Libres del poder de los espejismos en la pareja y la familia

Homilía para el Domingo VIII del Tiempo Ordinario, ciclo C – 3 de Marzo de 2019

Aquella expresión de Cristo, que un ciego no puede guiar a otro ciego, porque los dos caerán al hoyo, se cumple también en la pareja. Los “hoyos” típicos son las agresiones mutuas, la indiferencia, y una vida de apariencia y fachada.

Las parejas están “ciegas” en el sentido de que se “enceguecen” con espejismos, de los cuales hay cinco para destacar:

(1) Concentrarse en la boda o en la luna de miel, olvidando que el matrimonio no es un punto en la vida ni un episodio. Luego, los varones caen con facilidad en estos espejismos:

(2) Concentrar su atención solo en lo físico haciéndose ciegos a la belleza moral y espiritual que también tiene y desarrolla la mujer.

(3) Aprovecharse de la generosidad femenina con una actitud egoísta que desconoce las necesidades o preferencias de ellas. Las mujeres, por su parte, suelen caer en otros dos espejismos:

(4) Creerse redentoras capacitadas para cambiar y rescatar al hombre que aman.

(5) Huir de una realidad difícil en su casa paterna para unirse en matrimonio a alguien que a menudo repite la misma historia.

De todos estos espejismos y oscuridades nos rescata Cristo con su claridad y la potencia de su gracia que transforma.