Señor, tú me ofreces este año nuevo
como una vidriera a juntar
con piezas de todos los colores
que representan los días de mi vida.
Pondré el rojo de mi amor y mi entusiasmo,
el malva de mis penas y mis duelos,
el verde de mis esperanzas y el rosado de mis sueños,
el azul o el gris de mis compromisos o de mis luchas,
el amarillo y el oro de mi cosecha …
reservaré el blanco para los días ordinarios.
y el negro para aquellos en los que estaré ausente.
Cementaré el todo con la oración de mi fe.
y con mi serena confianza en ti.
Señor, te pido simplemente que ilumines desde el interior,
este vitral de mi vida a la luz de tu presencia y con el fuego de tu Espíritu de vida.
Así, por transparencia, aquellos que yo encontraré este año,
descubrirán quizás el rostro de tu amado Hijo Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.
Oración del sacerdote Gastón Lecleir