El llamado que no se apaga

Podremos decir que vivimos tiempos fáciles o tiempos difíciles pero en todo tiempo Dios nos quiere santos.

Podremos decir que tenemos vocación de celibato, de comunidad o de matrimonio, pero en todos los estados Dios nos quiere santos.

Podremos decir que tuvimos una infancia feliz o muy dura pero, haya sido cual haya sido nuestro pasado, una cosa es segura: Dios nos quiere santos.

Podremos decir que tenemos distintas edades, razas o culturas pero en todas partes Dios nos quiere santos.

Podremos decir que tuvimos buena o mala salud, muchos o pocos amigos, dulce o amargo carácter, en todo caso y de todas maneras, Dios nos quiere santos.

Sólo eso: Dios nos quiere santos.