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Homilías de Fr. Nelson Medina, O.P.Derechos Reservados © 1997-2024
Lunes, Octubre 9 de 2028[Lectio Divina] [Laudes] [Vísperas] [Completas] Sobre las fechas y horas de publicación de estas oraciones mira aquí Ten presente en tus intenciones de este día:
Para esta fecha hay 2 posibles celebraciones litúrgicas. Esquema No. 1 Tiempo Ordinario, Año Par,
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1a. |
No he recibido ni aprendido de ningún hombre el Evangelio, sino por revelación de Jesucristo (Gálatas 1, 6-12) |
Salmo |
El Señor recuerda siempre su alianza. (Salmo 110 ) |
Evangelio |
¿Quién es mi prójimo? (Lucas 10, 25-37) |
Núm. |
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2012/10/08 |
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2016/10/03 |
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2018/10/08 |
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2020/10/05 |
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2020/10/05 |
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Homilía para leer: |
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1. El Buen Samaritano1.1 La Arquidiócesis de Madrid, en su página web (http://www.archimadrid.es), que recomendamos, ofrece una preciosa reflexión sobre el evangelio de hoy. De allí tomamos lo que sigue, aunque siguiendo nuestra numeración habitual. 1.2 Aquel hombre, queriendo justificarse, le hace una segunda pregunta a Jesucristo: ¿Y quién es mi prójimo? La respuesta de Jesús Un hombre... despojado, golpeado, medio muerto es una de sus enseñanzas más luminosas, como un compendio de todo el Evangelio: la parábola del buen samaritano. También podríamos denominarla la parábola del hombre despojado. Mi prójimo es un hombre cualquiera que me encuentro tirado en el camino, herido, abandonado. Ese hombre concreto está apelando a la conciencia de quien lo encuentra: para que reconozca en el rostro desfigurado y en el cuerpo contrahecho, dolorido, la imagen del hermano, del otro yo que pide una ayuda efectiva, una mano cercana. 2. ¿Quién era, quién es ese pobre?2.1 Intentemos ahora comprender nuestra sociedad a la luz de este evangelio. Así, podríamos afirmar que esa persona concreta despojada es hoy uno de los miles de niños la criatura más débil e inocente que son eliminados en el seno materno. La cuna natural de la vida se convierte para él en el corredor de la muerte. Una sociedad que legitima un crimen tan abominable como el aborto está perdiendo el sentido mismo de la dignidad humana, base de los derechos fundamentales y de la verdadera democracia. 2.2 Esa persona concreta despojada en nuestra sociedad puede ser una de las madres que, ante las dificultades para sacar adelante al hijo de sus entrañas, es dejada sola. En ese período en el que necesita más ayuda muchas veces no encuentra el apoyo efectivo al que tendría derecho. 2.3 Esa persona concreta despojada puede ser también hoy, en nuestra sociedad, uno de los emigrantes pobres que acuden a nuestras tierras quizá tras sobrevivir a una penosa travesía, buscando una oportunidad en la vida. En ocasiones encuentra que el bienestar no es repartido entre todos. 2.4 Esa persona concreta despojada puede ser hoy, en nuestra sociedad, uno de esos muchos ancianos abandonados. La sociedad los considera cada día más como una carga insoportable. Se llega a la aberración de la aceptación cultural y legal de la llamada eutanasia, forma gravísima de insolidaridad. La enumeración de formas de despojo podría seguir. 2.5 Continúa la parábola: Casualmente pasó junto al hombre herido un sacerdote y después un levita. Ambos lo vieron, pero dieron un rodeo. Esta mención debió ruborizar a su interlocutor y al resto de las autoridades religiosas que escuchaban en ese momento a Jesús. También nosotros, pastores de la Iglesia, y todos los discípulos de Cristo, hemos de sentirnos directamente interpelados por esta indicación del Maestro. No podemos pasar de largo ante ese hombre que encontramos, hoy, despojado, en nuestro camino, en nuestras calles. La Palabra de Dios nos llama a un profundo examen de conciencia y revisión de vida. La coherencia y la credibilidad de nuestro anuncio cristiano requiere que amemos con obras. 3. Brota la Luz3.1 Pero sigue aún el relato de Jesús. Y es en este momento oscuro cuando brota la luz. La historia de una tragedia fratricida de crueldad e indiferencia se transforma en historia de amor fraterno, hermoso. Es precisamente un samaritano considerado habitualmente por los contemporáneos de Jesús como un infiel despreciable quien se mueve a compasión ante el hombre malherido y se desvive por él. El buen samaritano es la figura de la persona que vive para los demás, abierto a compartir los sufrimientos de los otros. 