No te comportes tú como ésos que, oyendo un sermón, en lugar de aplicarse personalmente la doctrina, juzgan: ¡qué bien le irá esto a Fulano!
Te falta la madurez y el recogimiento propios de quien camina por la vida con la certeza de un ideal, de una meta. -Reza a la Virgen Santa, para que aprendas a ensalzar a Dios con toda tu alma, sin dispersiones de ningún género.