195.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
195.2. Como decía en su tiempo el apóstol Pablo, te digo yo ahora: No me cansa repetirte las mismas cosas (cf. Flp 3,1). Considero que es salud para tu mente enseñarte de mil modos y con mil ejemplos cómo has de descubrir la unidad en la creación, la unidad en la redención y la unidad que hay en el plan que une la creación y la redención.
195.3. La pluralidad es bella, y ha sido querida por Dios, pero no como un fin último, al modo de la dispersión, sino como un lenguaje que conduce finalmente hacia la unidad que sólo se halla en Él mismo.



