- El gym está lleno de espejos–para la vanidad; la fe te da otros: la Biblia, el Sagrario, el rostro del pobre.
- No sabes del todo de qué eres capaz porque tampoco sabes bien Quién te da la capacidad.
- “Cuando me cansaba, la cima me llamaba”: así describió un gran ciclista su camino a la victoria.
- Un buen atleta al final sólo tiene un enemigo a quien vencer: sus propias limitaciones.
- En la fe como en el gym es clave el RITMO; lo enseñaron los santos: establece tu ritmo diario, semanal, mensual, anual.
- ¿Cuál es el mejor entrenador en tu gym: el que te deja hacer lo que te place o el que te exige? ¿Y para tu alma, qué?
- Parece que las pesas maltratan a tus músculos pero de ese “maltrato” sale fortaleza y belleza; ¿qué aprendes de ahí?
- El estiramiento produce dolor al principio y descanso al final; alarga así las tres P: Paciencia, Plegaria y Penitencia.
- Aunque a veces parezca que estás caminando en el mismo punto, como en el gym, ¡no te detengas, sigue hacia Cristo!
- Hay dos flexiones que son muy importantes para el alma: las re-flexiones y las genu-flexiones.
Primero publicado en mi cuenta de Twitter.