Catequesis sobre el desierto, 2 de 5

Catequesis sobre el desierto. Tema 2 de 5: Los desiertos de Adán, Abraham y Moisés

* El desierto asoma pronto en la Historia de la Salvación. La descripción que se hace de la tierra que Adán encontrará es típica del desierto. Pero no es solamente castigo; es también remedio. Lo sabemos por el trato distinto que Adán y Eva reciben, por contraste con el peso de maldición que cae sobre la serpiente; y lo sabemos porque a la mujer se le promete que su descendencia vencerá a la “descendencia” de la serpiente.

* El desierto de Abraham habla de una promesa. Dios le pone a contar granos de arena para que cada una de esas señales del desierto estéril sea un anuncio de vida.

* El contraste entre Abraham y Lot es ilustrativo. Lot en realidad no conoce la voz de Dios. La voz que escucha es la nostalgia del paraíso, la cual siempre se compone de tres deseos–una especie de “trinidad mundana”: abundancia, prosperidad y seguridad. Guiado por esa voz, Lot escoge lo que tiene más aspecto de paraíso, y así se encamina hacia los desastres de Sodoma y Gomorra.

* El primer desierto que conoce Moisés es la corte misma del Faraón. A pesar de su lujo aparente, la corte no puede saciar el anhelo más íntimo de Moisés: su amor por la justicia. Su desierto metafórico se vuelve real cuando debe huir de Egipto. Pero en el desierto de piedras y soledad, la vocación no se apaga sino que se hace más fuerte y clara, a la vez que le revela a Moisés algo de su propia limitación e incoherencia.

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Felicidad (02)

Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo. – Leon Tolstoi

La suprema felicidad de la vida es saber que eres amado por ser lo que eres, más exactamente, a pesar de lo que eres. – Victor Hugo

Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una. – Voltaire

No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz. – Madre Teresa de Calcuta

Ponemos más interés en hacer creer a los demás que somos felices que en tratar de serlo. – François de la Rochefoucauld

Catequesis sobre el desierto, 1 de 5

Catequesis sobre el desierto. Tema 1 de 5: Introducción

* El término “desierto” viene de la misma raíz de “desertar” y alude a una serie de verbos de contenido más bien negativo: abandonar, descartar, desechar. Es, en principio, un adjetivo: “tierra desierta” es la tierra que se ha descartado por inhóspita, estéril o peligrosa.

* El salmo 63 [62] de la Biblia nos habla de un corazón que se siente como “tierra árida” y describe la experiencia con dos sustantivos: sed y ansia, de donde surgen dos verbos: buscar y caminar.

* Así se establece la que llamamos “Paradoja del Paraíso y de la Cruz.” El desierto es lugar de muerte, que nos pone en movimiento hacia la vida; el paraíso es el lugar “que lo tiene todo,” y que por lo tanto no llama a moverse sino a quedarse, detenerse, morir. Sin embargo, ninguno de los dos procesos es automático y cada caso debe discernirse.

* ¿De dónde surge el desierto? Del deseo. Nuestra condición finita de creaturas nos hace experimentar limitaciones y sobre todo contradicciones, que son nuestros distintos desiertos. Pero luego el desierto puede ayudara purificar el deseo, y así se da crecimiento; o si uno asume mal las contradicciones, el desierto puede llevar a corrupción del deseo, rebeldía y muerte.

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Palabras de agradecimiento al P. Jose A. Balaguera C., O.P.

El P. José Antonio Balaguera Cepeda, O.P., ha terminado su segundo periodo estatutario como Rector General de la Universidad Santo Tomás en Colombia. Después de presentar un brillante informe de gestión, algunos de los miembros del Consejo de Fundadores o del Consejo Superior expresamos en sentidas palabras nuestra gratitud.

Una SUMA conversacion, 011: Teologia, Filosofia, Ciencia y Sabiduria

Las palabras hacen camino en la historia y su significado cambia. A su vez, este significado nos cambia a nosotros porque, como seres humanos, no abordamos el mundo desde la inmediatez sino desde la mediación cultural que se llama sentido. Según esto, ¿qué cambios más notables han tenido las palabras: filosofía, ciencia y sabiduría, desde la época de Tomás hasta la nuestra?

