Este domingo 11 de septiembre, hace 15 años, sucedió uno de los más notorios atentados terroristas de los tiempos recientes: el ataque que derribó las Torres Gemelas. No sólo por el inmenso dolor y consternación que este hecho trajo a los Estados Unidos de América sino por las repercusiones globales que trajo, este atentado se ha convertido en un punto de referencia, una fecha obligada que establece un antes y después–para peor–en la manera en que vivimos y convivimos como especie humana sobre este planeta.
Mientras seguimos elevando nuestras oraciones al Señor para que siga sanando los dolores de esos y tantos otros ataques de terrorismo, entendemos que sólo tendremos un futuro mejor sobre la base de una fe sincera, humilde, cargada de amor y de buenas obras en favor de todos.