* Nuestro curso tiene dos partes: Dios habla y el hablar sobre Dios.
* Cuando decimos que “Dios habla,” el primer impulso es imaginar una especie de “dictado” que Dios pronuncia desde el Cielo, y que de alguna manera es captado por algunas personas, que después lo ponen por escrito. Para superar esa imagen necesitamos un concepto más profundo sobre lo que son los fundamentos antropológicos de la comunicación humana.
Aproximación inicial
* En un modelo simplista e inicial, la comunicación se establece como transferencia de contenidos desde un “emisor” hasta un “receptor.” Se supone que estos comparten un canal y un lenguaje o código, y que así logran hablar sobre un objeto o tema.
* Este modelo presenta varias deficiencias serias sobre todo al desconocer que tanto los canales como sobre todo los códigos de comunicación son entidades orgánicas que van evolucionando a través de los procesos comunicativos, según factores externos e incluso internos (subjetivos) que no pueden anticiparse completamente. Por eso hay que dar un paso hacia modelos de comunicación más complejos.
Aproximación avanzada
* En un modelo más avanzado, uno toma conciencia de que toda comunicación humana implica el uso complementario y muchas veces simultáneo de acciones, gestos y palabras, sobre la base de unas premisas. Esto último, lo propio de las suposiciones, es mencionado muy pocas veces pero resulta esencial para entender la evolución del lenguaje.
* Cuando hablamos, damos por descontados muchos elementos que asumimos como aceptables, y de hecho aceptados, por el oyente o lector. Sin esta base uno tendría que recrear el mundo en cada intervención comunicativa, estableciendo en cada ocasión un discurso desde axiomas primeros. A su vez, esto entraña el riesgo de trampas y engaños: en el solo hecho de formular una pregunta alguien puede estar haciendo una gravísima afirmación, que posiblemente pasará “bajo el radar,” porque espontáneamente uno dirige su atención a lo preguntado y no a las premisas que hacen comprensible y dan un contexto a la pregunta.
* Hay complejidad en la comunicación también por el hecho de que cada proceso comunicativo altera, es decir, no deja intactos, a ninguno de los elementos mencionados en la “aproximación inicial” a la comunicación. Vemos, en efecto, que el oyente ya no oye de la misma manera lo que ya ha oído una vez, con lo cual se muestra que al impacto con la comunicación ha cambiado. Otro tanto podemos decir, con las debidas proporciones, del emisor, el canal y sobre todo el código. Las palabras van afianzando o perdiendo sus significados con el uso particular que se haga de ellas. Es fácil percibir lo que esto implica en cuanto a las posibilidades de complejidad de la comunicación humana.
* Por último, es preciso subrayar que la memoria humana no es una simple bodega. Los conocimientos, o más aún: las verdades que uno ha acogido, no pueden verse como transcripción a un sujeto orgánico de lo que son los datos en el disco duro de un computador. No hay en esto un paralelo real. Nuestra memoria es casa, horizonte o en algunos casos, prisión, que modula y alienta o desalienta nuestros sueños y anhelos.