México, al paso de los siglos, sigue floreciendo en mártires, como en 1700 los dos indígenas zapotecas, Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles, ambos fiscales y padres de familia. Los dos mueren por amor a Cristo. Los fiscales, cargo principal dentro de la comunidad cristiana, custodiaban la pureza de la fe y de las costumbres cristianas. Por eso, cuando en San Francisco Cajonos, su pueblo, de mayoría cristiana, se organiza una celebración idolátrica, ellos se oponen firmemente. Y los idólatras, después de dos días de torturas, los matan a machetazos. Juan Pablo II los beatifica el 1 de agosto de 2002, al día siguiente de la canonización de Juan Diego.
El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.