De donde proviene el mal?

Si Dios es amor, el mal no puede proceder de Él. Hemos visto más arriba que algunos males tienen su origen en el mal uso de nuestra libertad. La fe nos invita a profundizar en el asunto. La presencia del mal en el mundo es imputable a la primera pareja; se trata del pecado original, pecado personal de nuestros primeros padres y tara de la humanidad. «Si el hombre es inconcebible sin este misterio, más inconcebible es este misterio para el hombre» (Pascal).

La hipótesis evolucionista de la creación, de la que ya hablamos, no es, aunque pueda parecerlo, incompatible con este hecho. Basta distinguir entre inteligencia y cultura. El primer hombre podría ser inculto pero no falto de inteligencia.

La primera pareja humana, sea uno u otro el modo de su aparición, procede de Dios y, por tanto, es necesariamente inmaculada. Enraizada desde lo más íntimo en Dios, es plenamente consciente de sus deberes. Pero hace falta que lo reconozca, porque el amor exige reciprocidad. Es preciso, por tanto, que renuncie a una autonomía absoluta. Por el contrario, consciente de su superioridad sobre todo lo creado, se niega a hacerlo. Éste es el sentido de los textos sagrados que nos hablan del primer pecado, desde el Génesis hasta San Pablo en la carta a los Romanos (Gén 3; Rom 5).

Como un árbol arrancado de sus raíces, la primera pareja se autoexcluye de lo mejor de la energía divina. No amando a Dios como Él lo merece, no podrá amar a los otros y a sí mismo con la pureza y la plenitud del amor divino: es la concupiscencia. Intelectualmente su espíritu se ha oscurecido: es la ignorancia. Físicamente, su cuerpo también sufre las consecuencias: es el sufrimiento y la muerte. «Por el pecado entra la muerteen el mundo» (Rm 5,12). Esta muerte no era inherente a la finitud humana: la experiencia de los místicos nos enseña que una vida de unión con Dios permite al hombre franquear las leyes biológicas. Marta Robin, por ejemplo, en el siglo XX, ha vivido más de 50 años sin comer ni beber. Cabría preguntarse si el primer hombre profundamente unido a Dios no hubiera sido capaz de prever y controlar las mismas catástrofes naturales (cf. Mc 4,39-41; Mt 21,21).

Pero hay más. Puesto que la primera pareja lleva consigo el capital genético de toda la humanidad, sólo puede transmitir lo que posee, es decir, un patrimonio en parte estropeado. El principio de la solidaridad preside la creación bajo la fórmula de las leyes de la herencia.

De ahí que el mal no sea necesariamente la consecuencia de una falta cometida por la persona que lo sufre: «¿qué le he hecho yo a Dios?», sino el resultado global del pecado de nuestros primeros padres y del pecado del mundo. Esa misma cuestión se le propuso a Jesús, y se puede leer su contestación con provecho en Lucas 13,4-5.

A esto, en fin, hay que añadir que a este primer pecado la humanidad ha sido inducida por un espíritu superior. Es lo que dice Jesús refiriéndose al demonio, «que es homicida desde el principio» (Jn 8,44).

Felizmente un nuevo Adán y una nueva Eva, Jesús y María, nos han sido dados para una restauración perfecta del plan de Dios. Jesús acepta tomar sobre sí el pecado del mundo, y por su obediencia perfecta lo reduce a cenizas en el fuego de su amor sobre la cruz. Él nos hace capaces de reconocernos pecadores y de confiarle todas nuestras miserias. De nuevo enraizados en Dios por Cristo, participamos ahora en su Potencia, en su Santidad, en la redención del mundo y en la gloria de su resurrección.

• «Allí donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia» (Rm 5,20)

Yves Moreau es el autor de Razones para Creer. Texto disponible por concesión de Gratis Date.

