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Las obras literarias de San Ireneo, le han valido la dignidad de figurar prominentemente entre los Padres de la Iglesia.
Sus escritos no sólo sirvieron para poner los cimientos de la teología cristiana, sino también para exponer y refutar los errores de los gnósticos.
Así se defendió la fe católica de las insidiosas doctrinas de aquellos herejes.
En el año 177 se le envió a Roma con una delicadísima misión. En época de la persecución de Marco Aurelio, enviaron al Papa Eleuterio, por conducto de Ireneo, "la más piadosa y ortodoxa de las cartas".
Ésta incluía una apelación al Pontífice, para que tratase con suavidad a los hermanos montanistas de Frigia.
Asimismo, recomendaban al portador de la misiva, como a un sacerdote "animado por un celo vehemente para dar testimonio de Cristo".
Tan pronto regresó a Lyon, ocupó la sede episcopal que había dejado vacante San Potino.
Escribió un tratado de cinco libros, en cuya primera parte expuso las doctrinas internas de las diversas sectas, para contraponerlas después a las enseñanzas de los Apóstoles y los textos de las Sagradas Escrituras.
En su método de combate, Ireneo expone la teoría "enemiga", la desarrolla hasta llegar a su conclusión lógica, y por medio de una eficaz reductio ad absurdum, procede a demostrar su falsedad.
Ireneo estaba firmemente convencido de que gran parte del atractivo del gnosticismo, se hallaba en el velo de misterio con que gustaba de envolverse.
El Santo se preocupaba más por convertir que por confundir. Por lo tanto, escribe con estudiada moderación y cortesía.
Gracias a sus escritos, los gnósticos dejaron de constituir una amenaza para la Iglesia y la fe católicas.
El tratado contra los gnósticos ha llegado hasta nosotros completo en su versión latina. Y en fechas posteriores, se descubrió la existencia de otro escrito suyo: "La Exposición de la Predicación Apostólica", traducida al armenio.
Los restos mortales de San Ireneo, como lo indica Gregorio de Tours, fueron sepultados en una cripta bajo el altar de la que entonces se llamaba Iglesia de San Juan. Pero, más adelante se llamó de San Ireneo.
Esta tumba o santuario, resultó ser destruida por los calvinistas en 1562, y al parecer, desaparecieron los últimos vestigios de sus reliquias.
Valencia, Venezuela - En este día especial, una fecha más de tu historia, de la página en tu libro en tu cumpleaños quiero desearte mis más preciosos tesoros en felicitarte y desearte lo mejor, al lado de los que te aman y te rodean, en seguir alimentando tu proyección de vida, como persona, como familia. Que Dios y la Virgen sigan iluminando tu diario caminar, para que sigas levantando el espiritu; y la vida, te permita cumplir tus mas anhelados sueños, esperanzas, ilusiones, nunca es tarde y todo a su debido tiempo como nos dice Eclesiastes 3 visión de la vida versc, del 1 al 12. Cuenta conmigo, con mis palabras de aliento, mi amistad para complementarte. felicidades. Afectivamente carmencita
Ordenación Sacerdotal. Nueva Santa Rosa, Guatemala (1967) - Con mucho amor fraterno para mi padre adoptivo. Por todo el amor que tiene a toda la creación.
Un día pasaba Eliseo por Sunam y una mujer rica lo invitó con insistencia a comer. Y, siempre que pasaba por allí, iba a comer a su casa. Ella dijo a su marido: "Me consta que ese hombre de Dios es un santo; con frecuencia pasa por nuestra casa. Vamos a prepararle una habitación pequeña, cerrada, en el piso superior; le ponemos allí una cama, una mesa, una silla y un candil, y así, cuando venga a visitarnos, se quedará aquí."
Un día llegó allí, entró en la habitación y se acostó. Dijo a su criado Guejazi: "¿Qué podríamos hacer por ella?" Guejazi comentó: "Qué sé yo. No tiene hijos, y su marido es viejo." Eliseo dijo: "Llámala." La llamó. Ella se quedó junto a la puerta, y Eliseo le dijo: "El año que viene, por estas fechas, abrazarás a un hijo."
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, / anunciaré tu fidelidad por todas las edades. / Porque dije: "Tu misericordia es un edificio eterno, / más que el cielo has afianzado tu fidelidad." R.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: / camina, oh Señor, a la luz de tu rostro; / tu nombre es su gozo cada día, / tu justicia es su orgullo. R.
Porque tú eres su honor y su fuerza, / y con tu favor realzas nuestro poder. / Porque el Señor es nuestro escudo, / y el Santo de Israel nuestro rey. R.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor. (Salmo 88)
2a.
