19. Muchas veces y de muchas formas habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas. En esta etapa final nos ha hablado por medio de un Hijo, a quien nombró heredero de todo, por quien creó el universo. El es reflejo de su gloria, impronta de su ser, y sustenta todo con su palabra poderosa. (Hb 1,1-3)
20. Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. (Jn 14,9)
21. Al principio ya existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios y la Palabra era Dios. (Jn 1,1)
22. Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y han palpado nuestras manos, es nuestro tema: la Palabra de vida. (1 Jn 1,1)
23. En ella había vida, y la vida era la luz de los hombres; la luz brilló en las tinieblas y las tinieblas no la comprendieron. (Jn 1,4-5)
24. Dará a luz un hijo, a quien llamarás Jesús, porque él salvara a su pueblo de sus pecados. (Mt 1,21)
25. A los que la recibieron los hizo capaces de ser hijos de Dios: a los que creen en él. (Jn 1,12)
26. La Palabra se hizo hombre y acampó entre nosotros. (Jn 1,14)
27. Este es mi hijo amado, mi predilecto. Escuchadle. (Mt 17,5)
28. Jesús les dice: Mi sustento es cumplir la voluntad del que me envió y completar su obra. (Jn 4,34)
29. El os bautizará con Espíritu Santo y fuego. (Mt 3,11)
30. Retoñará el tronco de Jesé, de su cepa brotará un vástago, sobre el que se posará el espíritu del Señor: espíritu de sensatez e inteligencia, espíritu de valor y de prudencia, espíritu de conocimiento y respeto del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará con justicia a los desvalidos, y con rectitud a los oprimidos. (Is 11,1-4)
31. No tenía presencia ni belleza que atrajera nuestras miradas ni aspecto que nos cautivase. Despreciado y evitado de la gente, un hombre hecho a sufrir, curtido en el dolor; al verlo se tapaban la cara; despreciado, lo tuvimos por nada. (Is 53,2-3)
32. A él, que soportó nuestros sufrimientos y cargó con nuestros dolores, lo tuvimos por un contagiado, herido de Dios y afligido. El, en cambio, fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Sobre él recayó el castigo que nos sana, y con sus cicatrices hemos sido curados. (Is 53,4-5)
33. Sin arresto, sin proceso, lo quitaron de en medio. ¿Quién meditó en su destino? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo así lo hicieron. Le dieron sepultura con los malvados y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca. (Is 53,6-7)
34. Todos errábamos como ovejas, cada uno por su lado, y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Maltratado, aguantaba, no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja muda ante el esquilador, no abría la boca. (Is 53,6-7)
35. Jesús dijo: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen. (Lc 23,34)
36. Vosotros, los que pasáis por el camino, mirad, fijaos: ¿Hay dolor como mi dolor? (Lam 1,12)
37. No hay más que un solo Dios, no hay más que un mediador, el hombre Cristo Jesús, que se entregó en rescate por todos y como testimonio en el momento oportuno. (1 Tm 2,5-6)
38. Dios lo exaltó y le concedió un título superior a todo título, para que, ante el título de Jesús, toda rodilla se doble, en el cielo, la tierra y el abismo; y toda lengua confiese para gloria de Dios Padre: ¡Jesucristo es Señor! (Flp 2,9-11)
39. Por eso tenía que ser en todo semejante a sus hermanos: para poder ser un sumo sacerdote compasivo y acreditado ante Dios para expiar los pecados del pueblo. Como él mismo sufrió la prueba, puede ayudar a los que son probados. (Hb 2,17-18)
40. Aquellos sacerdotes eran numerosos porque la muerte los impedía continuar. Este, en cambio, como permanece siempre, tiene un sacerdocio que no pasa. Así puede salvar plenamente a los que por su medio acuden a Dios, pues vive siempre para interceder por ellos. (Hb 7,23-25)
41. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. (Jn 6,51)