Bernal Díaz del Castillo (1496-1568)

Las crónicas que los autores literatos, como López de Gómara, escribían sobre las Indias, muy al gusto del renacimiento, daban culto al héroe, y en un lenguaje muy florido, engrandecían sus actos hasta lo milagroso, ignorando en las hazañas relatadas las grandes gestas cumplidas por el pueblo sencillo.

Frente a esta clase de historias se alza Bernal Díaz del Castillo, nacido en Medina del Campo, soldado en Cuba con Diego Velázquez, compañero de Cortés desde 1519, veterano luchador de ciento diecinueve combates. Siendo ya anciano de setenta y dos años, vecino y regidor de Santiago, en Guatemala, con un lenguaje de prodigiosa vivacidad, no exento a veces de humor, reivindica con pasión la parte que al pueblo sencillo, a los soldados, cupo tanto en la conquista como en la primera evangelización de las Indias. Como dice Carmen Bravo-Villasante, «en la literatura española su Historia verdadera de la Nueva España [1568] es uno de los libros más fascinantes que existen» (64).

En primer lugar, la importancia de los soldados en la conquista. Ciertamente fue Cortés un formidable capitán, pero, dice Bernal,

«he mirado que nunca quieren escribir de nuestros heroicos hechos los dos cronistas Gómara y el doctor Illescas, sino que de toda nuestra prez y honra nos dejaron en blanco, si ahora yo no hiciera esta verdadera relación; porque toda la honra dan a Cortés» (cp.212). ¿Dónde quedan los hechos heróicos y las fatigas de los soldados de tropa?… Yo mismo, «dos veces estuve asido y engarrofado de muchos indios mexicanos, con quien en aquella sazón estaba peleando, para me llevar a sacrificar, y Dios me dió esfuerzo y escapé, como en aquel instante llevaron a otros muchos mis compañeros». Y con esto, todos los soldados pasaron «otros grandes peligros y trabajos, así de hambre y sed, e infinitas fatigas» (cp.207). «Muy pocos quedamos vivos, y los que murieron fueron sacrificados, y con sus corazones y sangre ofrecidos a los ídolos mexicanos, que se decían Tezcatepuca y Huichilobos» (cp.208). Sí, es cierto que no es de hombres dignos alabarse a sí mismos y contar sus propias hazañas. Pero el que «no se halló en la guerra, ni lo vio ni lo entendió ¿cómo lo puede decir? ¿Habíanlo de parlar los pájaros en el tiempo que estábamos en las batallas, que iban volando, o las nubes que pasaban por alto, sino sólamente los capitanes y soldados que en ello nos hallamos?» (cp.212).

Tiene toda la razón. La conquista en modo alguno hubiera podido hacerse sin la abnegación heroica de aquellos hombres a los que después muchas veces se ignoraba, no sólo en la fama, sino también en el premio.

Por eso Bernal insiste: «y digo otra vez que yo, yo, yo lo digo tantas veces, que yo soy el más antiguo y he servido como muy buen soldado a su Majestad, y dígolo con tristeza de mi corazón, porque me veo pobre y muy viejo, una hija por casar, y los hijos varones ya grandes y con barbas, y otros por criar, y no puedo ir a Castilla ante su Majestad para representarle cosas cumplideras a su real servicio, y también para que me haga mercedes, pues se me deben bien debidas» (cp.210).

En segundo lugar, Bernal, con objetividad popular sanchopancesca, purifica las crónicas de Indias de prodigios falsos, como «el salto de Alvarado» (cp. 128), o de victorias fáciles debidas a maravillas sobrenaturales, como aquel triunfo que López de Gómara atribuía a una visible intervención apostólica:

«Pudiera ser, escribe Bernal con una cierta sorna, que los que dice el Gómara fueran los gloriosos apóstoles señor Santiago o señor san Pedro, y yo, como pecador, no fuese digno de verles; lo que yo entonces vi y conocí fue a Francisco de Morla en un caballo castaño, que venía juntamente con Cortés, que me parece que ahora que lo estoy escribiendo, se me representa por estos ojos pecadores toda la guerra… Y ya que yo, como indigno pecador, no fuera merecedor de ver a cualquiera de aquellos gloriosos apóstoles, allí había sobre cuatrocientos soldados, y Cortés y otros muchos caballeros…, y si fuera así como lo dice el Gómara, harto malos cristianos fuéramos, enviándonos nuestro señor Dios sus santos apóstoles, no reconocer la gran merced que nos hacía» (cp.34).

