Buenas noches Fray Nelson. Esperando esté ya bien de salud. Y bueno, no pocos católicos relacionan los éxtasis de santos con “orgasmos” espirituales. Si pudiera aclarar este punto. Saludos desde Méjico.
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Hay un parecido y muchísimas diferencias; tantas, que la comparación, lejos de ilustrar, desorienta y conduce a comentarios o imágenes morbosas, cínicas, superficiales o blasfemas.
El leve parecido está en que en ambos casos hay una intensidad de alegría y gozo parece haber una comparación. Las diferencias, en cambio, son notables son muchas:
1. El placer físico puede darse aún en contra de la moral, y por tanto, de Dios mismo. Imposible y absurdo si se trata del gozo espiritual.
2. El placer puramente físico obnubila la mente; jamás en el caso del gozo en Dios.
3. El solo placer físico tiende a la idolatría, si no se toman las medidas necesarias; por supuesto: no tiene nada que ver con la alegría que viene del Espíritu Santo.
4. El placer físico absorbe de tal manera la atención que a menudo cambia las priridades y altera la escala de valores de la persona. Jamás en el ámbito realmente espiritual.
5. El placer físico tiene su fin propio más allá de él mismo, en el acto de generación, con lo que se ve que tiene más carácter de medio que de fin; exactamente lo opuesto sucede en el gozo espiritual.
6. El placer puramente físico encierra a la persona en sí misma, y en el caso de una pareja, la encierra en su intimidad, de modo que por supuesto no quieren ni deben compartirlo; todo lo contrario sucede en el ámbio del Espíritu.
7. El solo placer físico produce tarde o temprano hastío y vacío; jamás en el caso del placer realmente espiritual.