El impacto de la asistencia a la iglesia en el desarrollo infantil y la vida familiar

“Los niños criados por padres casados ??enfrentan menos pobreza y están mucho más seguros, ya que el riesgo de abuso infantil es mucho menor. Más estudiosos están de acuerdo en que los niños que son criados por sus dos padres biológicos en un matrimonio estable se desempeñan mejor que los niños criados en otras formas familiares. Además, es mucho más probable que los padres que se casan antes de tener hijos permanezcan juntos. Esencialmente, la estabilidad y la presencia de ambos padres es fundamental para los niños…”

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Recordando al P. Loring

La gente valora tres cosas:
Lo útil, lo hermoso y lo alegre.

Lo útil porque es práctico.
Lo hermoso porque es agradable.
Lo alegre porque es divertido.

Pues estas tres cosas las otorga la fe católica practicada.

¿Hay algo más práctico que el pasaporte para una felicidad total y eterna?

¿Hay algo más hermoso que la belleza espiritual?
Un belleza corporal, en un carácter egoísta y caprichoso, es repelente.
Y una belleza espiritual, incluso en un cuerpo no bello, resulta atractiva.
Lo físico atrae, pero la virtud enamora.
El santo católico es lo más maravilloso que existe.

¿Hay algo más alegre que una pureza limpia?
Madrid se vio distinto con la alegría de los jóvenes de la JMJ. Y hay un dato muy importante.

El extraordinario escritor Eulogio López en el Boletín especial de Hispanidad del 24 de septiembre de 2011, en INTERNET, dice que dos redactores del periódico anticatólico PÚBLICO recibieron la orden de hacer una investigación en la farmacias madrileñas para publicar un artículo titulado LA VENTA DE CONDONES SE DISPARA DURANTE LA JMJ.

Pero no pudo ser porque el resultado de la investigación fue que no se vendieron más sino menos. ¡Y Madrid estaba invadido por más de un millón de jóvenes católicos! ¡¡¡QUÉ LECCIÓN!!!

¡¡¡ JÓVENES PUROS Y ALEGRES!!!

(Colaboración del P. Jorge Loring, S.J. –Bendito sea Dios, un gran jesuita, que sí los hay.)

ROSARIO de las Semanas 2021/10/21

#RosarioFrayNelson para el Jueves:
Contemplamos los Misterios de la vida pública del Señor

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la vida pública contemplamos a Jesús, que es bautizado por Juan en el Jordán y recibe la unción del Espíritu Santo.
  2. En el segundo misterio de la vida pública contemplamos que el diablo tienta a Jesús en el desierto pero al final tiene que retirarse derrotado.
  3. En el tercer misterio de la vida pública contemplamos las bodas en Caná de Galilea, donde Cristo dio su primera señal como Mesías.
  4. En el cuarto misterio de la vida pública contemplamos a Jesús, que predica la Buena Nueva a los pobres.
  5. En el quinto misterio de la vida pública contemplamos a Jesús, que llama a algunos discípulos para que estén con él y sean sus apóstoles.
  6. En el sexto misterio de la vida pública contemplamos la transfiguración del Señor, verdadero anuncio de su pasión y de su pascua.
  7. En el séptimo misterio de la vida pública contemplamos la institución de la Eucaristía y el mandamiento de amar como Jesús nos ha amado.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

Paralelismo entre la caída de Roma y lo que está ocurriendo en Occidente

“He escrito varios ensayos que tratan de describir por qué hemos llegado a la situación ideológica que vive el mundo actual y a qué se debe la evidente decadencia occidental. Documentándome para ello, llegó un momento en que me di cuenta de hasta qué punto el proceso de la decadencia y caída de Roma era semejante a la historia que estamos viviendo en Occidente, desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. Causa estupor hasta que punto se están repitiendo mecanismos, sucesos y procesos idénticos a los que entonces se dieron. Créanme si les digo que el paralelismo llega a ser siniestro. Me di cuenta entonces de que los romanos que vivieron en la época de Teodosio I tenían la misma seguridad en la permanencia y en la proyección hacia el futuro de su cultura y civilización, que la que tenemos nosotros en la nuestra. Solo ochenta años después, lo que había sido la mayor civilización que habían visto los siglos desapareció sin remedio. Puede que nuestra cultura no llegue a durar tanto y, sin embargo, nos sentimos seguros y nos proyectamos hacia el futuro sin límite…”

