Sacerdote que bautizó a piloto del Columbia recuerda su conversión

Para el Padre John Barry, la tragedia del transbordador Columbia implicó la muerte de un gran amigo: el Coronel William McCool, a quien acompañó en su proceso de conversión, bautizó en 1993 y dio la absolución antes de emprender su primera y última misión espacial.

En una entrevista concedida al periódico Catholic Standard de la arquidiócesis de Washington, el Padre Barry recordó la vida del piloto, quien para él murió como vivió, es decir como un verdadero héroe.

El Padre Barry, párroco de Nuestra Señora en Medley’s Neck, Maryland, afirmó que los siete astronautas fueron “aventureros en la frontera de la vida. Estuvieron en la cima de la exploración. Ellos sabían que en ese punto, la muerte siempre es una posibilidad”.

A principios de los 90s, el Padre Barry conoció al entonces futuro astronauta Willie McCool. Un día mientras hacía ejercicios, McCool, que estaba corriendo, lo detuvo para hablar un rato.

McCool, que pronto se convertiría en comandante de la Marina estadounidense, estaba trabajando entonces como piloto de pruebas en la Patuxent River Naval Air Station, y el Padre Barry era sacerdote asociado en la parroquia de St. Aloysius en Leonardtown.

“Me dijo que estaba contemplando la posibilidad de hacerse católico. Dijo que su familia era católica, que su esposa era católica y educaba a sus tres hijos en la fe. Por eso sentía que era tiempo de unírseles”, recordó el sacerdote.

El Padre Barry comenzó a instruírlo en la fe, en la parroquia y en su casa en la base naval, donde el F-18 que volaba estaba estacionado en un hangar cruzando la calle. Según recuerda, el piloto, que se había graduado como segundo mejor alumno de su promoción en la Academia Naval de Annapolis, Md., enfrentó su instrucción con entusiasmo.

El sacerdote sostiene que McCool, que era un hombre bueno y disciplinado, sabía y reconocía que necesitaba algo más en su vida, que podía ser mejor padre y esposo, “poniendo su vida en las manos de Cristo”.

McCool estaba “despertando a una fuerza más espiritual” y en 1993 fue bautizado, confirmado y recibió la Primera Comunión ante la alegría de su familia y especialmente de su esposa Lani, a quien el Padre Barry describe como una mujer de oración.

“Lani catequizaba a sus hijos Sean, Christopher y Cameron. Con el bautismo de Willie, sintió que ya eran uno solo, que la fe católica completaba sus vidas y realmente los unía, Siempre recurrió a Dios para que lo proteja”, indicó el sacerdote.

Aunque los McCool tuvieron que mudarse varias veces por el trabajo de William, que en 1996 fue aceptada en el programa de astronautas, la amistad con el Padre Barry siempre se mantuvo.

En enero pasado, los McCool invitaron al Padre Barry a Cabo Cañaveral como invitado de la tripulación del Columbia para las tradicionales fiestas de despedida y pudo conocer a toda la tripulación, sus familias y amigos, que llegaron de todo el país, India e Israel.

El Padre Barry asegura que lo conmovió mucho el desprendimiento de todos los astronautas y lo honrados que se sentían por haber sido escogidos para ir al espacio.

Dos noches antes de emprender la misión, William McCool, se confesó y recibió la absolución. Fue la última vez que los dos amigos se vieron cara a cara.

Al día siguiente, los familiares y amigos recorrieron las instalaciones del centro espacial y el 16 de enero acompañó en el estrado a los orgullosos padres de William durante el despegue del Columbia.

En ese momento, el sacerdote pensó que estaba viendo el segundo lanzamiento de la vida de William, pues su conversión a la fe fue en sí misma un lanzamiento al cielo.

