ALIMENTO 20180917

Alimento del Alma
Lunes 17 de septiembre de 2018

Convento de Santo Domingo, Bogotá, COLOMBIA.
Tel. +57 (1) 249-3385

No. 9710
Cada día tiene su gracia…

 

 

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* Para el LUNES: Noticias de Comunidad *

Anatomía del Combate Espiritual

¿Cómo no ver la garra del demonio, cómo no sentir su hedor, allí donde el orden de las cosas se pervierte hasta convertirse en caricatura que hace la guerra al propósito orginal de Dios? Suframos juntos la siguiente lista y entendamos la clase de combate en que estamos:

1. Que el vientre femenino, manantial de vida, se convierta, a través del aborto, en una cámara de tortura y luego ejecución de seres humanos inocentes: algo peor que cualquier basurero o cementerio.

2. Que el CRIMEN del aborto se vuelva LEY, y que luego otra ley castigue a quienes quieren impedir o incluso solo disminuir ese crimen.

3. Que algunos de los primeros encargados en predicar la conversión y la santidad, esto es, los sacerdotes, sean primeros en corromper a menores de edad indefensos.

4. Que las comunidades religiosas traicionen sus propios carismas, de modo que quienes debieran brillar en una determinada virtud se destaquen exactamente por el vicio opuesto.

5. Que la liturgia, cumbre del honor que el hombre puede tributar a Dios, se convierta en lugar de exhibición y egolatría para el ser humano, de espaldas a Dios.

6. Que se pongan barreras físicas o químicas a la unión íntima entre el hombre y la mujer, y luego ellos digan que están haciendo el amor, cuyo fruto es unión, mientras marcan su mutua distancia.

7. Que las mujeres digan, como si nada, que se están “cuidando” cuando tienen sexo deliberadamente estéril. “Cuidarse” solo puede significar ahí: cuidarse de un enemigo/problema/intruso llamado “hijo.” ¡Madres que ya rechazan a los hijos que no han tenido!

8. Que haya quienes para evangelizar al mundo se acercan tanto a él que al final el mundo los “evangeliza” a ellos, y así algunos clérigos muy destacados se convierten en acérrimos enemigos de la Iglesia a la que supuestamente servían.

9. Que haya seminarios en donde algunos pierden su fe, en medio de escándalos; mientras que algunas casas de formación de religiosos o religiosas sean lugar de deformación moral.

10. Que en tantas ocasiones el mal cuente con profesionales dedicados y el bien solo tenga aficionados inconstantes.

Tiempo este nuestro para orar, y para meditar Efesios 6,10-20.

Fr. Nelson M.
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La Foto de Hoy


Se parece el camino del conocimiento de sí mismo

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Santo del Día

San Roberto Belarmino.-

Uno de los más grandes defensores de la Iglesia contra la Reforma protestante, fue Roberto Francisco Rómulo Belarmino.

Roberto nació en 1542 en la ciudad de Montepulciano, en Toscana, de una noble familia venida a menos. Sus padres eran Vicente Belarmino y Cintia Cervi, hermana del Papa Marcelo II.

Desde niño, Roberto dio muestras de una inteligencia superior. Conocía a Virgilio de memoria, escribía buenos versos latinos, tocaba el violín, y así, pronto empezó a desempeñar un brillante papel en las disputas públicas con gran admiración de sus conciudadanos.

Cuando tenía diecisiete años, el rector del colegio de los jesuitas de Montepulciano escribió sobre él en una carta: “Es el mejor de nuestros alumnos y no está lejos del Reino de los Cielos”.

Por ser sobrino de un Pontífice, podía esperar obtener muy altos puestos y a ello aspiraba cuando era joven, pero su madre que era muy piadosa, lo había convencido de que el orgullo y la vanidad son defectos sumamente peligrosos.