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«Heraldo de Cristo» (1 Tim. 2,7)

«Heraldo de Cristo» (1 Tim. 2,7)

Para exponer el sentido de su tarea de evangelizador Pablo encuentra una expresión que gusta aplicarse a sí mismo: heraldo (keryx; aunque el sustantivo sólo aparece tres veces, el verbo, Keryssein -«proclamar»- lo usa 19 veces).

El heraldo era un mensajero que en nombre del emperador anunciaba al pueblo un mensaje que les afectaba para su vida; en realidad, él era un instrumento por cuya mediación la voz del gobernante llegaba al pueblo; no proclamaba sus propias convicciones, sino que era el portavoz del rey y hablaba con su autoridad.

Al principio sólo se les exigía tener buena voz, una voz clara y potente. Pero como a veces el heraldo exageraba o deformaba las noticias, comenzó a exigírseles fidelidad a las instrucciones recibidas de su superior, tanto en el contenido como en el modo de anunciarlo; no podían añadir ni quitar nada por propia iniciativa, pues su anuncio no tenía origen en ellos mismos…

Pues bien, Pablo tiene conciencia de hablar como heraldo de Cristo. Pero lo que transmite no es una información cualquiera, sino la noticia de un acontecimiento (la muerte y la resurrección de Jesús) a través del cual Dios ha comenzado su intervención definitiva en la historia; y este acontecimiento es de tal importancia que si no fuera real, toda la predicación carecería de sentido (1 Cor. 15,14). Además, es un mensaje que afecta a toda la humanidad, pues habiendo muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra salvación, Cristo comunica su victoria a los que le acogen por la fe (Rom. 4,23-25).

Como mensajero personal de Cristo, Pablo sabe que él es puro instrumento e intermediario; instrumento necesario, desde luego, pues «¿cómo creerán en Aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique?» (Rom. 10,14); pero instrumento al fin. Y como tal, es consciente de que está al servicio de un diálogo que debe instaurarse entre Dios y los hombres: a través de él Dios habla a los hombres -a cada hombre-, y estos deben dar una respuesta personal al Dios que les dirige su palabra, mediante lo que Pablo llama la «obediencia de la fe» (Rom. 1,5; 16,26). Por medio de él se inicia ese «diálogo de salvación» en el que los hombres son urgidos a dar la respuesta de fe que les introduzca en el acontecimiento que transformará tanto sus vidas como la historia misma del mundo. La predicación es absolutamente necesaria para que se inicie ese diálogo de fe y salvación: «plugo a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación» (1 Cor. 1,21). Los hombres sólo pueden ser salvados si les son enviados mensajeros que les anuncien con autoridad la Buena Nueva (Rom. 10,14-17).


El autor de esta obra es el sacerdote español Julio Alonso Ampuero, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

ROSARIO de las Semanas 2021/10/20

#RosarioFrayNelson para el Miércoles:
Contemplamos los Misterios de la Infancia de Jesús

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio de la infancia contemplamos la Anunciación a María Santísima y la Encarnación del Hijo de Dios.
  2. En el segundo misterio de la infancia contemplamos la visita de la Virgen Madre a su pariente Isabel.
  3. En el tercer misterio de la infancia contemplamos el sufrimiento que pasó San José, y la fe amorosa que tuvo.
  4. En el cuarto misterio de la infancia contemplamos el Nacimiento del Hijo de Dios en el humilde portal de Belén.
  5. En el quinto misterio de la infancia contemplamos la Epifanía: Jesús es luz para las naciones, y así es adorado por unos magos venidos de Oriente.
  6. En el sexto misterio de la infancia contemplamos la Presentación del Niño Jesús en el templo de Jerusalén.
  7. En el séptimo misterio de la infancia contemplamos a Jesús Niño en el templo, ocupado de las cosas de su Padre del Cielo.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]