108.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
108.2. Tanto se habla de las miserias del hombre, que bueno es hoy subrayar que ninguna de ellas es un límite absoluto, pues detrás de cada miseria hay un tesoro. Esto ha quedado particularmente manifiesto en la bienaventurada Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Quita de Jesús sus debilidades y habrás quitado la parte más grande, mejor y más hermosa de su ofrenda por la gloria del Padre y la salvación del mundo.
108.3. Sin la capacidad de sentir hambre, frío, humillación y pobreza, ¿tendría el mismo tamaño el amor manifiesto en el Niño de Belén? Si no hubiera sido de carne sino de cera o de piedra ese Bebé, ¿hablaría igual a tu corazón? Y a la hora de la Cruz, ¿valdría de algo su dolor si su carne fuera sólo la ilusión que un ser celestial e ignoto creaba en tu mente? Sólo la realidad del dolor manifiesta la realidad del amor. No el dolor buscado por sí mismo, sino el dolor como consecuencia inevitable de la entrega de sí mismo. Ese dolor es elocuente; es el único que puede tocar el alma y quebrantar el corazón.


Cuando una persona no irradia felicidad ni goza de una actitud sana, probablemente se deba a que no ha sabido rodear su existencia, su personalidad de aspectos positivos; cuando revivimos un recuerdo negativo, llevando cuenta de ofensas que se nos han causado, el recuerdo se convierte en amargura que entristece nuestra existencia. No importa si la causa del rencor sea real o imaginada, su veneno nos carcome poco a poco hasta que se derrama sobre todo lo que nos rodea y lo corroe. Pienso que todos hemos conocido personas amargadas. Tienen una memoria extraordinaria para los más insignificantes detalles negativos, se consumen en quejas y se ahogan en resentimientos. Llevan cuenta minuciosa de las ofensas sufridas, y siempre están listos para demostrar a los demás cuánto han sido ofendidos. Por fuera aparentan tranquilos y serenos, pero por dentro revientan por su amargura reprimida. La amargura afecta todos nuestros sentimientos, acciones haciendo infeliz, atormentada y resentida a la persona amargada.
One of the most suggestive approaches to the mystery of the Blessed Virgin’s sorrow at the foot of the cross is the one that sees her in the very process of giving birth to the Whole Christ, that is, the very Body in which each one of us partakes. Let us see more closely what this could entail for it clearly gives a new and most profound meaning to the plea, “Pray for us, sinners,” that we say in every Hail Mary.
Quiero con estas palabras unirme a tantos otros testimonios que se han dado y que se van a seguir escuchando sobre la vida y obra de una mujer infatigable y gozosa en el servicio a la causa del Evangelio. Su palabra vigorosa, convencida, enamorada, recibió fuerza que luego se condensó en la Asociación María Santificadora (AMS), con la que me unen lazos de amistad y gratitud. No me corresponde a mí hacer una semblanza biográfica, que otros harán más amplia y mejor. Aquí solo quiero expresar lo que significó para mí encontrar a Gloria Niño, una mujer que anunció con su palabra el mensaje de Cristo, y con esto digo por supuesto: una mujer predicadora. ¿Qué mensaje nos trae este hecho hoy en nuestra amada Iglesia?
Respira pausada y profundamente, viendo el aire que entra y sale de tus pulmones.
Con inmenso pesar registro la noticia: Paulos Faraj Rahho, Arzobispo Católico de rito caldeo, secuestrado el pasado 29 de febrero, fue encontrado muerto. Su último acto público había sido celebrar la Santa Misa en Mosul, Iraq.
106.2. Enamorado de Dios, cuanto le concedía el Espíritu Santo, dijo un salmista: «En presencia de los Ángeles salmodio para ti» (Sal 138,1; cf. 59,18; 66,4; 71,22.23; 101,1; 144,9). ¡Dulce experiencia del corazón humano, que cuando canta para Dios se siente hermano de los Ángeles y descubre, tras los velos de la fe, su sitio en la Asamblea Celeste!