Él cuenta en sus memorias: “De pronto, cuando más deseoso estaba de conseguir cargos honoríficos, me vino de repente a la memoria lo muy rápidamente que se pasan los honores de este mundo y la cuenta que todos vamos a tener que darle a Dios. Me propuse entrar de religioso, pero en una comunidad donde no fuera posible ser elegido obispo ni cardenal. Y esa comunidad era la de los padres jesuitas”.

Así lo hizo, aunque le costó la oposición de su padre. El general jesuita hasta le redujo el tiempo de su noviciado y le destinó casi inmediatamente a proseguir los estudios en el Colegio Romano. Fue recibido de jesuita en Roma en 1560. ¡Quién le iba a decir a San Roberto, que Dios lo tenía destinado a ser cardenal!

Al principio, los sermones de Roberto estaban llenos de frases de autores famosos y de adornos literarios, para aparecer como muy sabio y literato.

Pero de pronto un día, lo enviaron a hacer un sermón sin haberle anunciado con anticipación, y él, sin tiempo para prepararse ni leer, se propuso hacer esa predicación únicamente con frases de la Santa Biblia, -la cual prácticamente se sabía de memoria-, y el éxito fue fulminante.

Aquel día consiguió más conversiones con su sencillo sermoncito bíblico, que las que había obtenido antes con todos sus sermones literarios. Desde ese día, cambió totalmente su modo de predicar: de ahora en adelante solamente predicará con argumentos tomados de la Santa Biblia, no buscando aparecer como sabio, sino transformar a los oyentes. Su éxito fue asombroso.

Roberto tuvo que luchar toda la vida contra la mala salud. Al fin de los tres años de filosofía estaba tan débil, que los superiores le enviaron a tomar los aires natales. El joven religioso aprovechó su estancia en Toscana, para instruir a los niños y dar conferencias de retórica y poética latinas.

Un año más tarde, fue trasladado a Mondavi del Piamonte y destinado a dar cursos sobre Cicerón y Demóstenes. Roberto no conocía del griego más que el alfabeto, pero con su obediencia y energía características, preparaba por la noche la lección de gramática griega que debía impartir al día siguiente.

El futuro Cardenal se oponía al castigo corporal de los alumnos y jamás lo empleó. Además de ejercer el magisterio, predicaba con frecuencia, y el pueblo acudía en masa a sus sermones.

Su provincial, el Padre Adorno, que le oyó predicar un día, le envió inmediatamente a la Universidad de Padua para que recibiese cuanto antes la Ordenación Sacerdotal.

Roberto se entregó ahí nuevamente a la predicación y al estudio, pero al poco tiempo, el Padre General, San Francisco de Borja, le envió a Lovaina a proseguir sus estudios y a predicar en la Universidad, para contrarrestar las peligrosas doctrinas que esparcía el canciller Miguel Bayo y otros. En el viaje a Bélgica, tuvo por compañero al inglés Guillermo Allen, que sería también un día, Cardenal.

Belarmino pasó siete años en Lovaina. Sus sermones fueron extraordinariamente populares desde el primer día, a pesar de que predicaba en latín y era de tan corta estatura, que subía en un banquillo para sobresalir en el púlpito a fin de que el auditorio pudiese verle y oírle. Pero sus oyentes decían que su rostro brillaba de una manera extraordinaria y que sus palabras eran inspiradas.

Después de recibir la Ordenación Sacerdotal en Gante en 1570, ocupó una cátedra en la Universidad de Lovaina. Fue el primer jesuita a quien se confirió ese honor. Sus cursos sobre la “Summa” de Santo Tomás, en los que exponía brillantemente la doctrina del Santo Doctor, le proporcionaban la ocasión de refutar las doctrinas de Bayo sobre la gracia, la libertad y la autoridad pontificia.

No cedió a la tentación de las tácticas mundanas frecuentemente utilizadas en las disputas doctrinales: los ataques personales, el cinismo, el desprecio, las exageraciones, los insultos. Ni siquiera mencionaba los nombres de sus adversarios, sino que se limitaba a elucidar los temas controversiales, enseñando la verdad y exponiendo el error.

