Originalmente esta fue una homilía (¡de una hora de duración!), predicada en la Parroquia de N. S. de Fátima en Quito, el viernes después de Epifanía. Sobre la base del texto de san Juan sobre los “tres testigos” sigue una exposición de cómo el testimonio de Dios vence sobre las voces engañosas del demonio, el mundo y la carne.