Meditación sobre la muerte

(Reflexión de Fr. Erico Macchi, O.P., ante el féretro de Ciríaco, abuelo de uno de nuestros frailes)

La mera mención de la palabra muerte nos provoca temor. Quizá olvidamos que somos algo más que materia y que morir es la última aventura que nos ofrece la existencia, la postrera ocasión de mostrar el amor que une al que parte y a los que continuamos. Aunque ese adiós acaso no sea definitivo, él ha experimentado la paz que procura Dios en su infinito amor y ha adquirido la conciencia de lo que sucede más allá del mundo material que se abandona.

Los acompañamos en el sentimiento. Hemos visto partir a un ser muy querido, muy valioso. Pero es la voluntad de Dios que aun con dolor abandonemos nuestra historia para entrar definitivamente en el seno del Padre. La vida no es más que un estado embrionario, una preparación para la verdadera vida en Cristo, de ahí que se pueda afirmar que el hombre no nace del todo hasta que muere. Entonces ¿Por qué lamentar que haya nacido un nuevo niño entre los inmortales, que un nuevo miembro se haya incorporado a su venturosa sociedad?.

Esencialmente somos un misterio. Un acto de amor y benevolencia de Dios que nos invita a peregrinar, sirviendo, sintiendo, construyendo y especialmente amando. Esas son nuestras tareas en los días de la existencia. Pero no terminan aquí, en la limitación de nuestro frágil y vacilante camino. En algún momento, justamente la muerte nos permitirá hallar plenitud más allá del dolor, la angustia y los temores.

Ciriaco, nuestro amigo, esposo, padre y abuelo y todos nosotros estamos invitados a un banquete en otra parte, una fiesta de gozo que va a durar eternamente. Su silla ya está siendo ocupada, pues, se ha ido antes que nosotros.

No podemos continuar juntos, pero ¿Por qué afligirnos por eso, si pronto vamos a seguirlo, y sabemos dónde encontrarlo, y que él nos está esperando?

La Frase

La Frase

(testimonio de un alma agradecida)

Amigos de mi Alma:

Son las cuatro y cuarto de la mañana (es madrugada). Suena el despertador (tic-tac)(tic-tac). Es la hora en la que esta mañana, me he propuesto seguir con los borradores de este proyecto literario, que me gustaria fuese un libro. Está medio escrito. Se llamaria “En otro orden de cosas” (Viviendo en el Umbral del Alcoholismo).

Me he despertado con una impaciencia inacostumbrada (siento el deseo de escribir una frase-enseguida-no vaya a ser que se me olvide: “BELLA EXPRESION ES LA DE UN ALMA AGRADECIDA A DIOS”. Debi de haberla vivido, ó es que está mi Corazon predispuesto a que yo la sienta en mí mismo. A mi mismo me digo, mientras fijo mi mirada en la cuartilla: ¿De donde Esta Frase?. Me gusta. Tiene algo de especial. Me hace sentirme especialmente emotivo y feliz mientras la leo y la releo.

No sé, por contra, cual será la verdadera logica que todo Sentimiento pueda expresar algo, porque reconozco mi incapacidad para filtrear o bajar a las profundidades del Alma, pero sí que tengo para mi, que toda expresion de los Sentimientos del Alma, son como el espejo mismo en el que se mira la Ilusion, la Felicidad, la Ternura y el Buen Hacer, como si fuese en si mismo el Ejercicio de un Apostolado que va tomando forma (no se de que manera, pero si como lo siento) en medio del quehacer diario que estoy tratando de vivir, con la Ilusion mas grande que haya yo podido tener hasta ahora, en las Cosas Menudas de mi vida misma y con mis muchos Amigos de mi Alma.

