Quienes te han hablado mal de ese amigo leal a Dios, son los mismos que murmurarán de ti, cuando te decidas a portarte mejor.
Cuando se camina -cabeza y corazón- tras el Señor, las críticas se acogen como purificación, y sirven de acicate para avivar el paso.
Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, nos pedirá cuenta de toda palabra ociosa. Otro motivo para que digamos a Santa María que nos enseñe a hablar siempre en la presencia del Señor.