3.2 Gracias a Dios en nuestra sociedad son muchos, miles, cristianos o no los que reviven con infinidad de gestos ocultos la actitud generosa, hondamente humanitaria, del que se acercó al hombre maltrecho. Son muchos los que acogen con amor sacrificado al niño por nacer, a la madre en apuros, al emigrante desamparado, al anciano desvalido. Ese amor hecho obras de misericordia es el que hoy edifica eficazmente la civilización del amor y la cultura de la vida. 3.3 Acabada la narración, Jesús le devuelve la pregunta a su docto interlocutor. Pero cambia los términos. La cuestión sobre la identidad del prójimo ¿Quién es mi prójimo? tiene una respuesta obvia: todo hombre. La cuestión decisiva es otra: ¿Quién fue prójimo del hombre despojado? La respuesta debe darla cada ser humano con sus obras. Esa respuesta decide, juzga, el auténtico valor de su vida. 3.4 En su contestación el interlocutor no se atreve a mencionar el nombre samaritano, pero acierta igualmente. Fue verdaderamente prójimo del hombre despojado el que practicó misericordia con él. Hasta un niño habría sabido contestar a una pregunta tan fácil. El Evangelio de la misericordia predicado por Jesús llega sencillamente al corazón del hombre, de todo hombre. La conclusión del diálogo y de la parábola no requiere más comentarios. Requiere, simplemente, que cada uno la convirtamos en norma de vida: Vete y haz tú lo mismo. |
Lectura: |
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1a. |
Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, y ven (Génesis 12, 1-4a) |
Salmo |
Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado. (Salmo 144) |
Evangelio |
Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a la gente sencilla (Mateo 11, 25-30) |
Núm. |
Datos |
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Más... |
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1996/10/09 |
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1999/10/09 |
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2000/10/09 |
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2009/10/09 |
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2013/10/09 |
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2018/10/09 |
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2020/10/09 |
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2021/10/09 |
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2023/10/09 |
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2024/10/09 |
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Homilía para leer: |
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1. Penitente1.1 Son variadas y notables las virtudes que Dios concedió a Luis Bertrán, y que éste cultivó con esmero. Destacamos tres: penitente, misionero y formador. 1.2 La penitencia no es la virtud más apreciada en nuestro tiempo que a veces hace del exceso y el desenfreno una especie de norma tácita para la alegría. En ese sentido, Luis pertenece a otro mundo, uno en que el principal imperio no es el que uno construye afuera, quizás oprimiendo a otros, sino el que se construye adentro, aprendiendo a regir la casa interior del alma. 1.3 Pero su afán penitencial no es una pretensión de espiritual vanidad sino en realidad, un tributo de amor hacia Dios. Amar no es entregar sobras sino dar todo y lo mejor. 2. Misionero2.1 Luis Bertrán fue predicador itinerante en regiones del Norte y el Nororiente de la actual Colombia. Las gentes sencillas de la Costa Atlántica recuerdan todavía ahora, cinco siglos después, algunos de sus milagros, de modo que hay pozos de agua limpia que la tradición de siglos atribuye al fruto de oraciones que el mismo fraile santo hizo en tiempos de gran sequía y escasez. 2.2 Dos anécdotas hay que recordar aquí. Una es que cuando los indígenas del Catatumbo, en la región lindante con la actual Venezuela, lo veían rezar con su libro de las horas, o sea el Oficio Divino, creían que estaba hablando con un libro. Este comentario de estilo infantil tiene un fondo de verdad muy profundo: la oración es un diálogo, no es simplemente repasar nuestros ojos por textos viejos sino salir al encuentro del Dios vivo. 2.3 Como misionero, Luis fue celoso de la integridad de los cristianos pues se dio cuenta que mal podrían querer los indígenas convertirse a la fe si encontraban tantas incoherencias y crueldades en los colonos. La denuncia de estas injusticias granjeó no pocas enemistades a Luis, y amenazas de muerte, como aquella que quedó plasmada en hermoso cuadro de Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, donde un arcabuz se convierte en crucifijo. 3. Formador3.1 Si Jesús dice que al árbol se le conoce por sus frutos, lo que conocemos de Luis Bertrán, en razón de sus discípulos, habla de una gran calidad. La savia de su enseñanza y la robustez de sus raíces sirvieron de alimento y soporte a varias generaciones de dominicos. 3.2 Si bien es cierto que el movimiento de reforma hacia una vida más austera no lo inició Bertrán, igualmente veraz es afirmar que en él fue posible ver a la vez la inspiración y su realización. Por algo se ha dicho este elogio de él: Idea Factus Ordinis, como quien dice: la encarnación del ideal dominicano. ¿No es esa la verdadera base de un formador: predicar primero con la altura de su ejemplo? 3.3 Patrono de los noviciados dominicos, Luis Bertrán no pierde actualidad. El ardor de su corazón generoso y radical conecta muy bien con aquel fervor que a menudo marca las etapas iniciales de la vida religiosa. |
-Fr. Nelson Medina, OP
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