No obstante el trabajo abrumador que tenía con sus sermones y clases, San Roberto encontró todavía tiempo en Lovaina para aprender el hebreo y estudiar a fondo la Sagrada Escritura y los escritos de los Santos Padres. La gramática hebrea que escribió entonces para ayuda de los estudiantes, llegó a ser muy popular.

Como su salud empezaba a flaquear, los Superiores le llamaron nuevamente a Italia. San Carlos Borromeo trató de que le destinasen a Milán, pero fue nombrado en 1576 para ocupar la nueva cátedra de teología apologética “De controversiis”, es decir, la defensa de la ortodoxia católica en la Universidad Gregoriana, que en ese tiempo se llamaba Colegio Romano. La apologética era, como lo es hoy en día, de gran importancia debido a la cantidad de errores que tienen confundidos al pueblo.

San Roberto trabajó incansablemente en esa cátedra y en la preparación de los cuatro enormes volúmenes de sus “Discusiones sobre los puntos controvertidos”, popularmente conocidos como “Las Controversias”.

San Roberto en estos libros explica la posición católica ante los errores de los protestantes, luteranos, evangélicos, anglicanos, y otros. Éstos, por su parte, habían sacado una serie de libros contra los católicos, y San Roberto produjo las mejores respuestas. El éxito fue rotundo, teniendo 30 ediciones en 20 años.

Los sacerdotes y catequistas de todas las naciones encontraban en ellos los argumentos que necesitaban para la sana enseñanza. San Francisco de Sales utilizaba mucho estos libros de San Roberto.

Tres siglos más tarde, el competente historiador Hefele, calificaba esa obra como “la más completa defensa del catolicismo que se ha publicado hasta nuestros días”.

San Roberto conocía tan a fondo la Biblia, los Santos Padres y los escritos de los herejes, que muchos de sus adversarios no podían creer que sus “Controversias” fuesen la obra de un solo escritor y sostenían que su nombre era el anagrama de un conjunto de sabios jesuitas.

Las “Controversias” de San Roberto aparecieron en el momento más oportuno, pues los principales reformadores acababan de publicar una serie de volúmenes en los que se proponían demostrar, que desde el punto de vista histórico, el protestantismo era el verdadero representante de la Iglesia de los Apóstoles.

Como esos volúmenes habían sido publicados en Magdeburgo y cada tomo correspondía a un siglo, la colección recibió el nombre de “Las Centurias de Magdeburgo”. Baronio refutó dicha obra desde el punto de vista histórico y Belarmino desde el dogmático.

El éxito de las “Controversias” fue instantáneo: clérigos y laicos, católicos y protestantes leyeron ávidamente los volúmenes. En Londres la obra fue prohibida. Sin embargo, un librero declaró: “Este jesuita me ha hecho ganar más dinero que todos los otros teólogos juntos”.

Uno de los más famosos jefes protestantes exclamó al leer uno de sus libros: “Con escritores como éste, estamos perdidos. No hay como responderle”.

En 1589, San Roberto tuvo que interrumpir algún tiempo sus estudios, para acompañar al cardenal Cayetano en una embajada diplomática a Francia, desgarrada entonces por la guerra entre Enrique de Navarra y la Liga.

La embajada no produjo ningún resultado, pero sus miembros vivieron la experiencia de ocho meses de sitio en París, donde, según San Roberto Belarmino, “no hicieron nada pero sufrieron mucho”.

Al contrario del Cardenal Cayetano, quien favorecía a los españoles, San Roberto apoyaba abiertamente la idea de pactar con Enrique de Navarra, con tal de que se convirtiese al catolicismo. Pero el Papa Sixto V murió por entonces, poco después del fin del sitio, y los embajadores fueron llamados de nuevo a Roma.

Un tiempo más tarde, San Roberto dirigió una comisión a la que el Papa Clemente VIII encargó preparar la publicación de una edición revisada de la Biblia Vulgata.

