“La historia de cómo cambié de opinión sobre el aborto es muy larga, complicada con elementos filosóficos, religiosos, morales, psicológicos y políticos. Basta decir que mi incondicional apoyo al aborto se basaba en mi condición de feminista. Por consiguiente, lo central en mi oposición al aborto fue darme cuenta de dos cosas: el aborto daña el bienestar de la mujer y es antitético al genuino feminismo, aquél que reconoce y celebra la singularidad de las mujeres como mujeres….” Click!