Este capítulo pertenece al volumen 3 de la Suma Conversación.

Interdependencia entre la persona humana y la sociedad

25. La índole social del hombre demuestra que el desarrollo de la persona humana y el crecimiento de la propia sociedad están mutuamente condicionados. porque el principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana, la cual, por su misma naturaleza, tiene absoluta necesidad de la vida social. La vida social no es, pues, para el hombre sobrecarga accidental. Por ello, a través del trato con los demás, de la reciprocidad de servicios, del diálogo con los hermanos, la vida social engrandece al hombre en todas sus cualidades y le capacita para responder a su vocación.

De los vínculos sociales que son necesarios para el cultivo del hombre, unos, como la familia y la comunidad política, responden más inmediatamente a su naturaleza profunda; otros, proceden más bien de su libre voluntad. En nuestra época, por varias causas, se multiplican sin cesar las conexiones mutuas y las interdependencias; de aquí nacen diversas asociaciones e instituciones tanto de derecho público como de derecho privado. Este fenómeno, que recibe el nombre de socialización, aunque encierra algunos peligros, ofrece, sin embargo, muchas ventajas para consolidar y desarrollar las cualidades de la persona humana y para garantizar sus derechos.

Mas si la persona humana, en lo tocante al cumplimiento de su vocación, incluida la religiosa, recibe mucho de esta vida en sociedad, no se puede, sin embargo, negar que las circunstancias sociales en que vive y en que está como inmersa desde su infancia, con frecuencia le apartan del bien y le inducen al mal. Es cierto que las perturbaciones que tan frecuentemente agitan la realidad social proceden en parte de las tensiones propias de las estructuras económicas, políticas y sociales. Pero proceden, sobre todo, de la soberbia y del egoísmo humanos, que trastornan también el ambiente social. Y cuando la realidad social se ve viciada por las consecuencias del pecado, el hombre, inclinado ya al mal desde su nacimiento, encuentra nuevos estímulos para el pecado, los cuales sólo pueden vencerse con denodado esfuerzo ayudado por la gracia.

[Constitucion Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 25]

Dark matter may solve radio filaments mystery

Unexplained “filaments” of radio-wave emission close to our galaxy’s centre may hold proof of the existence of dark matter, researchers have said.

Dark matter is believed to make up most of the mass of our Universe, but it has yet to be definitively spotted.

A report now suggests the filaments’ emission arises from dark matter particles crashing into each other.

However, the work, posted to the Arxiv repository, requires extensive further experiments to support or refute it.

The filaments have been something of a mystery to astronomers since they were first discovered in the 1980s.

Publicado via email a partir de Palabras de camino

La brecha cerebral entre chimpances y humanos

“Humanos y otros animales comparten semejanzas en su comportamiento, pero las diferencias son mucho mayores que esos rasgos en común por más que las investigaciones se hayan esforzado, estos últimos años, en buscar paralelismos. El investigador David Premack, de la Universidad de Pennsylvania (EEUU) se ha dedicado a escarbar en esos rasgos únicos de nuestra especie que subyacen, a nivel microscópico, en nuestro cerebro. Y ha encontrado una gran brecha entre capacidades como el aprendizaje, el engaño, la memoria o el lenguaje, incluso con nuestros parientes más cercanos, los chimpancés…”

brecha cerebral

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VIII-C. El consuelo de Dios

297. Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre compasivo y Dios de todo consuelo, que nos consuela en cualquier tribulación, para que nosotros, en virtud del consuelo que recibimos de Dios, podamos consolar a los que pasan cualquier tribulación. (2 Cor 1,3-4)

298. El da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido; aun los muchachos se cansan, se fatigan; los jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse. (Is 40,29-31)

299. Todo lo puedo con el que me da fuerzas. (Flp 4, 13)

300. Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad. (2 Cor 12,9)

301. La esperanza no defrauda, porque el amor de Dios se infunde en nuestro corazón por el don del Espíritu Santo. (Rm 5,5)