Al revisar nuestra genealogía podemos mirar a Cristo y decirle que es uno de los nuestros, permitiendo que lo recibamos con el mismo amor y humildad con la que Jesús quiso venir a esta tierra.
“Este viernes 13 de diciembre el Papa Francisco cumplió 50 años de ordenación sacerdotal, recibiendo las muestras de aprecio y cercanía de obispos y fieles de todo el mundo, a quienes agradeció con un breve mensaje en su cuenta de Twitter. “Gracias por haberme acompañado en este aniversario. Sigo pidiendo el apoyo de vuestra oración”, expresó el Papa Francisco en la cuenta @Pontifex_es…”
En el primer misterio glorioso contemplamos la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
En el segundo misterio glorioso contemplamos la Ascensión de Cristo a los Cielos.
En el tercer misterio glorioso contemplamos el día de Pentecostés: la efusión del Espíritu Santo da nacimiento a la Iglesia.
En el cuarto misterio glorioso contemplamos la santidad de la Iglesia, especialmente visible en sus mártires, ya desde los primeros tiempos.
En el quinto misterio glorioso contemplamos la Asunción de la Virgen María y el poder singular de su intercesión por la Iglesia que peregrina.
En el sexto misterio glorioso contemplamos la segunda venida de Cristo, y que de su Reinado han de participar para siempre la Virgen María y todos los santos.
En el séptimo misterio glorioso contemplamos que la muerte misma morirá, y que Dios será todo en todos.
[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]
El camino del arrepentimiento y del reconocimiento de nuestras faltas es necesario para emprender un camino de conocimiento de Cristo y una verdadera relación con Dios.
“La hermana Isabel fue arrestada en febrero de 1937, en la cárcel fue insultada y golpeada por los milicianos republicanos. Querían obligarla a blasfemar, pero ella respondió con jaculatorias…”
Indicaciones y sugerencias concretas para que esta Navidad y cada Navidad toque profundamente la vida de familia con la fuerza renovadora que viene con Jesucristo.
Nos fijamos en la familia de Nazareth y en las condiciones en que vino nuestro Señor a esta tierra. Su familia fue pobre, rechazada y peregrina. Fue una familia dirigida por el amor sabio de San José y guiado por el trabajo honesto y compartido.