Educar para una cultura integral

61. Hoy día es más difícil que antes sintetizar las varias disciplinas y ramas del saber. Porque, al crecer el acervo y la diversidad de elementos que constituyen la cultura, disminuye al mismo tiempo la capacidad de cada hombre para captarlos y armonizarlos orgánicamente, de forma que cada vez se va desdibujando más la imagen del hombre universal. Sin embargo, queda en pie para cada hombre el deber de conservar la estructura de toda la persona humana, en la que destacan los valores de la inteligencia, voluntad, conciencia y fraternidad; todos los cuales se basan en Dios Creador y han sido sanados y elevados maravillosamente en Cristo.

La madre nutricia de esta educación es ante todo la familia: en ella los hijos, en un clima de amor, aprenden juntos con mayor facilidad la recta jerarquía de las cosas, al mismo tiempo que se imprimen de modo como natural en el alma de los adolescentes formas probadas de cultura a medida que van creciendo.

Para esta misma educación las sociedades contemporáneas disponen de recursos que pueden favorecer la cultura universal, sobre todo dada la creciente difusión del libro y los nuevos medios de comunicación cultural y social. Pues con la disminución ya generalizada del tiempo de trabajo aumentan para muchos hombres las posibilidades. Empléense los descansos oportunamente para distracción del ánimo y para consolidar la salud del espíritu y del cuerpo, ya sea entregándose a actividades o a estudios libres, ya a viajes por otras regiones (turismo), con los que se afina el espíritu y los hombres se enriquecen con el mutuo conocimiento; ya con ejercicios y manifestaciones deportivas, que ayudan a conservar el equilibrio espiritual, incluso en la comunidad, y a establecer relaciones fraternas entre los hombres de todas las clases, naciones y razas. Cooperen los cristianos también para que las manifestaciones y actividades culturales colectivas, propias de nuestro tiempo, se humanicen y se impregnen de espíritu cristiano.

Todas estas posibilidades no pueden llevar la educación del hombre al pleno desarrollo cultural de sí mismo, si al mismo tiempo se descuida el preguntarse a fondo por el sentido de la cultura y de la ciencia para la persona humana.

[Constitución Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 61]

Abecedario Minimo de la Pareja y la Familia

Mensaje a los matrimonios, ofrecido en Concepción, Chile, con ocasión de los 40 Años de la Renovación Carismática Católica.

* La “unción” es aceite que penetra y perfume que se esparce.

* Ocho consideraciones breves en torno a estas realidades de familia: Amor, Bondad, Comunicación, Disciplina, Éxito, Fidelidad, gracia e Hijos.

Las paradojas de Miguel de Unamuno

“Siendo ya ateo y en medio de una situación que comprometía la salud de un familiar le brota espontáneamente la oración; pero no se trata de un hecho aislado sino de una tendencia profundamente arraigada en su ser que llega a ser tan reiterativa en sus manifestaciones que Unamuno se refiere a ella como «esa continua tendencia a rezar» y tan intensa en su empuje que varias veces se veía obligado a dejar lo que estaba haciendo para irse a rezar…”

Miguel de Unamuno

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Usaron preservativo y no se preservaron

Guayaquil 20 de agosto 2011

Muy estimado Bonil [Humorista gráfico ecuatoriano]:

Le admiro como humorista; no me da empacho decirlo. Le escribo con la autoridad que me proporciona ser un sacerdote que visita todas las mañanas de todos los viernes a los pacientes de VIH-sida en el Hospital de Infectología.

Voy siempre con un equipo de voluntarios y voluntarias de la Casa de la Vida. No sólo le escribo como un apóstol de mis enfermos, sino como simple hombre culto (soy abogado y sacerdote, con 10 años de estudios en tres universidades españolas). Estoy completamente en contacto con todo lo que sucede. Me muevo en el Internet como un pez en el agua. Le digo esto, porque a veces la gente piensa que los curas vivimos en otro planeta.

He visto su chiste de hoy sobre el Papa y el criterio de la Iglesia Católica sobre la ineficacia del preservativo para combatir el sida.

Estimado Bonil: El Papa puede decir que dos por dos son cuatro. Pero esta verdad no deja de ser una verdad científica, sino que sigue siendo una verdad matemática, aunque la afirme un religioso.

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El espiritu del hombre puede alcanzar la verdad?

No lo parece: «no sabemos el todo de nada» (Pascal). Y la experiencia nos induce a dudar de todo.

Sin embargo, la duda es tan ajena a la naturaleza de nuestro espíritu que la duda total nos es radicalmente imposible, porque ella afirma al menos una certeza: “dudo”, sin contar las múltiples certezas que tenemos en la vida práctica.

Ciertamente, no todos los conocimientos aparecen a nuestros ojos con la misma claridad. Así pues, nos cuesta saber quiénes somos. Nuestra inteligencia es limitada: los seres guardan en parte su secreto y no se entregan a nosotros sino a través de las relaciones que tienen entre ellos y con nosotros.

Pero tal conocimiento está lejos de ser desdeñable. Aunque no llega al fondo de las cosas y de las personas, nos pone en comunicación real con su intimidad: el misterio del conocimiento nos remite al del amor. En hebreo un mismo término significa conocer y esposar.

Es interesante observar que así nos aproximamos a las conclusiones más recientes de la ciencia. En la actualidad, los sabios confiesan que escapa a su conocimiento la totalidad de la estructura íntima de la materia, pero, al mismo tiempo, reconocen –gracias al juego de las estadísticas– las leyes que nos descubren parcialmente su misterio.

El hombre debe reconocer humildemente los límites de la ciencia, pero se equivocaría, y mucho, si en uno u otro campo de realidades pusiera límites a la capacidad de su espíritu. Éste posee una complicidad y misteriosa relación con los demás seres. Gracias a su inteligencia, el hombre puede saborear una de las mayores dichas de la vida: el gusto de la verdad en la percepción del mundo real.

• «Yo he venido a dar testimonio de la verdad… La verdad os hará libres» (Jn 18, 37; 8,32).

Yves Moreau es el autor de Razones para Creer. Texto disponible por concesión de Gratis Date.

Sabia Cristo que era Dios?

Saludos Fray Nelson y gracias, de antemano, por su gran ayuda en las dudas que tenemos. En dos ocasiones he escuchado decir a dos sacerdotes diferentes que Jesús fue conociendo poco a poco el hecho de que era Dios y de a quiénes debería llegar y, que por ello en algunos pasaje como el evangelio de San Mateo dijo que sólo fueran sus apóstoles a los israelitas (Mt 10,5). Pero yo veo una gran contradicción porque a sus doce años ya estaba en la casa de su Padre haciendo el trabajo que le encomendó y cuando su Madre, en las bodas de Caná, le pidió el vino para el matrimonio, El no quería adelantar su hora. Entonces, qué es lo que quieren decir algunos ministros con esta idea? –María Patricia G. de R.

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