163. Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos, rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre del cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos. (Mt 5, 43-45)
164. Cuando des un banquete, invita a los pobres, lisiados, cojos y ciegos. Dichoso tú, porque no pueden pagarte; pues te pagarán, cuando resuciten los justos. (Lc 14,13-14)
165. A los ricos de este mundo recomiéndales que no se envanezcan, que pongan su esperanza, no en riquezas inciertas, sino en Dios, que nos permite disfrutar abundantemente de todo. Que sean ricos en buenas obras, generosos y solidarios. Así acumularán un buen capital para el futuro y alcanzarán la vida auténtica. (1 Tm 6,17-19)
166. A mí Dios me ha enseñado a no considerar profano a ningún hombre. (Hch 10,28)
167. Comprendo verdaderamente que Dios no es parcial, antes acepta a quien lo respeta y procede honradamente, de cualquier nación que sea. (Hch 10,34)