El afán de novedad puede llevar al desgobierno. -Hacen falta nuevos reglamentos, dices… -¿Tú crees que el cuerpo humano mejoraría con otro sistema nervioso o arterial?
¡Qué empeño el de algunos en masificar!: convierten la unidad en uniformidad amorfa, ahogando la libertad. Parece que ignoran la impresionante unidad del cuerpo humano, con tan divina diferenciación de miembros, que -cada uno con su propia función- contribuyen a la salud general. -Dios no ha querido que todos sean iguales, ni que caminemos todos del mismo modo por el único camino.