Ya en la época de Sixto V se había preparado una edición bajo la supervisión del Pontífice, pero la falta de conocimiento de los exégetas y el temor de modificar demasiado el texto corriente, la habían convertido en un trabajo inútil.

La nueva versión, que recibió el “imprimatur” de Clemente VIII, precedida de un prefacio de San Roberto Belarmino, es el texto latino que se usa actualmente.

San Roberto vivía entonces en el Colegio Romano. Como Director espiritual de la casa, había estado en estrecho contacto con San Luis Gonzaga, a quien atendió en su lecho de muerte. El futuro Cardenal profesaba tanto cariño al santo joven, que pidió ser enterrado a sus pies, “pues fue en una época, mi hijo espiritual”.

Por entonces empezó para San Roberto la carrera de los honores. En 1592 fue nombrado Rector del Colegio Romano y en 1594, Provincial de Nápoles.

Tres años más tarde, volvió a Roma a trabajar como teólogo de Clemente VIII. Por expreso deseo del Pontífice, escribió sus dos célebres Catecismos para gente sencilla. Su famoso “Catecismo Resumido” fue traducido a 55 idiomas y ha tenido mas de 300 ediciones, éxito superado sólo por la Santa Biblia y La Imitación de Cristo.

Luego, redactó el Catecismo Explicado, el cual llegó a las manos de sacerdotes y catequistas en todos los países del mundo. Durante su vida logró ver veinte ediciones seguidas de sus preciosos catecismos.

Dios tiene sus caminos. San Roberto entró en los Jesuitas, porque éstos tenían un reglamento que prohibía aceptar cargos en la jerarquía. Sin embargo, por obediencia al Sumo Pontífice, muy en contra de sus deseos personales, llegó a ser el único Obispo y Cardenal de los jesuitas en ese tiempo.

En 1598, Belarmino fue elevado al Cardenalato por Clemente VIII, “en premio de su ciencia inigualable”. El Santo no abandonó su austeridad. Se alimentaba, como los pobres, de pan y ajo y ni siquiera en invierno había fuego en su casa.

En cierta ocasión pagó el rescate de un soldado que había desertado, y regalaba a los pobres los tapices de sus departamentos, diciendo: “Las paredes no tienen frío”.

En 1602, fue inesperadamente nombrado Arzobispo de Capua. Cuatro días después de su consagración, partió de Roma a su sede. Aunque fue admirable en todo, tal vez donde más se distinguía, era en el ejercicio de las funciones pastorales en su inmensa Diócesis.

Haciendo a un lado los libros, aquel hombre de estudios, que no tenía ninguna experiencia pastoral, se dedicó a evangelizar a su pueblo con el celo de un joven misionero y a aplicar las reformas decretadas por el Concilio de Trento.

Predicaba continuamente, visitaba su Diócesis, exhortaba al clero, instruía a los niños, socorría a los necesitados y se ganó el cariño de todos sus hijos.

San Roberto no pudo permanecer más que tres años en Capua, ya que el recién elegido Papa Paulo V, le insistió en que volviese a la Ciudad Eterna. San Roberto renunció a su Diócesis, y a partir de entonces, como encargado de la Biblioteca Vaticana y como miembro de casi todas las Congregaciones, desempeñó un papel muy importante en todos los asuntos de la Santa Sede.

Cuando Venecia abrogó arbitrariamente los derechos de la Iglesia y fue castigada con el entredicho, San Roberto fue el gran paladín pontificio en la discusión con el famoso servita veneciano, Fray Pablo Sarpi.

Otro adversario todavía más importante, fue Jaime I de Inglaterra. El Cardenal Belarmino había reprendido a su amigo, el Arcipreste Blackwell, por haber prestado el juramento de fidelidad a dicho monarca, ya que en él se negaban los derechos temporales del Papa.

El rey Jaime, que se consideraba como un controversista, intervino en la contienda con dos libros en defensa del juramento, a los que respondió el cardenal Belarmino.

