configurar con Cristo. «Crucificado con Cristo» (Gal. 2,19), su existencia se ha ido plasmando a imagen y semejanza de su Señor. La vida y las actitudes de Cristo se reproducían en las de su enviado. Y por eso su existencia toda era testimonio elocuente de Cristo. Y por eso podía exhortar: «Sed imitadores míos, como yo lo soy de Cristo» (1 Cor. 11,1). Cuando a lo largo y ancho del Imperio Romano los hombres y mujeres escuchaban a Pablo predicar a Cristo, podían ver reflejado en él al Cristo que anunciaba, pues era transparencia perfecta de Cristo, otro Cristo.


El autor de esta obra es el sacerdote español Julio Alonso Ampuero, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

ROSARIO de las Semanas 2022/01/05

#RosarioFrayNelson para el Miércoles:
Contemplamos los Misterios de la Infancia de Jesús

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la infancia contemplamos la Anunciación a María Santísima y la Encarnación del Hijo de Dios.
  2. En el segundo misterio de la infancia contemplamos la visita de la Virgen Madre a su pariente Isabel.
  3. En el tercer misterio de la infancia contemplamos el sufrimiento que pasó San José, y la fe amorosa que tuvo.
  4. En el cuarto misterio de la infancia contemplamos el Nacimiento del Hijo de Dios en el humilde portal de Belén.
  5. En el quinto misterio de la infancia contemplamos la Epifanía: Jesús es luz para las naciones, y así es adorado por unos magos venidos de Oriente.
  6. En el sexto misterio de la infancia contemplamos la Presentación del Niño Jesús en el templo de Jerusalén.
  7. En el séptimo misterio de la infancia contemplamos a Jesús Niño en el templo, ocupado de las cosas de su Padre del Cielo.

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LA GRACIA 2022/01/06 Qué significa amar genuinamente

El amor a Dios se conoce por el amor al prójimo y el amor al prójimo se conoce por el amor a Dios, que se manifiesta en la guarda de los mandamientos de Dios.

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400 años de la canonización de Santa Teresa de Jesús

“El Carmelo Descalzo se viste de fiesta este año 2022 para recordar con júbilo la canonización de la Madre Teresa de Jesús. Se cumplen 400 años de la gran ceremonia que tiene lugar el 12 de marzo de 1622 en la basílica de San Pedro de Roma. No sólo llega a los altares la santa castellana, sino que son 5 los santos canonizados ese mismo día: Santa Teresa de Jesús, San Isidro labrador, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y San Felipe Neri. Es el Papa Gregorio XV quien preside tan emblemático evento. Antes, el 24 de abril de 1614, el Papa Paulo V celebra la beatificación. Todo es fruto de los procesos de beatificación y canonización que recogen testimonios preciosos y llenos de vida de santidad de la gran mística doctora. Bien merece la pena leerlos este año para conocer mejor en intimidad a esta gran maestra de oración…”

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¿Por qué en algunos países se celebra la Epifanía siempre en domingo?

Padre Medina> Este a;o ca[i en cuenta que la celebración de la Epifanía o de los Reyes Magos, tiene distintas fechas en distintos lugares: por una parte, hay países, como su apís,Colombia, que celebran la Epifanía siempre en domingo, a saber, el domingo posterior al 1 de Enero, según he averiguado. En muchos otros, como España, se conserva la fecha tradicional el fija, el 6 de Enero. Mi pregunta es por qué ese cambio para el domingo. Gracias! — F.G.

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Entiendo yo que han sido dos los criterios que han seguido las Conferencias Episcopales de países como Colombia. Primero, un criterio teológico: llevar las Solemnidades litúrgicas del Señor al día domingo, que es el día del Señor. Por ese mismo motivo se ha trasladado también la Fiesta de Corpus Christi al domingo.

En segundo lugar, hay un criterio pastoral. Una celebración como la Epifanía es día de precepto, y se espera que los cristianos asistan a la Santa Misa. Ello no es tan fácil de cumplir si se sigue la norma del 6 de Enero, que a menudo cae en día de entre semana, con la consiguiente dificultad de muchos fieles laicos para cumplir el hermoso precepto de la eucaristía. Ello es mucho más sencillo y expedito si la Epifanía se celebra en domingo.

Por otra parte, si dejamos de lado la costumbre, el día 6 de Enero no tiene muchos argumentos a su favor. Según sabemos, la Epifanía empezó a celebrarse hacia los siglos IV y V en iglesias de Oriente, como una especie de reemplazo a festividades paganas que de tiempo atrás se celebraban en esos días, y muy específicamente en la noche del 5 al 6 de Enero. Ese no es un argumento muy fuerte a favor de esa fecha en particular.

Por supuesto, todo esto decimos en gustoso respeto por las tradiciones de cada país, y las disposiciones de sus señores obispos.