[Retiro espiritual en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Floridablanca, Santander, Colombia. Julio de 2013.]
Tema 3 de 16: Obstáculos y frenos a la vocación
* El camino de respuesta a Dios encuentra siempre dificultades y hay que superar muchas pruebas para entrar al Reino de Dios (véase Hechos 14,22). Estas dificultades pueden ser extrínsecas (a la vocación) o intrínsecas.
* Las dificultades extrínsecas pueden ser externas o internas.
(1) Son obstáculos externos: la mentalidad del mundo, que llena de ruido el alma con todo tipo de promesas vacías; los malos consejos de personas cercanas, que nos invitan a ponernos en primer lugar a nosotros mismos o que nos desaniman en los buenos propósitos.
(2) Son obstáculos internos, pero extrínsecos a la vocación: el atractivo del pasado, sea por los recuerdos o por la curiosidad de lo que uno no ha vivido; los temores hacia el futuro y la falsa necesidad de controlarlo todo.
* Las dificultades intrínsecas son las que atentan con las raíces mismas de la vocación, en la tensión dialéctica entre temor y amor, según se explicó.
(1) La falta de temor de Dios proviene de una incapacidad de admirar, o de una tendencia a considerar verdadero sólo lo verificable por los sentidos o lo racionalmente comprensible.
(2) La falta de acoger el amor suele provenir del peso de una culpa muy grande, o a veces de una muy baja autoestima.
* Por supuesto, la victoria sobre estas tentaciones y obstáculos radica en volver a la fuente de santo temor y amor. Por eso hay que “volver a ser como niños” para entrar al Reino de los Cielos (véase Mateo 18,3).