Hombres de Fe, 6 de 8, Cientificismo y Laicismo

¡Hombres de Fe! – Curso de Formación Permanente para la Diócesis de Socorro y San Gil

Tema 6. Cientificismo y Laicismo

  • El espacio intelectual más importante en la Edad Media fue la Iglesia Católica. Nicolás Copérnico, Alberto Magno, Galileo Galilei e Isaac Newton, entre muchos otros, representan un conjunto amplio de mentes originales, de gran penetración en los misterios de la ciencia y las riquezas del mundo natural. Todos eran profundamente religiosos.
  • Con el nacimiento de la Royal Society en Inglaterra, con la consolidación de la masonería, y con el fondo oscuro de las guerras de religión en Europa (s. XVII) el panorama cambia. Una nueva clase social, ávida de poder y de independencia académica, quiere separarse de la tutela de la nobleza y del régimen eclesiástico.
  • Las antipatías extra-científicas que desierta una Iglesia poderosa y latifundista se trasvasan al ámbito del conocimiento, ahora visto como un instrumento de ascenso social y político. Es lo que sucede en la Ilustración (s. XVIII).
  • Para erigirse como “árbitros” por encima de las disputas religiosas, los “ilustrados” deifican una razón objetiva, aséptica, neutra, que sólo existe en sus discursos. La estrategia funciona por una combinación de factores políticos y la hábil manipulación de las masas.
  • Surgió así el librepensamiento. La respuesta de la Iglesia a menudo supuso aliarse con partidos y facciones políticas, quizás para protegerse. El efecto fue desastroso. Mucho más eficaz, en cambio, ha sido la expresión viva y comprometida de la solidaridad y la misericordia.
  • APÉNDICE sobre la presencia publica de la religión: (1) Nótese que cuando se trata de religión se quiere aplicar un criterio distinto al que se aplica en otras áreas de la sociedad: en todos los demás aspectos el parecer de la mayoría implica el descontento pero la obediencia de la minoría; en asunto de religión se quiere que aunque haya una mayoría cristiana, su parecer no será respetado. (2) Cuando se habla de que los signos religiosos de una confesión “ofenden” a los demás, se está extrapolando el término ofender. Una cosa es manifestar una diferencia y otra reprimir, insultar o burlarse de las creencias de otro. (3) Recuérdese que prohibir una expresión pública también es coartar un derecho. Alguien que pretendiera impedirme mostrar mi gratitud o afecto por mi madre con una foto, me estaría ofendiendo, ciertamente. Es preciso instruir a los fieles sobre sus derechos en materia de manifestación pública de la fe.

Hombres de Fe, 5 de 8, Estoicismo y Pelagianismo

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Tema 5. Estoicismo y Pelagianismo

  • La escuela estoica, una de las más vigorosas de las antiguas Grecia y Roma, dejó un amplio legado de enseñanzas y recomendaciones, muchas de las cuales fueron acogidas por los primeros cristianos como expresiones válidas de una vida recta.
  • Los principios que rigen el estoicismo se pueden sintetizar en tres: (1) Hay un “lógos,” una razón para todo lo que sucede; (2) Podemos y debemos aspirar a una vida serena, libre de emociones negativas; (3) La vida está siempre marcada por un destino y es inútil rebelarse contra él. * Uno ve que los principios (1) y (2) son fácilmente compatibles con la fe cristiana bajo los títulos de la providencia divina y del crecimiento en la gracia y la virtud.
  • Los métodos del estoicismo: (1) Visualización de qué sería lo peor que podría suceder; (2) Definición clara de lo controlable y lo no-controlable: esto implica el uso de metas internas más que externas. (3) Amor por lo natural, como medida de lo sano y principio de tranquilidad.
  • Los aspectos riesgosos del estoicismo son las nociones de destino, autonomía, resignación fatalista, moral de promedios.
  • Pelagio (siglo IV) fue un monje que creyó con enorme optimismo en el control de la voluntad sobre la vida humana. Según él, a través de la educación y la ascesis se puede llevar al ser humano a un grado de perfección sin límites, de modo que uno persona educada siempre hacia lo bueno ni siquiera tendría que ser bautizada.
  • Gran adversario de las ideas pelagianas fue San Agustín, que precisamente refinó bastante la enseñanza de la Iglesia sobre el pecado original a partir de las discusiones con este monje y sus sucesores. La postura del santo de Hipona le valió el título de “Doctor de la Gracia.”
  • En general, lo que hable de auto-redención, es decir, de una mejora esencial de la vida humana a través de las solas fuerzas humanas, puede verse como una reedición del pelagianismo, y por lo mismo, un oscurecimiento de la enseñanza centralísima de la gracia.

