Gánate al Angel Custodio de aquel a quien quieras traer a tu apostolado. -Es siempre un gran “cómplice”.
Si tuvieras presentes a tu Angel y a los Custodios de tus prójimos evitarías muchas tonterías que se deslizan en la conversación.
Te pasmas porque tu Angel Custodio te ha hecho servicios patentes. -Y no debías pasmarte: para eso le colocó el Señor junto a ti.
¿Que hay en ese ambiente muchas ocasiones de torcerse? -Bueno. Pero, ¿acaso no hay también Custodios?
Acude a tu Custodio, a la hora de la prueba, y te amparará contra el demonio y te traerá santas inspiraciones.