En su primera respuesta, San Roberto empleó el tono ligeramente humorístico que manejaba tan bien. En cambio, en el segundo tratado, respondió en forma seria y aplastante a cada una de las objeciones de su adversario.

Aunque defendió abierta y lealmente la supremacía pontificia en lo espiritual, las opiniones de Belarmino sobre la autoridad temporal no agradaban a los extremistas de ninguno de los dos campos.

Como sostenía que la jurisdicción del Papa sobre los reyes era sólo indirecta, perdió el favor de Sixto V, y como sostuvo contra el jurista escocés Barclay, que la monarquía no era una institución de derecho divino, su libro “De potestate Papae” fue quemado públicamente en el parlamento de París.

En la elección del nuevo Sumo Pontífice, el Cardenal Belarmino obtuvo 14 votos, la mitad de los votantes. Quizá no lo eligieron por ser Jesuita, los cuales tenían muchos enemigos. Él rezaba muy fervorosamente a Dios para que lo librara de semejante cargo.

San Roberto era amigo de Galileo Galilei, a quien dedicó uno de sus libros. En 1616, se le confió la misión de amonestar al gran astrónomo. Pero en su amonestación, que Galileo tomó muy bien, se limitó a rogarle que propusiese simplemente como hipótesis las teorías que no estaban todavía probadas. Galileo, sin renunciar a sus investigaciones, habría ganado mucho si se hubiese atenido a ese consejo.

Sería imposible mencionar aquí todas las actividades de San Roberto en sus últimos años. Siguió escribiendo hasta el fin, pero ya no obras de controversia. Terminó un comentario de los Salmos y escribió cinco libros espirituales, el último de los cuales se titulaba “Arte de morir”.

Poco antes de morir escribió en su testamento, que lo poco que tenía se repartiera entre los pobres. Lo que dejó no alcanzó sino para costear los gastos del entierro.

Pidió que sus funerales fueran de noche, para que no hubiera tanta gente y se hicieran sin solemnidad. Pero a pesar de que se le obedeció haciéndole los funerales de noche, el gentío fue inmenso y todos estaban convencidos de que estaban asistiendo al entierro de un Santo.

Cuando su vida tocaba a su fin, San Roberto obtuvo permiso de retirarse al Noviciado de San Andrés, Roma, donde murió a los setenta y siete años, el 17 de diciembre de 1621. Precisamente en esa fecha se celebraba la fiesta de los estigmas de San Francisco de Asís, que se había introducido a petición suya.

El proceso de beatificación, que comenzó casi inmediatamente, se prolongó por tres siglos. Después, en un solo año, en el de 1930, San Roberto obtuvo del Papa Pío XI ser beatificado y canonizado Santo. Fue declarado Doctor de la Iglesia en 1931.

“San Roberto Belarmino, ruega por nosotros, para que con todo el corazón imitemos tu celo por conocer y dar a conocer la verdadera doctrina y salvar almas”.

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Cumpleaños

Patricia Susemihl.- Arlington, USA

Misael Muñoz Pereira.- Coronado, Costa Rica

Claudia Dangond.-

Gerardo Bulla.- California, USA

Vicky Dangond.- Bogotá, Colombia

Daniél Andrés Quiñonez Lerma.- Bogotá, Colombia – Hijito de mi alma, hoy más que otros días quiero unirme a las bendiciones diarias que el Señor te prodiga, que siempre abras tú corazón para que él Señor habite en tí y obre en tí las maravillas que tiene dispuestas para tú vida. Con todo el amor de toda tú familia.