En tercer lugar, y este punto tiene especial importancia para nuestro estudio, Bernal afirma con energía la importancia de los soldados en la evangelización de las Indias. En un plural que expresa bien el democratismo castellano de las empresas españolas en América, escribe: hace años «suplicamos a Su Majestad que nos enviase obispos y religiosos de todas órdenes, que fuesen de buena vida y doctrina, para que nos ayudasen a plantar más por entero en estas partes nuestra santa fe católica». Vinieron franciscanos, y en seguida dominicos, que ambos hicieron muy buen fruto, cuenta, y en seguida añade:

«Mas si bien se quiere notar, después de Dios, a nosotros, los verdaderos conquistadores que los descubrimos y conquistamos, y desde el principio les quitamos sus ídolos y les dimos a entender la santa doctrina, se nos debe el premio y galardón de todo ello, primero que a otras personas, aunque sean religiosos» (cp. 208). En efecto, entonces como ahora, al hablar de la evangelización de las Indias sólo se habla de los grandes misioneros, y ni se menciona la tarea decisiva de estos soldados y cronistas que, de hecho, fueron los primeros evangelizadores de América, y precisamente en unos días decisivos, en los que todavía un paso en falso podía llevar a quedarse con el corazón arrancado, palpitando ante el altar de Huitzilopochtli.

Por lo demás, es Bernal Díaz del Castillo un cristiano viejo de profundo espíritu religioso, y cuando escribe lo hace muy consciente de haber participado en una gesta providencial de extraordinaria grandeza: «Muchas veces, ahora que soy viejo, me paro a considerar las cosas heroicas que en aquel tiempo pasamos, que me parece que las veo presentes. Y digo que nuestros hechos no los hacíamos nosotros, sino que venían todos encaminados por Dios; porque ¿qué hombres ha habido en el mundo que osasen entrar cuatrocientos y cincuenta soldados, y aun no llegábamos a ellos, en una tan fuerte ciudad como México?»… y sigue evocando aquellos «hechos hazañosos» (cp. 95).

El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse

LAUDES 20140806

#LaudesFrayNelson para la Fiesta de la Transfiguración del Señor

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Ayúdanos a divulgar este camino de oración en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios.]

Müller rechaza las tesis de Kasper

“En un libro-entrevista que lleva por título La esperanza de la familia. Diálogo con el Cardenal Gerhard-Ludwig Müller y que ya está a la venta en español editado por la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), el cardenal Müller, prefecto de la congregación para la Doctrina de la Fe, habla de la cuestión de la comunión a los divorciados vueltos a casar…”

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Bendecir la tierra de Israel

Buenas noches padre, tengo una consulta, he escuchado a pastores y a un a sacerdotes decir que el que maldijere a la tierra de Israel seria maldecido, y el que bendijere y orare por la tierra de israel seria bendecido, yo tengo duda con lo que esta pasando con la tierra palestina en donde Israel esta haciendo ataques severos. ¿Cuál es su opinion al respecto? – E.B.

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Hay que reconocer que espiritualmente recibimos una herencia preciosa de Israel: son como nuestros padres en la fe, y hay que tratarlos como se trata a los papás. Pero eso no significa que uno apruebe todo lo que hacen los papás!

Sobre todo es importante entender que ninguna maldición saldrá de nuestra boca para nada ni para nadie.

