Los que no quieren entender que la fe exige servicio a la Iglesia y a las almas, tarde o temprano invierten los términos, y acaban por servirse de la Iglesia y de las almas, para sus fines personales.
Ojalá no caigas, nunca, en el error de identificar el Cuerpo Místico de Cristo con la determinada actitud, personal o pública, de uno cualquiera de sus miembros. Y ojalá no des pie a que gente menos formada caiga en ese error. -¡Mira si es importante tu coherencia, tu lealtad!
No te entiendo cuando, hablando de cuestiones de moral y de fe, me dices que eres un católico independiente… -¿Independiente de quién? Esa falsa independencia equivale a salirse del camino de Cristo.
No cedas nunca en la doctrina de la Iglesia. -Al hacer una aleación, el mejor metal es el que pierde. Además, ese tesoro no es tuyo, y -como narra el Evangelio- el Dueño te puede pedir cuentas cuando menos lo esperes.