[Añade otro cumpleaños]

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Bautismos
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Aniversario de Ordenación Sacerdotal
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Aniversario de Matrimonio
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Grupos, Comunidades, Congregaciones…
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Evangelización Viva para hoy y los próximos días

[Añade otro evento de evangelización: Son bienvenidas fechas futuras, por ejemplo si deseas dar a conocer algún congreso, concierto, retiro, o similares]

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Otras fechas importantes para ti
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Fallecieron en un día como hoy…

Odilia Collado.- Yauco-Puerto Rico, Puerto Rico – Hoy se cumplen ocho años de estar disfrutando de la presencia del Señor. Siempre te tenemos presente en nuestras oraciones.Sé que algún día nos volveremos a encontrar para disfrutar de ese cielo prometido, por toda la eternidad. Bendición, mami. Tu hija, mayda.

Candido Barreto.- Guayana, Venezuela – Señor dale el descanso y eterno y brille para él la luz perpetua… Descanse en Paz. Asi sea.

[Añade el nombre de personas fallecidas por las que quieres que oremos]

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Enlace recomendado para este día

Descubren el lugar donde se celebró el Primer Concilio de Nicea

“Tras años de búsqueda, un equipo de arqueólogos han encontrado los restos del lugar donde se celebró el Primer Concilio de Nicea, uno de los lugares más importantes de la historia cristiana…” Haz click AQUÍ.

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Un poco de Humor…

Parecidos

– ¿En qué se parece una maestra y un termómetro?
– En que cuando los dos marcan cero todos tiemblan.

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Palabra de Dios
para alimentar tu día


Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 24, Lunes


Lecturas de la S. Biblia

Temas de las lecturas: Si os dividís en bandos, os resulta imposible comer la cena del Señor * Proclamad la muerte del Señor, hasta que vuelva. * Ni en Israel he encontrado tanta fe

Textos para este día:

1 Corinios 11, 17-26. 33:

Hermanos: Al recomendaros esto, no puedo aprobar que vuestras reuniones causen más daño que provecho.

En primer lugar, he oído que cuando se reúne vuestra Iglesia os dividís en bandos; y en parte lo creo, porque hasta partidos tiene que haber entre vosotros, para que se vea quiénes resisten a la prueba.

Así, cuando os reunís en comunidad, os resulta imposible comer la cena del Señor, pues cada uno se adelanta a comerse su propia cena y, mientras uno pasa hambre, el otro está borracho. ¿No tenéis casas donde comer y beber? ¿O tenéis en tan poco a la Iglesia de Dios que humilláis a los pobres? ¿Qué queréis que os diga? ¿Que os apruebe? En esto no os apruebo.

Porque yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.”

Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: “Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.”

Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva. Así que, hermanos míos, cuando os reunís para comer, esperaos unos a otros.

Salmo 39 :

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, / y, en cambio, me abriste el oído; / no pides sacrificio expiatorio, / entonces yo digo: “Aquí estoy.” R.

“-Como está escrito en mi libro- / para hacer tu voluntad.” / Dios mío, lo quiero, / y llevo tu ley en las entrañas. R.

He proclamado tu salvación / ante la gran asamblea; / no he cerrado los labios: / Señor, tú lo sabes. R.

Alégrense y gocen contigo / todos los que te buscan; / digan siempre: “Grande es el Señor” / los que desean tu salvación. R.

Lucas 7, 1-10:

En aquel tiempo, cuando terminó Jesús de hablar a la gente, entró en Cafarnaum. Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos para rogarle que fuera a curar a su criado. Ellos, presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente: “Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestro pueblo y nos ha construido la sinagoga”. Jesús se fue con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió unos amigos a decirle: “Señor, no te molestes; no soy yo quién para que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir personalmente. Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes, y le digo a uno: “Ve”, y va; al otro: “Ven”, y viene; y a mi criado: “Haz esto”, y lo hace”. Al oír esto, Jesús se admiró de él, y, volviéndose a la gente que lo seguía dijo: “Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe”. Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.

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Homilías para escuchar

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Más…

1

1998/09/14 Haz click para escuchar o grabar una versión en MP3
La lógica de la confianza en Dios.

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2

2012/09/17 Haz click para escuchar o grabar una versión en MP3
El muro de la desconfianza y del prejuicio sólo se destruye con la fe viva.