Anoche estuve de Repaso. No lo busque a conciencia. Encontre, casi por casualidad, “las Notas que tome mientras escuchaba en la Radio el Sermon de las Siete Palabras, en Semana Santa”. Lo hago desde hace algunos años a esta parte. Lo he puesto frente a mi “Libreta”: “La Libreta para el Sagrario”: Alli donde anoto mis Inquietudes y mis Ilusiones, mis Torpezas y mis muchisimos Defectos de Caracter, Mis duros Pecados y tambien, mis anhelos por dejar que El Señor me transforme, dia a dia, segun Su Voluntad. Anoto algunas Frases, “Fundamentos de Vitalidad para una Autentica Vida Cristiana”. Y aunque decirlo es en cierta medida algo que no debo hacer, “no pude” dejar de escribir esta maravillosa y profunda Frase con la que me he levantado en los labios y en mi corazon: “BELLA EXPRESION ES LA DE UN ALMA AGRADECIDA A DIOS”.

Con mucho cariño y afecto, gracias,

El abrazo de una madre

¿Quieres saber cuánto puede el amor de una madre? Un relato publicado en el periódico La Razón de España, en diciembre de 2003, puede darte una idea.

Dice así:

Los equipos de rescate que trabajaban a contrarreloj en las ruinas de la devastada ciudad iraní de Bam no daban crédito a lo que veían sus ojos cuando, bajo los escombros de una vivienda, encontraron con vida a un bebé de seis meses entre los brazos de su madre, la cual había fallecido en el terremoto.

Cuando las esperanzas por encontrar supervivientes comenzaban a desaparecer se hizo la luz. «La encontramos por la mañana entre los brazos de su madre y su estado de salud era bueno», comentó un miembro de la Media Luna Roja encargado de las labores de rescate.

Según los voluntarios, el abrazo protector de la madre protegió a la niña de la caída de escombros y salvó su vida.

Nos duele Guatemala, nos duele Paquistán

Noticias desgarradoras de dolor nos obligan a hacer un alto, reflexionar, orar y colaborar en todo cuanto podamos. El Sur de México, Guatemala y El Salvador han sido severamente golpeados por el huracán Stan. Decenas de nuestros Amigos en la Fe han quedado incomunicados, o han tenido severas pérdidas humanas o materiales.

Entre tanto, nos alcanzan las noticias de un devastador terremoto en el Sur de Asia. Siempre estas noticias causan dolor, pero en este caso hay un motivo adicional: cientos de niños y niñas han perecido al derrumbarse sobre ellos sus propias escuelas.

Por estas intenciones unimos nuestros corazones y nuestras oraciones.

Nobel de Medicina, Sínodo 2005, Ceuta y Melilla, Campaña en Bolivia, Turquía hacia la UE

El texto que sigue contiene las noticias destacadas para esta semana. Haz click aquí para escuchar qué lectura cristiana hacemos de estos acontecimientos.

Nobel de medicina a un hallazgo histórico que se dio por accidente

(EL TIEMPO)

Hasta que Barry J. Marshall (54 años) y J. Robin Warren (68 años) anunciaron en 1982 el hallazgo de la bacteria Helicobacter pylori, la gastritis, la úlcera y el cáncer de estómago eran atribuidos invariablemente al estrés y a la mala dieta que elevan la producción de ácido.

Esa creencia estaba tan arraigada, que la propia comunidad científica recibió la noticia con escepticismo. No era para menos: de la noche a la mañana dos investigadores postularon la posibilidad de que estas dolencias -que hasta entonces eran problemas de largo plazo y muy incapacitantes- podían ser causadas por una infección y tratadas con antibióticos.

El tiempo les dio la razón: hoy se sabe que esta bacteria es responsable de por lo menos el 90 por ciento de las úlceras intestinales y hasta del 80 por ciento de las gástricas (estomacales).

En declaraciones a BBC Mundo, Emilce Méndez, profesora de bacteriología de la Universidad Nacional del Litoral (Santa Fe, Argentina), explicó que el descubrimiento de la bacteria fue accidental. “Un día dejaron un cultivo de un trozo de mucosa gástrica y al volver de su fin de semana se encontraron en sus placas que la bacteria había colonizado el cultivo”.

Ambos investigadores descubrieron que el microorganismo estaba presente en casi todos los pacientes con inflamación gástrica, úlcera duodenal o úlcera gástrica. También lograron demostrar que los pacientes solo podían curarse adecuadamente cuando se erradicaba esta bacteria del estómago.