Hombres de Fe, 4 de 8, Gnosis y Magia

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Tema 4. La Gnosis y la Magia

  • Para los antiguos griegos la filosofía era una “saber vivir.” En ese sentido, la filosofía era más cercana al papel que entre nosotros cumple la religión, si la comparamos con lo que hacía y significaba la religión de ese tiempo.
  • En tal contexto el conocimiento (gnosis) tiene una connotación de salvación y de trascendencia muy grande: la vida está resuelta felizmente para quienes conocen sus enigmas y respuestas.
  • Llegar al conocimiento es ser “iluminado.” Lo que importan son las respuestas. Interesa el mensaje, no el mensajero. Esto trae dos consecuencias: (1) Todas las propuestas religiosas son equivalentes; (2) La encarnación y la pasión de Cristo son irrelevantes, y por lo mismo, no interesan los sacramentos.
  • La gran respuesta a la gnosis antigua o moderna la dio San Ireneo: Caro cardo salutis, la afirmación de la carne de Cristo, que verdaderamente sufrió y verdaderamente resucitó, es eje fundamental de la salvación.
  • La magia es un modo alternativo de pretender acceso a un saber oculto, al que sólo se supone que llegan unos privilegiados. Mientras que en la fe buscamos hacer la voluntad de Dios, la magia quiere medios para que uno logre su propia voluntad.
  • Lo mágico se diferencia de lo religioso también en otro sentido: la solución mágica no implica nada en cuanto a la conducta; no requiere de conversión; de hecho, no toca el corazón como tal.
  • El pensamiento mágico está más extendido de lo que parece: abarca supersticiones, terapias, pretensiones científicas, incluso la economía: es la “mano invisible” de Adam Smith.
  • Es importante darse cuenta de que la verdadera fe denuncia y se libra de las pretensiones gnósticas y mágicas.

Objeciones juridicas serias a la procreacion artificial

“La Corporación de Abogados Católicos [de Argentina], que ya en otras ocasiones dieron a conocer una serie de cuestionamientos respecto a los procedimientos de procreación artificial, dieron a conocer hoy una declaración en la que exponen trece objeciones al proyecto de ley sobre procreación artificial, recientemente aprobado por la Cámara de Diputados de la Nación. Entre otras cosas se refieren a la identidad de los niños así nacidos, a la omisión de ausencia del derecho a la objeción de conciencia, y a otros aspectos que hacen inadmisible el contenido de esta ley…”

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Amor divino y amor humano

Saludos Fray Nelson, Le escribo a usted por creo que es el mas indicado para esclarecer la siguiente duda acerca del Amor de Dios…En algunas enseñanzas anteriormente he escuchado predicadores que dividen o diferencian el Amor de Dios y el Amor humano. He estado leyendo y conociendo la vida de la Beata Teresa de Calcuta y por mas que leo puedo ver como el Amor de esta mujer puede ser tan cercano al Amor de Dios y que a pesar de la “oscuridad” de su vida, la cual habla en algunas de sus cartas continua amando a su prójimo, quisiera tener claro cual es esa diferencia de la que se habla entre el Amor de Dios y el amor que podemos dar como seres humanos… Saludos desde Cartagena-Colombia..y Muchas Gracias por su pagina Web, la cual a sido instrumento edificante en mi fe y en el conocimiento de la Palabra, desde la vigilia de pentecostés hace dos años en esta ciudad…Dios con nosotros. -Luis G.

* * *

De una cosa podemos estar seguros: el ideal de la vida cristiana consiste en que todo nuestro ser, y en particular, nuestro entendimiento y nuestra voluntad, se unan perfectísimamente a Dios, de hecho, que se unan tan plenamente como sea posible, en unión gozosa, estable y creciente. Es lo que significa el verbo “permanecer” que Cristo enfatiza por ejemplo en el capítulo 15 de San Juan. Según esto, en un verdadero santo no hay nada en su amar “humano” que no haya sido tocado y transformado por el amar “divino.” A eso estamos llamados: a que cada fibra de nuestro ser sea “imagen y semejanza” de aquel a quien felizmente pertenecemos porque nos ha creado, redimido y santificado.

