“A mi entender, una de las grandes confusiones del mundo de hoy, que impide a millones de personas entender la doctrina católica sobre la familia, es la confusión entre amor y enamoramiento. Por eso tantos dicen que cuando un matrimonio ha “fracasado”, lo mejor es “rehacer su vida”. De ahí vienen también ideas como que el matrimonio “sólo es un papel” o que no tiene sentido la indisolubilidad del vínculo cuando “el amor se ha acabado”. En general, es una confusión que distorsiona por completo el concepto mismo de matrimonio, que es la base de la familia…”
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