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3

2014/09/16 Haz click para escuchar o grabar una versión en MP3
Las palabras de consuelo de Cristo para aquella viuda de Naín son también un llamado a una fe y una confianza inmensas.

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4

2016/09/12 Haz click para escuchar o grabar una versión en MP3
Por encima de las diferencias de cultura, religión o raza, el dolor nos une con los demás y Cristo nos enseña a abrir caminos para buscar el mayor bien para la vida de todos.

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5

2018/09/17 Haz click para escuchar o grabar una versión en MP3
A medida que buscamos las cosas realmente importantes podremos encontrar la verdadera unidad.

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Más información sobre este día aquí

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Homilía para leer

Temas de las lecturas: Si os dividís en bandos, os resulta imposible comer la cena del Señor * Proclamad la muerte del Señor, hasta que vuelva. * Ni en Israel he encontrado tanta fe

1. No es Cualquier Comida

1.1 La primera lectura nos deja ver un momento muy importante en la vida de la naciente comunidad cristiana de Corinto. Lo que está de fondo es: ¿qué significa la “Cena del Señor”? ¿Qué implica celebrarla?

1.2 No debemos dudar de un punto: fue el mismo apóstol Pablo quien introdujo esta celebración de la “Cena” junto con la predicación del Evangelio y de la fe cristiana en su conjunto. Las palabras de hoy muestran, sin embargo, que esa práctica se había desvirtuado de varias maneras. A nosotros nos sirve mirar qué sucedía en aquella comunidad porque muy probablemente se puede repetir en nuestras asambleas.

1.3 Pero antes hay que notar que la celebración de la Cena era un poco distinta en aquella época, si la comparamos con nuestra celebración de la Misa. Había un compartir de otros alimentos, una especie de encuentro fraterno y luego sí la Cena como tal. Una de las razones por las que la Iglesia desistió de ese modo de celebrar es lo que dice el apóstol: se daban desigualdades y excesos, y no sabe uno qué es peor, si las injusticias entre cristianos o esas faltas de templanza que convertían lo sagrado en ridículo.

1.4 Las dos cosas las critica el apóstol, y si viniera a nuestras misas seguramente las podría seguir criticando: comulgan el explotador y el explotado y hasta se dan la paz, una paz que puede resultar pura farsa. De otra parte, comulga gente sin discernir lo que come, o con el corazón helado por la indiferencia o recalentado por los vicios y excesos que compiten en su cuerpo. Pablo es actual y sus palabras nos ayudarán a respetar y amar mejor el memorial del amor más grande.

2. Dios nos hace dignos

2.1 Con tanta fe como humildad el centurión romano del evangelio de hoy dijo una hermosa profesión de fe: “yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará sano”.

2.2 Y aunque se creía indigno, recibió elogio de Jesucristo, que con su palabra de admiración lo hizo digno no sólo de aquel milagro esperado sino también digno de habitar para siempre las páginas del evangelio, junto a nuestro Divino Salvador. Jesús lo hizo digno.

2.3 El centurión estaba seguro del poder de Jesús. Miraba a Nuestro Señor como uno que tiene autoridad en su palabra, pues entendía que la enfermedad y el mal tenían que obedecer a Cristo así como los soldados de un regimiento obedecen a su general. Este tipo de fe trasciende el hecho puntual de la enfermedad de aquel criado. Es verdaderamente una manera de mirar el mundo.

2.4 Si Cristo es el gran comandante de todas las fuerzas del universo, si la enfermedad y el mal finalmente tienen que obedecer a su palabra, entonces debemos entender que todo mal tiene un lugar y un sentido dentro del conjunto de un plan más amplio que nosotros no vemos pero que nuestro Rey y Emperador, nuestro Jefe y General sí está viendo. Es maravilloso entender esto.

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Video recomendado para este dia!

12. Cristo se hizo hijo de María para que nosotros llegáramos a ser hijos de Dios

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