1. Maria se encontraba sin mancha y perfectamente virgen cuando concibió a su divino Hijo, cuando dio a luz y cuando fue asunta a los cielos.
2. La pregunta de María según san Lucas 1:34; María entonces dijo al ángel: « ¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen?». Esta pregunta es clara y deja establecida que María era virgen y sin mancha. Luego la respuesta del ángel ratifica el concepto anterior, según san Lucas 1:35,37; Contestó el ángel: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel está esperando un hijo en su vejez, y aunque no podía tener familia, se encuentra ya en el sexto mes del embarazo. Para Dios, nada es imposible».
3. Otra aclaración la encontramos en la manera de comportarse de José con María, el en un momento tuvo alguna duda, según san Mateo 1:19-21; Su esposo, José, pensó despedirla, pero como era un hombre bueno, quiso actuar discretamente para no difamarla. Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo. Tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
4. Para mayor aclaración y para que no quepa ninguna duda continua según san Mateo 1; 22-25; Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa: Dios-con-nosotros. Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado y tomó consigo a su esposa. Y sin que hubieran tenido relaciones, dio a luz un hijo, al que puso por nombre Jesús.
5. El mismo Jesús se encarga en dirigir una aclaración a los judíos, las que demuestran como María conservó su virginidad durante la concepción de su divino Hijo. Así lo dice según san Juan 8:19; Le preguntaron: « ¿Dónde está tu Padre?» Jesús les contestó: «Ustedes no me conocen a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre».
6. En la lectura según san Mateo 1; 18, expresa también claramente la virginidad de Maria y el origen de su embarazo, lo dice así; “Este fue el principio de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José; pero antes de que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. Se destaca la expresión “antes de que vivieran juntos”. Lo que es reiterado como se dijo según san Mateo 1; 25. “Y sin que hubieran tenido relaciones, dio a luz un hijo, al que puso por nombre Jesús.”
7. Por otra parte, san Lucas nos dice que Jesús es primogénito, que significa primer engendrado, primer hijo, así se expresa en Lc 2:22-23; Asimismo, cuando llegó el día en que, de acuerdo a la Ley de Moisés, debían cumplir el rito de la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor. Tal como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor.”
8. Por otra parte, como consecuencia de que se mencionan en los evangelios la expresión los hermanos de Jesús, algunos están empecinados, obstinados, encaprichados y empeñados con mucho afán en demostrar que son hijos de María. Sin embargo en ninguna parte se habla de los hijos de Maria.
Al respecto es bueno aclarar lo siguiente sobre el término hermanos:
Respecto de una persona, otra que tiene sus mismos padres o solo el mismo padre o la misma madre. Persona que vive en una comunidad religiosa o pertenece a ella sin tener ninguna de las órdenes clericales. Persona a la que está unida por algún vínculo ideológico o espiritual: “Los cristianos son hermanos en Cristo.” Miembro de una hermandad, de una cofradía o de una comunidad religiosa. Respecto de una cosa, otra a la que es semejante. Uno que tiene la misma ascendencia o de la misma raza o de una nación salida de un mismo antepasado. Aliado o correligionario. Hombre al que se ama con tanto afecto como al propio hermano o al que uno se dirige respetuosamente con este tratamiento. Sin exclusiones, todos los miembros de la gran fraternidad humana.
Es así como nos queda claro que “los hermanos de Jesús” no son ni los hijos de María ni los hermanos de Nuestro Señor, en un sentido estricto del término, sino sus primos, los parientes más o menos cercanos, los de la misma raza, los de la misma nación, los hombre que lo aman, los que a El se dirigían con respeto.
María, con el nacimiento del Hijo de Dios no disminuye, sino que consagró su integridad virginal y de madre, privilegio de María.
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant