Recibe los consejos que te den en la dirección espiritual, como si viniesen del mismo Jesucristo. Me has pedido una sugerencia para vencer en tus batallas diarias, y te he contestado: al abrir tu alma, cuenta en primer lugar lo que no querrías que se supiera. Así el diablo resulta siempre vencido. -¡Abre tu alma con claridad y sencillez, de par en par, para que entre -hasta el último rincón- el sol del Amor de Dios! Si el demonio mudo -del que nos habla el Evangelio- se mete en el alma, lo echa todo a perder. En cambio, si se le arroja inmediatamente, todo sale bien, se camina feliz, todo marcha. -Propósito firme: “sinceridad salvaje” en la dirección espiritual, con delicada educación…, y que esa sinceridad sea inmediata.