¡Esa desigualdad de tu carácter! -Tienes el teclado estropeado: das muy bien las notas altas y las bajas…, pero no suenan las de en medio, las de la vida corriente, las que habitualmente escuchan los demás.
Si se abandona la oración, primero se vive de las reservas espirituales…, y después, de la trampa.
-Mira, es como si alegaras que te falta tiempo para estudiar, porque estás muy ocupado en explicar unas lecciones… Sin estudio, no se puede dar una buena clase. La oración va antes que todo.