En otras ocasiones he comentado sobre cuántos ataques e insultos uno puede recibir si propaga la fe católica completa, sin maquillaje ni disimulo (y también: sin exageración ni fundamentalismo). Por eso mismo es bueno compartir como testimonio que uno también recibe múltiples bendiciones, y de entre tantas quiero compartir esta:
SALVE MARÍA. Hermano sacerdote, que Dios le bendiga, y la Virgen María le proteja con su manto divino, por la Santísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo; le cubra de todo mal, de toda enfermedad, y a todos también los que trabajan con Usted. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal. Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío. Amén. — L.M.A.