Hermanos: Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que andemos en una vida nueva (Romanos 6,3-4.8-11)
Evangelio
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: "El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro."
El que no coge su cruz no es digno de mí. El que os recibe a vosotros me recibe a mí (Mateo 10,37-42)
La cruz de Cristo quita de nosotros los amores idolátricos y nos abre a los amores según el Evangelio que dan fruto abundante y permanente. 5 min. 11 seg.
Lo propio de los auténticos discípulos de Cristo es lo mismo que caracteriza a los verdaderos misioneros y consagrados: generosidad que nunca le quita el primer puesto al Señor. 11 min. 41 seg.
La fe cristiana se traduce en estar dispuesto a entregar todo por Cristo, en un pacto de amarlo sobre todo y unirme con Él de modo que Él esté presente en todo cuanto me hagan o me suceda, 5 min. 4 seg.
La cruz es el precio que pagas al dejar que Dios reine en ti, porque amarlo va a requerir esfuerzo, el mismo esfuerzo y sufrimiento que te dará la victoria sobre ti mismo y sobre tus tentaciones. 6 min. 12 seg.
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1.1 En la cultura del Antiguo Testamento, y en general, en todo el mundo antiguo, se consideraba que la hospitalidad era un deber sagrado. De un modo un poco abstracto y sin contexto queda esto en el enunciado de una de las obras de misericordia corporales: "dar posada al peregrino."
1.2 En aquel mundo antiguo era deber acoger porque el que no es acogido queda condenado a muerte. La hostilidad del desierto no perdonaría a un peregrino rechazado. No recibirlo, pues, es matarlo. Dígase otro tanto de otras vías y lugares en que los desplazados o emigrantes no tienen otra cosa sino la compasión de los que encuentren por el camino.
2. Hospitalidad para Hoy
2.1 A veces nos preguntamos cómo se puede practicar hoy esta hospitalidad. Por una parte, y por lo menos en muchos países y ciudades, el menesteroso puede contar con algún tipo de soporte mínimo, a lo menos algo que le impida morir de sed, hambre o frío.
2.2 Por otra parte, las condiciones de muchos de los mendigos actuales es diferente de la de sus antecesores en tiempos bíblicos o en culturas distintas. Hay mendigos adictos a las drogas, alcohólicos irredentos, trastornados mentales, delincuentes en fuga, o simplemente gente que juega con la compasión de otros para buscar dinero u otras cosas. Estos temores, unidos al egoísmo e individualismo típicos de las ciudades, hacen que no encontremos caminos fáciles para la hospitalidad.
2.3 Hay cosas que pueden hacerse, sin embargo. En un país como Irlanda hay albergues para mendigos y hay personas que donan de su tiempo para ayudara los que no tienen un techo, por ejemplo, sirviéndoles los alimentos. Lo hacen de manera voluntaria y caritativa, sin poner en peligro sus vidas ni sus propios hogares. En algunos lugares de Colombia han surgido iniciativas de dar algo de alimento a los habitantes de las calles. Puede parecer poco, dar simplemente un tazón de sopa caliente, pero para centenares de personas, ese es el único gesto de amor que reciben cada semana durante años.
2.4 Otro enfoque es ampliar lo que significa acoger. Decíamos que en los lugares y tiempos de los desiertos no recibir al peregrino equivalía a condenarlo a muerte. Otro tanto se puede decir desde el punto de vista emocional. Mucha gente tiene buena provisión de alimento y bebida, e incluso comodidades materiales, pero no tiene la sensación de importarle a nadie. Es sintomático que en la Europa de hoy muere ya más gente por suicidio que en accidentes. Esos que se arrojan al abrazo de la muerte quizá estuvieron esperando demasiado tiempo que alguien les diera un abrazo de vida.
3. Recibir a los Profetas
3.1 Tanto la primera lectura como el evangelio hacen énfasis en un punto adicional. No se habla sólo de hospitalidad sino de recibir "a un hombre de Dios," según la lectura del Segundo Libro de los Reyes, o recibir "a un profeta porque es profeta," según las palabras de Cristo en el evangelio.
3.2 Esa expresión que usa Nuestro Señor es particularmente significativa. Recibir al profeta "porque es profeta" es aceptar su profecía, es decir, es acoger al Dios que habla a través de un instrumento que en sí mismo es imperfecto. La hospitalidad aquí ya no es sólo caridad sino sobre todo fe: una fe que hace que, al recibir al mensajero de Dios, sea Dios mismos quien nos reciba.