Cuando no hay rectitud en el que lee, resulta difícil que descubra la rectitud del que escribe.
El sectario no ve más que sectarismo en todas las actividades de los demás. Mide al prójimo con la medida enteca de su corazón.
Pena me causó aquel hombre de gobierno. Intuía la existencia de algunos problemas, lógicos por otra parte en la vida…, y se asustó y se molestó cuando se los comunicaron. Prefería desconocerlos, vivir con la media luz o con la penumbra de su visión, para permanecer tranquilo. Le aconsejé que los afrontara con crudeza y con claridad, precisamente para que dejaran de existir, y le aseguré que entonces sí viviría con la verdadera paz. Tú, no resuelvas los problemas, propios y ajenos, ignorándolos: esto sería comodidad, pereza, abrir la puerta a la acción del diablo.
¿Has cumplido con tu deber?… ¿Tu intención ha sido recta?… ¿Sí? -Entonces no te preocupes porque haya personas anormales, que descubran el mal que no existe más que en su mirada.
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