Es inútil pretender agradar a todos. Descontentos, gente que proteste, siempre habrá. Mira cómo lo resume la sabiduría popular: “cuando va bien a los corderos, va mal a los lobos”.
No te conduzcas como ésos que se asustan ante un enemigo que sólo tiene la fuerza de su voz agresiva.
¡Es una locura confiar en Dios…!, dicen. -¿Y no es más locura confiar en sí mismo, o en los demás hombres?