No tomes una decisión permanente apoyándote en una emoción temporal.
No tomes decisiones a la ligera. Piensa antes de decidir. Deja que tus emociones se calmen antes de dar el paso y reflexiona calmadamente acerca de lo que vas a decidir.
Para la toma de buenas decisiones, necesitas ser sabio, y el principio de la sabiduría es el temor reverente a Dios, en otras palabras, reconocerlo a El como el Soberano y Todopoderoso, Omnipresente y Omnisciente Dios.
Las decisiones que se toman en la vida a la ligera y guiados por una emoción del momento, al final traerán lamentables consecuencias. Si no sabes que hacer o qué camino seguir, recuerda: Dios es el Dios de todo saber y si acudes a El, podrás tomar decisiones correctas.