Ello indica que cuando se pueden separar el amor humano y el amor divino no es porque eso lo haya querido así Dios, sino porque nuestra lentitud en responder a su gracia nos pone en una condición imperfecta en la que hay objetos y maneras de amar nuestra que no son plenamente suyas. Eso que todavía no es suyo pero que en cambio sí es nuestro, lo podríamos llamar “simplemente humano,” o como quería el filósofo Nietzsche, eso es lo “humano, demasiado humano.”

Pero hay una paradoja: lo que es solamente humano y “demasiado humano” en realidad no nos humaniza. Por dar un ejemplo, pensemos en una señora que tiene gran devoción y piedad pero que a la vez tiene una notable carga de egoísmo, que se manifiesta sobre todo en la manera de tratar a sus empleados domésticos. Uno podría pensar que esas trazas de egoísmo y mezquindad son las que dejan ver que esa señora sigue siendo “muy humana” en su manera de juzgar y tratar a las personas. Pero, ¿es que es humano, o sigo mejor: humanizante, ese modo de discriminar? ¿Es eso un modelo de lo que significa el ser humano? La verdad es que lo “demasiado humano,” o sea, lo humano no entregado a Dios ni transformado por Dios, en realidad no es verdaderamente humano sino contrario a nuestro ser, y destructor de nuestro ser. Lo humano que no mira a Dios le da la espalda a Dios, y su nombre propio es: pecado.

En resumen: en el plan de Dios, todo lo nuestro será plenamente nuestro y plena expresión de lo que somos, cuando sea completamente suyo. No es que el sujeto humano que ama desaparezca sino que su amor, transformado interiormente por el amor de Dios, llega a ser máxima expresión del hombre cuando es máxima expresión de Dios.

Hombres de Fe, 3 de 8, Fe y Palabra

¡Hombres de Fe! – Curso de Formación Permanente para la Diócesis de Socorro y San Gil

Tema 3. La Fe y la Palabra

  • La PROPUESTA de Dios llegó de modo inmediato a aquellos que, como Matías y los demás apóstoles, conocieron a Cristo desde el bautismo hasta la Cruz, y luego le vieron y reconocieron resucitado. Para todos los demás, esa propuesta llega de modo indirecto, como “noticia,” es decir, como mensaje, testimonio, predicación.
  • Por eso dice san Pablo que “la fe viene de la predicación” (Romanos 10). Sin la predicación no hay conocimiento de la noticia, la propuesta de amor divino; y sin ella, no hay respuesta posible de obediencia y de fe.
  • Si la fe es respuesta, la fe depende de la calidad y profundidad de nuestro responder, y por eso depende de la calidad y profundidad de nuestra escucha.
  • La escucha renuente, tardía, perezosa, fragmentaria da frutos pobres. La escucha asidua, oportuna, diligente, perseverante da frutos abundantes.
  • Así vemos que los primeros cristianos eran asiduos a la enseñanza de los apóstoles. Ya conocían el kerigma pero necesitaban seguir escuchando su eco en cada dimensión de la vida humana.
  • ¿Qué oían? En la línea de la predicación rabínica, más que explicaciones teóricas o esquemas conceptuales, su palabra se movía en espiral ascendente a través de tres puntos: Narración, Comentario, Aplicación.

Hombres de Fe, 2 de 8, Fe, Esperanza y Amor

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Tema 2. Fe, Esperanza y Amor

