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Alrededor de 1874, el Obispo de Lodi y Monseñor Serrati, invitaron a Francisca a un pequeño Orfanatorio, llamado la Casa de la Providencia, con el fin de ayudarlo. Al encontrarse éste en pésimo estado por causa de los malos manejos, la idea era fundar en aquel lugar una Congregación religiosa.
En 1877 hizo los primeros votos, y al mismo tiempo, el Obispo, nombrándola Superiora, decidió renunciar al proyecto de la Casa de la Providencia. Dijo a Francisca: "Vos deseáis ser misionera. Pues bien; ha llegado el momento de que lo seáis. Yo no conozco ningún instituto misional femenino. ¡Fundadlo vos misma!"
En Codogno había un antiguo Convento franciscano, vacío y olvidado. A él se trasladó la madre Cabrini con sus siete fieles compañeras. En cuanto la comunidad quedó establecida, la Santa se dedicó a redactar las reglas.
El fin principal de las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón, era la educación de las jóvenes. Ese mismo año, el Obispo de Lodi aprobó las constituciones. Dos años más tarde, se inauguró la primera filial en Gruello, a la que siguió pronto la Casa de Milán.
Las constituciones de las Hermanas del Sagrado Corazón fueron finalmente aprobadas en 1907. Para entonces, la Congregación, que había comenzado en 1880 con ocho religiosas, tenía ya un número mayor de mil y se hallaba establecida en ocho países.
A Santa Francisca se le debían en ese momento más de cincuenta fundaciones, entre las que se contaban escuelas gratuitas, escuelas secundarias, hospitales y otras instituciones.
La madre Francisca Javier murió absolutamente sola en el convento de Chicago, el 22 de diciembre de 1917, siendo canonizada en 1946.
Su cuerpo se halla en la Capilla de la "Cabrini Memorial School" de Fort Washington, en el estado de Nueva York.
Resultó ser la primera ciudadana americana, cuya santidad fue públicamente reconocida por la Iglesia mediante la canonización.
Aguadulce, Panamá - Que Dios y la Virgen María te bendigan hoy y siempre, que Dios premie tu corazón noble y que este nuevo año te traiga muchas sorpresas agradables, que Dios sea tu mejor bendición en tu vida. Edilberto
San Diego CA, Estados Unidos (1991) - Las primeras primaveras colmadas de bendiciones por nuestro Padre amoroso y bondadoso que María nuestra dulce Madre te colme de sus gracias, alegría y amor estén en tu corazón.
Queridos hermanos: Si sabéis que él es justo, reconoced que todo el que obra la justicia ha nacido de él. Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
Todo el que comete pecado quebranta también la ley, pues el pecado es quebrantamiento de la ley. Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados, y en él no hay pecado. Todo el que permanece en él no peca. Todo el que peca no le ha visto ni conocido.
Cantad al Señor un cántico nuevo, / porque ha hecho maravillas: / su diestra le ha dado la victoria, / su santo brazo. R.
Los confines de la tierra han contemplado / la victoria de nuestro Dios. / Aclama al Señor, tierra entera; / gritad, vitoread, tocad. R.
Tañed la citara para el Señor, / suenen los instrumentos: / con clarines y al son de trompetas, / aclamad al Rey y Señor. R.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. (Salmo 97)
Evangelio
Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: "Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel."
Y Juan dio testimonio diciendo: "He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios."
El gnosticismo pretende diluir la fe cristiana presentando a Cristo como uno entre muchos maestros o "iniciados." Nuestra fe habla de salvación a través de su sacrificio y reclama santidad de vida, y no sólo conocimientos. 4 min. 46 seg.
Uno de los propósitos principales de la Primera Carta de Juan es mostrar que el solo conocimiento no es el corazón del cristianismo. La verdad de la carne de Cristo se corresponde con la verdad de nuestro ser visible, nuestra conducta, nuestro trato. 19 min. 52 seg.
Aunque el mundo no se sienta a gusto, los cristianos tenemos la certeza de que somos hijos de Dios y que llamarnos como Cristo es una alegría, una bendición y una victoria. 4 min. 24 seg.
El sello de Jesucristo está en la unción sin medida que recibió del Espíritu Santo y seremos más de Cristo en la medida que seamos más llenos de su Espíritu. 6 min. 32 seg.
En Cristo lleno de luz y de santidad está la ofrenda de la gracia y también en Él está la ofrenda por el pecado que me recuerda quien soy y de qué manera me ha amado. 5 min. 9 seg.
