Los obispos colombianos preocupados por la situación de agitación social que se está presentando en diversas ciudades del país, convocaron una Jornada de Oración, este viernes 7 de mayo, en todas las parroquias del país para que se detenga la violencia, las agresiones, el abuso de la fuerza y la muerte, mientras recuerdan que si bien la protesta pacífica es un derecho, se debe ejercer en el respeto de las disposiciones establecidas ante la grave emergencia sanitaria que vive el país a causa de la pandemia de Covid-19.
La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) expresa en un comunicado su postura ante las protestas que desde el primero de mayo se han desencadenado en todo el país. Si bien reconocen el derecho a la protesta como alternativa para obtener reivindicaciones sociales, rechazan el uso de la violencia y el irrespeto de las normas de seguridad sanitaria fundamentales en este momento de emergencia pandémica.
“Rechazamos decididamente, sea cual fuere su proveniencia, las violaciones a los derechos humanos, los actos de violencia vandálica, los bloqueos a la movilidad y al abastecimiento de alimentos, la desaparición de personas, los atentados contra la integridad física de cualquier persona, los destrozos causados a los bienes públicos y privados”, puntualiza la CEC.