  • Despertar del sentido del pecado: sensación de suciedad, incoherencia, abuso, engaño
  • Pero hay “almohadones” que quieren asfixiar ese despertar; son ellos: el cinismo, el vitalismo ateo de Nietzsche, la cauterización de la conciencia y también el espejismo politeísta, hoy con rostro de relativismo
  • Si uno no cae en esa cuádruple trampa, empieza el itinerario de la formación de la conciencia. Interiormente, el pecado que se reconoce por la conciencia formada; exteriormente, por la Ley, en particular, por los mandamientos de Dios.
  • El Antiguo Testamento es el largo camino necesario para descubrir el yo y sus enfermedades. El pueblo de Dios tuvo que aprender que lo malo no es una cosa externa, sino una realidad que nos acecha desde dentro. Tuvieron que decepcionarse de todas sus instituciones, de modo que sólo un puñado de profetas supieron denunciar a tiempo y a la vez cultivar la esperanza.
  • Jesús de Nazareth enlaza con la predicación de profetas como Jeremías y Ezequiel, que ya mostraron que es el corazón el que debe renovarse y que la Ley no puede permanecer como palabra externa: De dentro, del corazón, vienen las injusticias, adulterios, maldades, enseña Jesús.
  • Pero lo decisivo de la misión de Cristo viene de su sacrificio en la Cruz, en la que la verdad horrorosa del pecado queda patente, y la inesperada oferta del amor divino se hace presente: esta es la PROPUESTA que Dios hace, y nuestra RESPUESTA es la acogida de ese amor de regalo, esa “gracia.”
  • De este modo la fe abre la puerta al amor. Y como ese amor es irrevocable, por ser amor de alianza “nueva y eterna,” de ahí brota la esperanza: ¿qué dificultad será grande para el Dios que ha hecho tanto, y que además se declara a nuestro favor, y viene a permanecer con nosotros?

Hombres de Fe, 1 de 8, Introduccion

¡Hombres de Fe! – Curso de Formación Permanente para la Diócesis de Socorro y San Gil

Tema 1. Riqueza y Dimensiones de la fe

  • Inteligencia y voluntad: lo doctrinal y lo existencial
  • Metáforas: cimiento, atmósfera, alimento, vida, lámpara, baluarte
  • En lo pastoral: vida sacramental, catequesis, misiones
  • En lo civil: legislación, instituciones
  • En lo personal: motivación, horizonte, confrontación de retos
  • En lo vocacional: conversión, compromiso, postura teológica

Una vision nueva y critica del caso Galileo

“El llamado “caso Galilei” ha sido un lamentable equívoco de la Iglesia. Así lo reconoció en su día numerosas veces Juan Pablo II (desde 1979 a 1992, cuando se dio por concluido el debate). Se ha sostenido con insistencia la idea de que fue este asunto, el juicio y condena a Galileo, la raíz del conflicto entre los científicos y la fe. Por mi parte, no lo creo: ya conocen mi tesis de que la fricción tuvo su origen en ambientes masónicos de la Ilustración…”

Galileo Galilei

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Morir para vivir

Donde no hay mortificación, no hay virtud.

Mortificación interior. -No creo en tu mortificación interior si veo que desprecias, que no practicas, la mortificación de los sentidos.

Bebamos hasta la última gota del cáliz del dolor en la pobre vida presente. -¿Qué importa padecer diez años, veinte, cincuenta…, si luego es cielo para siempre, para siempre…, para siempre? -Y, sobre todo, -mejor que la razón apuntada, “propter retributionem”-, ¿qué importa padecer, si se padece por consolar, por dar gusto a Dios nuestro Señor, con espíritu de reparación, unido a El en su Cruz, en una palabra: si se padece por Amor?…

¡Los ojos! Por ellos entran en el alma muchas iniquidades. -¡Cuántas experiencias a lo David!… -Si guardáis la vista habréis asegurado la guarda de vuestro corazón.

El mundo admira solamente el sacrificio con espectáculo, porque ignora el valor del sacrificio escondido y silencioso.

Hay que darse del todo, hay que negarse del todo: es preciso que el sacrificio sea holocausto.

Paradoja: para Vivir hay que morir.

Más pensamientos de San Josemaría.

ESCUCHA, Que sigue despues del perdon?

Conferencia para la Comunidad “Jesús salva mi familia” en Julio de 2012.

* Todos los seres humanos decepcionamos, y por eso necesitamos perdón.

* Pero del perdón puede salir algo positivo, en cuanto nos proporciona experiencia de la gracia, es decir, del amor como regalo.

* Después del perdón sigue es un periodo de “duelo,” es decir: comprender que la persona que creíamos tener a nuestro lado no existe, y que es preciso asumir la realidad nuestra y de los demás.

* Y después del duelo, trabajar en la relación: asegurar lo que es debido, y negociar lo que es deseable.