La realidad del pecado es parte esencial de la predicación cristiana, no como un fin sino como camino hacia el encuentro con la gracia. 16 min. 11 seg.
Se empieza a ser discípulo de Cristo escuchando un predicador como Juan Bautista que nos despierte el hambre por Cristo, reconocer que somos pecadores y acercarse al sacramento de la confesión. 4 min. 17 seg.
Jesús es el Cordero de la Nueva Alianza logrando lo que no podía la alianza de Moisés porque ésta era buena para mostrar el bien y el mal, pero no tenía la fuerza para rechazar el mal y para amar a Dios como supremo bien. 8 min. 16 seg.
1.1 Si hay algo característico de nuestra fe cristiana, ya desde su profunda raíz en el pueblo de Israel, es esa conciencia del tiempo como una flecha que apunta a la realización de un designio. Para nosotros el tiempo tiene una dirección. Nuestra vida no es un corcho en un remolino ni una brizna en medio de la tormenta. Pasado significa promesa; presente significa primicia; futuro significa plenitud.
1.2 En la primera lectura de hoy es clara esta secuencia. Escribe el apóstol: "consideren el amor tan grande que nos ha demostrado el Padre" (1 Jn 3,1); ello corresponde al pasado; luego dice: "ahora somos ya hijos de Dios" (1 Jn 3,2); eso alude al presente; por último añade: "seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es" (1 Jn 3,2).
1.3 El amor manifiesto se convierte en una promesa. Es un cheque a nuestro favor; es el anuncio de algo maravilloso que no esperábamos, que no merecíamos, que no podíamos describir siquiera. Ese amor se traduce en un presente cargado de noble dignidad: somos hijos de Dios. De allí brotan todos nuestros derechos y deberes. Pero no es ello todo, sino solo la primicia de algo mayor aún: seremos semejantes a él. Es la plenitud. El tiempo tiene una dirección y esa dirección apunta hacia la plenitud.
2. Ver mientras vamos de camino
2.1 Juan utiliza de modo muy particular y muy fuerte el verbo "ver". Lo podíamos entender ya de la frase que destacamos en la sección precedente. ¿Habrá algo más vigoroso para este verbo que decir "seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es"?
2.2 Consecuentemente, el pecado es "no ver". Por eso dice: "todo el que peca, ni lo ha visto [a Dios,] ni lo ha conocido" (1 Jn 3,6). ¿Qué quiere decir esto? ¿Cómo es esto, que el que peca no ha visto a Dios, siendo así que sólo lo veremos al final, en la plenitud del cielo? Lo que sucede es que hay un ver en plenitud, el del cielo, del cual dice el apóstol: "lo veremos tal cual es"; pero hay otro ver, el ver mientras vamos de camino en la tierra, que es básicamente ver las señales que él ha dejado, especialmente, el amor grande que nos ha demostrado en Cristo. El sentido, pues, sería: "el que peca es porque no reconoce las señales del amor de Dios en su vida".
3. El Cordero de Dios
3.1 El evangelio de hoy sigue su propia secuencia, a saber, la lectura continuada de los primeros textos del evangelio según san Juan, según hemos comentado para los textos de ayer. Se leen estos pasajes en Navidad porque nos ayudan a ver desde otro punto de vista, más teológico y menos narrativo, es verdad, qué significa la llegada a nuestra tierra de aquel que es la Palabra.
3.2 Juan Bautista habló ayer de Jesús. Ahora ve a Jesús. Su voz que le anunciado, como lo anunciaron los demás profetas, ahora puede hacer algo que no pudieron los demás profetas: presentar al mundo a Aquel que había anunciado.
3.3 Y estas son sus palabras de presentación: "este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Jn 1,29). Con ese anuncio nos cuenta algo sobre quién es Jesús diciéndonos mucho sobre qué hace Jesús. Todo el sufrimiento del Bautista es el pecado del mundo, y por eso toda su alegría es Aquel que quita el pecado del mundo.
3.4 La señal de Jesús es el Espíritu Santo. Cristo es Cristo, palabra que significa "ungido", porque ha recibido el don del Espíritu Santo no para santidad de su vida sino para su ministerio propio, que es "quitar el pecado del mundo". Y la obra del Espíritu será la de un bautismo, que aniquila y a la vez renueva, como las aguas del Éxodo. El Espíritu aniquila así a nuestro faraón enemigo, que es el pecado y saca victorioso al pueblo nuevo y renovado, el Israel de Dios.