Para demostrar la validez de su teoría sobre la famosa bacteria, Marshall llegó a ingerirla, cayendo muy enfermo.

Fue esa tenacidad la que premió el Comité Nobel: “Gracias a los pioneros descubrimientos de Marshall y Warren, la úlcera ya no es la enfermedad crónica que generaba incapacidad, sino un mal que puede curarse con un breve régimen de antibióticos e inhibidores de secreciones ácidas”, dijo el jurado en sus considerandos.

Hoy las úlceras de estómago prácticamente no necesitan cirugía y los cánceres de este órgano disminuyen sensiblemente, aunque siguen siendo la segunda forma de cáncer más mortal en el mundo.

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Nos escribe la Presidenta de Irlanda

Dublin, 4 de Octubre de 2005

M. R. P.

Larry Collins, O.P.,

Vicario del Provincial

St. Mary’s, Tallaght

Querido P. Larry,

Ha sido motivo de gran tristeza para mí saber de la muerte del P. Fergal O’Connor, en su tiempo un verdadero modelo de ayuda a los desposeídos y de lucha por los Derechos Humanos.

Quiero ofrecer a Ud. y a la Comunidad Dominicana mis sinceras condolencias. Por favor, esté seguro que Ustedes estarán en mis pensamientos y oraciones, mientras poco a poco llega la aceptación ante esta gran pérdida.

Le pido que extienda éste, mi saludo de condolencia, a Filomena, hermana del P. Fergal.

Ar dheis Dé go rhaib a anam dhilís.

Con gran aprecio,

Mary McAleese

Presidenta de Irlanda

[Traducción mía del original en inglés. La frase final, en gaélico irlandés, me han dicho que significa: On the right side of God may be his sweet soul, es decir: Su dulce alma esté a la Diestra de Dios.]

Carta a las Vírgenes

Carta a las Vírgenes Seglares Dominicas

con motivo del fallecimiento de

Myriam Marlen López, O.P.

Dublín, 4 de Octubre de 2005

Queridas Hermanas,

Separado por la distancia, pero no por el tiempo ni por el afecto, les dirijo estas palabras a la hora misma en que algunas de ustedes, a nombre de todos nosotros, participan de la celebración de las exequias de nuestra muy recordada Myriam Marlen.

Su salud, hay que reconocerlo, se había deteriorado demasiado en las últimas semanas, pero el corazón tiene sus anhelos, y era el nuestro que ella pudiera recuperarse de tan grave estado, y de nuevo pudiera unirse a nuestra oración y alegrarnos con su sonrisa. No lo quiso así mi Dios, que conoce los corazones y tiene designios que nos superan. Ahora esa sonrisa, espontánea y abierta a todos, se habrá unido al gozo de quienes moran en la Patria. Ahora la alegría de ella es perfecta: ha alcanzado al Amado.

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El adiós a un hermano

Un deber de caridad y de justicia me mueve a hablar sobre los últimos días del P. Fergal, de aquí de mi convento.

Fergal O'Connor, O.P.Fergal sufría de una artritis deformante desde su juventud. Le fue detectada no mucho después de su ordenación sacerdotal. El dolor casi constante y las limitaciones propias de la enfermedad le acompañaron hasta los 76 años que tenía al momento de partir. Pero la artritis no frenó ni su inteligencia sobresaliente, ni su corazón compasivo, ni su alegría fraterna, ni su voz recia, que a menudo llamaba a reflexión o también a disfrutar de las cosas amables de la vida. Fue profesor universitario muchos años en la Universidad Nacional de Irlanda, en las áreas de filosofía y sociología. Sus exalumnos lo recuerdan como alguien que los hacía pensar. De temperanto vivaz y dialéctico, gustaba de tomar siempre la postura contraria a su interlocutor, fuera quien fuera, no por incomodar, sino por llevar a la gente a compartir su propia pasión por la verdad.

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