Dios, por su justicia y por su misericordia -infinitas y perfectas-, trata con el mismo amor, y de modo desigual, a los hijos desiguales. Por eso, igualdad no significa medir a todos con el mismo rasero.
Es virtud mantenerse coherente con las propias resoluciones. Pero, si con el tiempo cambian los datos, es también un deber de coherencia rectificar el planteamiento y la solución del problema.
No confundas la intransigencia santa con la tozudez cerril. “Me rompo, pero no me doblego”, afirmas ufano y con cierta altanería. -Oyeme bien: el instrumento roto queda inservible, y deja abierto el campo a los que, con aparente transigencia, imponen luego una intransigencia nefasta.
«Sancta Maria, Sedes Sapientiæ» -Santa María, Asiento de la Sabiduría. -Invoca con frecuencia de este modo a Nuestra Madre, para que Ella llene a sus hijos, en su estudio, en su trabajo, en su convivencia, de la Verdad que Cristo nos ha traído.
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