Nombre: Edgar Hernando González
Profesión: Ingeniero de Sistemas.
Edad: 26 años.
Ciudad: Bogotá D.C. Colombia.
Quiero compartir mi Testimonio de Vida.
MI TESTIMONIO:
Mi Ateismo:
Yo era un hijo de padres Católicos Tradicionales. Tenía mucho éxito en la parte académica y ocupaba los mejores puestos desde mis primeros años en la escuela hasta llegar al Colegio. Siempre me caractericé por leer y no “comer entero”. Me gustaban mucho los temas científicos, la filosofía y los temas de misterio.
Cuando estaba en la escuela tenía una profesora comunista, y siempre me habló mal de la iglesia tanto Católica como Cristiana, me comentaba el poder que dichas iglesias habían tenido durante la historia y el gran Imperio económico que estas manejaban.
Ya en el Colegio, de tanto leer a Marx, Freud y Nietzche, se hizo más fuerte en mí las frases: “ La religión es el opio del pueblo” y “Fue el hombre el que creó a Dios, debido a sus necesidades” etc. Esto hizo que tomara la decisión de rechazar todo lo concerniente a los temas que hablaran sobre Dios.
Recuerdo que mi familia siempre iba a misa todos los domingos, y que mi papá nos hacia confesar con el sacerdote para la Semana Santa. Siempre existían problemas en mi casa, y con el tiempo, estos problemas fueron creciendo. Esto ratificaba mi posición opuesta frente a la Iglesia.
Yo era un católico social: cumplía con los Sacramentos, asistía a reuniones de Bautismos, Primera Comunión y hasta Matrimonios, muchas veces lo hacía, para que mis padres no se enfadaran conmigo.
Cuando termine mi Secundaria ingresé al Colegio de Árbitros de Fútbol de Bogotá, y comencé con una carrera exitosa, y con el tiempo se convirtió en mi fuente de empleo, (me ayudó mucho en la parte económica).
Ingresé luego a la Universidad, y allí comulgué bastante con ideas socialistas y comunistas, aunque no compartía todo, me parecía una buena forma de servir a la sociedad.
Como cualquier joven universitario acompañaba a los compañeros en rumbas, tomatas, etc. Me sentía muy feliz. Había dejado a un lado mi familia que era un pequeño “Caguán”, y había olvidado mi parte sentimental. Estaba tan sumergido en estas actividades, que esta parte de mi vida no le daba la prelación que necesitaba. Me identificaba con mis “amigos” y compartía la mayor parte de mi tiempo con ellos.
Mi Conversión:
Me inicie en los caminos del Señor gracias al testimonio que dieron mis padres dos años después que ellos dieron ese gran paso, en la Renovación Carismática Católica en el año de 1998.
Mis padres querían acercarme a Dios en una forma que ellos creían correcta (me insistían constantemente ir a misa, asistir a algunos Congresos etc.), esta presión ocasionó que me alejara aún más de las cosas de Dios, y llegamos muchas veces a discutir.
En el Congreso Nacional de Jóvenes del año 2000 en Bogotá, (me llamó mucho la idea de asistir, ya que en la iglesia solo veía viejitos, algunos de ellos se quedaban dormidos en pleno Sermón, jejejeje). Fui por curiosidad y porque me gustaba bastante tener nuevas experiencias. Pero, gran sorpresa, aquel joven que no necesitaba de Dios, se dejó quebrantar el corazón en una “Adoración al Santísimo”,(la llevó a cabo Fray Nelson Medina O.P. www.fraynelson.com ), y me di cuenta, que solo no podía continuar mi caminar por la vida, y que mi ser no era solo cuerpo, sino también alma y Espíritu.
Posteriormente asistí a un Congreso Nacional de Prosperidad en febrero del mismo año (dirigido por el Padre Mauricio Cuesta), en el cual hubo sanación de enfermos y liberaciones demoníacas, y fue ahí donde me di cuenta del poder de Dios y me convencí más de su existencia.
Surge entonces por obra del Espíritu Santo, trabajar con una pastoral juvenil en mi localidad, y es así que nace el grupo “Apocalipsis” en marzo de 2000 (los integrantes en ese entonces: Sandra y Rosi Toscazo, Maria Luisa y David Guío, Edison, Duberney, Nelsy Viviana y Edgar González, Jose Luis y John Herrera, Mireya y Julieth Tejada); la primera reunión se efectuó un día jueves en mi casa y con el permiso de mi señora madre.
Días después se habló con el señor Alonso Tejada (Servidor del Grupo de Oración que dirige Doña Gloria de Bernal en Bosa) para que nos guiara espiritualmente (hoy día es el líder y cabeza del grupo que ahora lleva el nombre “Fuego de Vida”.
Como lo pueden ver me estaba dejando llevar por el Espíritu de Dios, estaba convencido de encontrar ese Jesucristo Vivo. Recibí muchas cosas del Señor, asistí a dos Congresos Nacionales de Jóvenes más, Ibagué 2001 y La Ceja (Antioquia) 2002, y el Señor me habló una vez más a través de la “Adoración al Santísimo”.
A pesar de haber asistido ha dichos Congresos y a muchos más que no enumero en este relato, me di cuenta que la unción me duraba escasamente 4 semanas y continuaba mi vida rutinaria, ya que me faltaba la oración y la lectura de la Biblia. Nadie me exigía, todo dependía de mí.
Mi lucha contra el mundo era tan fuerte, (me hacia falta lo que todo buen Cristiano necesitaba), no oraba ni leía la palabra, y aún más, ningún compañero del grupo juvenil en el cual fui servidor, se preocupó por mí, “se fue uno…, vendrá otro…”.
Me di cuenta que no había valorado lo que había recibido en esos dos años de “Caminar con el Señor”, que esa efusión se había convertido en rutina (lo que llaman mis hermanos cristianos “religiosidad”), andaba con una Biblia debajo del brazo para arriba y para abajo, quería participar en todas las actividades organizadas por la Iglesia y el Grupo de Oración, ir a cuanto Congreso anunciaran por la radio, quería hacer una cantidad de cosas. Estaba feliz de haber conocido de Jesucristo en la Iglesia Católica (que significa universal), pero olvidaba la palabra “Cristiana”, ¿cómo así?, te preguntarás, pues si, Iglesia Cristiana Católica (Iglesia Cristiana Universal), suena algo raro no es cierto, pero ese es el verdadero nombre.
Era libre de decidir, tomar el camino de la tentación o tomar el camino del bien. Pero ya no estaba solo por que había estado cara a cara con Jesucristo y lo había aceptado como mi único Señor y Salvador y que nunca me iba a dejar solo. Que si llegaba a caer era para levantarme pero con la ayuda de Él.