Predicación en el XXIV Congreso Regional de Matrimonios, organizado por la Comunidad Alegría de la Renovación Carismática en Bogotá.
* El matrimonio, llegar a ser “una sola carne” como enseña el Génesis sólo es posible en el encuentro de una profunda donación y de una amplia y sincera acogida mutua.
* Al matrimonio la pareja llega bajo la ilusión óptica de que recibe exactamente lo que conoce, pero no se da cuenta de lo mucho que desconoce de su pareja, la cual, además, tampoco suele conocerse bien a sí misma. Surge de aquí una dificultad: hay verdaderas cajas de “monstruos” que la pareja lleva a su nueva vida. Aunque ignorados, esos monstruos van creciendo y un día atacan la unión.
* Es salvación, sin embargo, sabernos conocidos por Dios, el único que sondea los corazones; y saber que Él, que así nos conoce, a ese nivel íntimo y profundo nos transforma y nos salva.