Educacion Catolica, 008

8. Tomaremos parte de una reflexión sobre el Bautismo: Nos hace hijos de Dios, nos da su Nombre (para actuar en su Nombre); nos hace miembros del Cuerpo Místico de Cristo para que seamos con Él y en Él templos vivos del Espíritu Santo (cf. CEC 1265, 1268).

Nos hace renacer de un germen incorruptible e inmortal, o sea, nos da nueva vida en todo nuestro ser, de tal manera que nuestra alma que estaba muerta por el pecado vuelve a tomar vida, y vida inmortal. El Bautismo es un baño de regeneración, y además de que nos limpia del pecado original y nos libra de la raíz del mal, nos da un nuevo corazón y un nuevo espíritu:

‘Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia. Los bautizados se han ‘revestido de Cristo’. Por el Espíritu Santo, el Bautismo es un baño que purifica [deifica], santifica y justifica’ (CEC 1213, 1227).

9. El Bautismo nos hace hijos de la Luz, es decir, enciende la llama espiritual de energía, calor y luz interior y nos unifica al Reino de Dios, que es el Reino de la Luz. Nos reviste de pureza, dándonos un nuevo y limpio vestido para presentarnos al Banquete de Bodas del Cordero.

Nos incorpora, nos injerta a Cristo, a su vida, pasión, muerte y resurrección; por lo cual nos hace sacerdotes, profetas y reyes. Nos participa de la libertad de los hijos de Dios en el Hijo, y esto nos permite buscar a Dios, haciendo su santa voluntad obrando el bien:

‘El Bautismo nos da la gracia del nuevo nacimiento en Dios Padre por medio de su Hijo en el Espíritu Santo. Porque los que son portadores del Espíritu de Dios son conducidos al Verbo; pero el Hijo los presenta al Padre, y el Padre les concede la incorruptibilidad [la resurrección]’ (CEC 683).

Además de proporcionarnos la Fe, la Esperanza y la Caridad (virtudes teologales), nos da el deseo de Dios, o sea, el anhelo de amarlo, temerlo y seguirlo. Y nos hace capaces de contener a Dios Trino, su Reina (María Santísima) y su Reino… y a toda la creación. En pocas palabras, el Bautismo nos religa a Dios y a sus caminos: nos da vida espiritual verdadera:

‘El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos’ (CEC 1213). [Hasta aquí parte del escrito: “Tres gracias en una” de JJyM].

Camino de Sanacion, 4 de 5

Eres una maravilla del amor de Dios. Lo puedes descubrir en los prodigios de tu cuerpo; en los misterios de la mente; en al capacidad para la empatía, la solidaridad, la capacidad de vivir en sociedad. Y aún hay más: es el misterio de la conversión, que puede cambiar incluso un corazón tan espantosamente duro como el del centurión que a los pies de la cruz llegó a reconocer a Cristo como “Hijo de Dios.”

Camino de Sanacion, 2 de 5

La sanación de la afectividad requiere experimentar libertad, según Gálatas 5. No es libertad para el egoísmo ni para el pecado pero sí es libertad del dominio de los “faraones” que no nos dan vida y si nos roban la vida. Al faraón se le encuentra siguiendo tres hilos: los miedos, los deseos (manipulados por la publicidad) y las alegrías (porque quien sea dueño de mi alegría me maneja).

Feliz Sacerdocio

“Reflexión del obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, con motivo del día del Seminario. Arrancando del estudio de la Universidad de Chicago que afirma que los “profesionales más felices” son los sacerdotes, analiza la naturaleza, las condiciones y los objetivos de la vocación sacerdotal…”

feliz sacerdocio

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Felicidad (03)

La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más. – Sören Aabye Kierkegaard

La felicidad es una estación de parada en el camino entre lo demasiado y lo muy poco. – Channing Pollock

Hay momentos en los que todo va bien: no te asustes, no duran. – Jules Renard

No está la felicidad en vivir, sino en saber vivir. – Diego de Saavedra Fajardo

Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad. – Pearl S. Buck