La época en que vivimos

¡Vaya época en la que vivimos!

Quieren que los sacerdotes se casen y que los casados se divorcien.

Quieren que los heterosexuales se unan sin casarse, porque dicen que el amor debe ser “libre”, y quieren que los homosexuales se “casen”.

Quieren que las mujeres se vistan como hombres, y los hombres como las mujeres.

Quieren que se exalte por “valiente” a quien sale del clóset y se satanice como “intolerante” y “fascista” al que esté orgulloso de su heterosexualidad.

Quieren que se reconozca el “derecho” a un varón adulto de creerse y actuar como niñita (y ser protegida como tal) y a la vez quieren que se pervierta a los niños, desde muy menores, con adoctrinamiento sobre Ideología de Género que deforma y hace precoz su sexualidad.

Quieren incentivar la sexualidad de los menores de edad y no quieren aumento de natalidad ni deserción escolar por embarazos (para eso están los microabortivos y los abortos, piensan).

Quieren que se proteja la vida de los animales y, a la vez, que se permita a una adolescente embarazada asesinar a su hijo sin que sus padres se enteren.

Quieren hablar de los derechos de los niños, pero que no se les dé el derecho a tener a un padre y una madre (con las adopciones homosexuales) o el derecho más elemental a la vida, al establecerse el aborto “legal”.

Quieren incentivar gratuitamente el cambio de sexo y el aborto, aunque no haya recursos para coberturas gratuitas de muchas enfermedades graves o cobertura médica para todos o no exista el debido cupo en los hospitales.

Quieren exaltar la “libertad”, pero que se elimine la objeción de conciencia de médicos y enfermeras que no deseen practicar abortos, y que se prohiba penalmente a un sicólogo tratar de revertir, a quien se lo pida, la tendencia homosexual.

Quieren prohibir todo signo o culto religioso público, que consideran viola la “laicidad” y “falta al respeto” a los no creyentes, y quieren que se permita, en nombre de la “libertad”, dar derecho al sacrilegio y poder profanar imágenes religiosas y templos.

Y todo esto sin analizar lo que sucede al interior de la Iglesia sitiada por que intentan hacer un culto global masónico.

Si este no es el fin de los tiempos, ¡debe ser el ensayo!

Leído en el muro de FB del Dr. Eduardo Plata, psicólogo