Y en cuanto a bendecir, bendecimos las personas, las historias, los buenos propósitos. No bendecimos los desmanes ni los egoísmos ni las venganzas.

¡Dios es grande!

[Predicación en el “Domingo de Milagros” de los Misioneros de Jesús en el Bronx, NY, Agosto de 2014.]

* Que se abran las puertas; queden abiertas de par en par: Va a entrar el Rey de la Gloria. ¿Quién es el Rey de la Gloria? Es el Señor, fuerte y valiente; es el Señor Héroe valeroso de la guerra. (Véase Salmo 24).

* Nadie está lejos de la misericordia, del amor, de la sabiduría de Dios, porque Dios es grande.

* El Señor te lleva a una luz nueva. Dale un nombre a tu pozo: hasta allá puede llegar Dios, y de ahí te puede sacar.

* La fuerza de Espíritu es la que nos levanta. El que entra en combate ya empezó a entrar en victoria.

* Tu no puedes decir que Dios no puede hacer nada contigo, porque los mejores años de tu vida están por comenzar. ¡Gloria a Dios!

19 razones para no usar anticonceptivos

“Un grupo de jóvenes católicas se han lanzado a responder a las 22 jóvenes (y no tan jóvenes) empleadas de BuzzFeed que participaron en este post para dar razones de por qué usan métodos anticonceptivos. Me ha parecido un excelente material para sopesar las distintas posiciones y generar un sano dialogo entorno a los métodos, motivaciones e ideas que están detrás de la planificación familiar…”

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Dialogando con Dios

Primero publicado en mi cuenta de Twitter:

  1. Diálogo con Dios (#DcD) : -¿Por qué amas a los que no te aman? -Porque mi amor no depende ni de su iniciativa ni de su respuesta.
  2. #DcD -Si tu amor es incondicional, Señor, ¿cómo es que existe el infierno? -No es que yo los deje de amar; es que ellos rechazan mi amor.
  3. #DcD -¡Pero no es lógico rechazar tu amor, Señor! -Eso es lo que yo siempre he dicho: pecar no es lógico.
  4. #DcD -Si no es lógico pecar, ¿por qué atrae el pecado? -Porque ofrece bienes verdaderos por caminos falsos, que presenta como más cortos.
  5. #DcD -¿Y cómo hace uno para no dejarse llevar por la tentación? -Conociendo la verdad del pecado, del esfuerzo, y del bien que Yo ofrezco.
  6. #DcD -¿Todo en la conversión depende entonces de conocer la verdad? -Sí pero la verdad no es sólo conocimiento; es Jesucristo.
  7. #DcD -¿No serían más fáciles las cosas si la virtud no fuera tan ardua? -Esa dificultad es pedagógica; libera de ídolos al alma.
  8. #DcD -¿Cuál es el peor pecado? -El peor pecado no es uno sino dos: (1) No amar; o (2) Llamar amor a lo que no lo es.
  9. #DcD -¿No basta con ser buena persona? -La falta de ardor por el bien permite que otros redefinan dentro de ti qué es ser “buena persona.”
  10. #DcD -¿Qué va a pasar con toda la gente que no le hace mal a nadie? -Depende de cómo usan todo ese tiempo que les queda libre.
  11. #DcD -¿Es pecado muy grave estar cansado o aburrido? -Depende de qué estás cansado y qué hacías antes de aburrirte.
  12. #DcD -¿Hay alguna medida para la eternidad? -Es corta para los que aman; y muy larga para los que odian.
  13. #DcD -¿Cuál es el primer cambio que uno debe introducir en la vida? -Humildad, escucha, fe, oración, contrición, casi en cualquier orden.
  14. #DcD -¿La religión garantiza que seré feliz? -La verdadera religión garantiza que tendrás la luz que anhelas sobre la verdadera felicidad.
  15. #DcD -¿En qué es falsa la frase: Todas las religiones son iguales? -En que desconoce los caminos de mi sabiduría, poder y providencia.