La tarea educativa en el seno de la familia

238 Con la obra educativa, la familia forma al hombre en la plenitud de su dignidad, según todas sus dimensiones, comprendida la social. La familia constituye « una comunidad de amor y de solidaridad, insustituible para la enseñanza y transmisión de los valores culturales, éticos, sociales, espirituales y religiosos, esenciales para el desarrollo y bienestar de sus propios miembros y de la sociedad ».539 Cumpliendo con su misión educativa, la familia contribuye al bien común y constituye la primera escuela de virtudes sociales, de la que todas las sociedades tienen necesidad.540 La familia ayuda a que las personas desarrollen su libertad y su responsabilidad, premisas indispensables para asumir cualquier tarea en la sociedad. Además, con la educación se comunican algunos valores fundamentales, que deben ser asimilados por cada persona, necesarios para ser ciudadanos libres, honestos y responsables.541

239 La familia tiene una función original e insustituible en la educación de los hijos.542 El amor de los padres, que se pone al servicio de los hijos para ayudarles a extraer de ellos («e-ducere») lo mejor de sí mismos, encuentra su plena realización precisamente en la tarea educativa: « El amor de los padres se transforma de fuente en alma y, por consiguiente, en norma que inspira y guía toda la acción educativa concreta, enriqueciéndola con los valores de dulzura, constancia, bondad, servicio, desinterés, espíritu de sacrificio, que son el fruto más precioso del amor ».543

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La virtud de la templanza

“La virtud cardinal de la templanza ejerce una función primera que es la de controlar racionalmente, con una directriz de la inteligencia y de lo razonable, las pasiones y los afectos que tantas veces se desbordan. Esta virtud racional (¡cardinal!) organiza una jerarquía de prioridades para la persona y es capaz de subordinar lo inferior a lo superior, lo menos importante a lo más importante, sabiendo insistir en lo fundamental y evitando la dispersión en los placeres que son accesorios…”

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Invocaciones a Nuestro Señor Jesucristo

Jesús, Hijo de Dios vivo, ten piedad de mí

Jesús, imagen del Padre, ten piedad de mí

Jesús, Sabiduría eterna, ten piedad de mí

Jesús, resplandor de la luz eterna, ten piedad de mí

Jesús, Palabra de vida, ten piedad de mí

Jesús, Hijo de la Virgen María, ten piedad de mí

Jesús, Dios y hombre, ten piedad de mí

Jesús, Sumo Sacerdote, ten piedad de mí

Jesús, heraldo del reino de Dios, ten piedad de mí

Jesús, camino, verdad y vida, ten piedad de mí

Jesús, pan de vida, ten piedad de mí

Jesús, vid verdadera, ten piedad de mí

Jesús, hermano de los pobres, ten piedad de mí

Jesús, amigo de los pecadores, ten piedad de mí

Jesús, médico del alma y del cuerpo, ten piedad de mí

Jesús, salvación de los oprimidos, ten piedad de mí

Jesús, descanso de los abandonados, ten piedad de mí

Tú que viniste a este mundo, ten piedad de mí

Tú que libraste a los oprimidos por el diablo, ten piedad de mí

Tú que estuviste colgado en la cruz, ten piedad de mí

Tú que aceptaste la muerte por nosotros, ten piedad de mí

Tú que yaciste en el sepulcro, ten piedad de mí

Tú que descendiste a los infiernos, ten piedad de mí

Tú que resucitaste de entre los muertos, ten piedad de mí

Tú que subiste a los cielos, ten piedad de mí

Tú que enviaste el Espíritu Santo sobre los Apóstoles, ten piedad de mí

Tú que te sientas a la derecha del Padre, ten piedad de mí

Tú que vendrás a juzgar a vivos y muertos, ten piedad de mí

Por tu encarnación Líbrame, Señor.

Por tu nacimiento, Líbrame, Señor.

Por tu bautismo y santo ayuno, Líbrame, Señor.

Por tu pasión y cruz, Líbrame, Señor.

Por tu muerte y sepultura, Líbrame, Señor.

Por tu santa resurrección, Líbrame, Señor.

Por tu admirable ascensión, Líbrame, Señor.

Por el envío del Espíritu Santo, Líbrame, Señor.

Por tu gloriosa venida, Líbrame, Señor.

ESCUCHA, Meditación sobre el Salmo 1

Escuela de Vida Interior, Tema 32: Meditación sobre el Salmo 1

* El texto utilizado es el de la Liturgia de las Horas:

Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.

Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto a su tiempo
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
En el juicio los impíos no se levantarán,
ni los pecadores en la asamblea de los justos;
porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

* Una primera sorpresa al llegar al libro de los Salmos es este primer texto. No contiene peticiones, ni súplicas de perdón, ni tampoco acciones de gracias, ni alabanzas. Es más bien una meditación.

* La primera lección es que los salmos no se dirigen solamente a nuestra sensibilidad o a nuestros deseos. A través de ellos, todo nuestro ser aprende a sintonizar con el plan de Dios. Y al decir “todo nuestro ser” aludimos a la memoria, la imaginación, la capacidad de razonar, los deseos, nuestra realidad corporal, los instrumentos de música con que expresamos lo que vivimos y somos. Los salmos son “integrales” en ese sentido.

* Este salmo nos invita a descubrir tres palabras: libertad (siempre hay un margen de decisión, o en lo que sucede, o en la manera como uno asume lo que sucede, o en la respuesta que uno da); responsabilidad (lo que uno haga o deje de hacer traerá consecuencias); y felicidad ( la propuesta de obediencia al plan de Dios trae un bien inmenso para nosotros, y verdadero disfrute).

* El salmo también nos ayuda a descubrir algunos rastros escondidos de la maldad. Al reflexionar sobre quiénes son los impíos; o al relacionar la senda de los pecadores con lo que Cristo dice del camino ancho que lleva a la perdición; o al descubrir como abunda el cinismo hoy en la reingeniería social, uno está haciendo verdadera meditación. Recordemos que la meditación cristiana no es un suspenso en el vacío, con la mente en blanco, sino un encuentro nutritivo con el Dios que alimenta todo nuestro ser.

* La clave entonces en el proceso de meditación es tomar en serio las palabras, con su riqueza de significado, y relacionarlas entre sí, con otros textos, y también con realidades vividas personal o comunitariamente.

* * *

Este tema pertenece al Capítulo 04 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 04 se está publicando aquí:

is.gd/vida_interior_04

La serie de TODOS los temas de esta Escuela de Vida Interior está aquí:

is.gd/vidainterior

Las primeras diócesis de la América hispana

En Hispanoamérica se fundaron con gran rapidez numerosas diócesis. Recogemos los datos proporcionados por Morales Padrón (América hispana 149-152): Las tres primeras, en 1511, se crearon en Santo Domingo, Concepción de la Vega y San Juan de Puerto Rico. El Papa León X creó la primera diócesis continental, Santa María de la Antigua, del Darién, trasladada a Panamá en 1513; y poco después las diócesis de Santiago de Cuba (1517), Puebla (1519) y Tierra Florida (1520). Clemente VII estableció las diócesis de México (1524), Nicaragua (1531), Venezuela (1531), Comayagua (1531), Santa Marta (1531, trasladada en 1553 a Bogotá, y restablecida en 1574) y Cartagena de Indias (1534).

El Papa Paulo III erigió los obispados de Guatemala (1534), Oaxaca (1555), Michoacán (1536), Cuzco (1537), Chiapas (1539), Lima (1541), Quito (1546), Popayán (1546), Asunción (1547) y Guadalajara (1548). En tiempo de Julio III sólo se erigió la diócesis de la Plata (1552). A Pío IV se debe el nacimiento de los obispados de Santiago de Chile (1561), Verapaz (agregado a Guatemala en 1603), Yucatán (1561), Imperial o Concepción (1564) y la constitución de Santa Fe de Bogotá como arzobispado (1564).

El gran impulsor de las misiones San Pío V, fundador de la Congregación para la Propagación de la Fe, erige Tucumán (1570). Y Gregorio XIII, continuando su impulso, funda los obispados de Arequipa (1577), Trujillo (1577) y Manila (1579), que fue sufragánea de México hasta 1595. En el XVII se crean cinco nuevas diócesis, durante el reinado de Felipe III; y siglo y medio más tarde se fundan ocho más, reinando Carlos III. Y a las cuatro antiguas sedes metropolitanas se añaden cuatro: Charcas (La Plata o Sucre) (1609), Guatemala (1743), Santiago de Cuba (1803) y Caracas (1803).

La pujanza impresionante de este desarrollo eclesial aparece más patente si nos damos cuenta, por ejemplo, que en el Brasil la diócesis de Bahía, fundada en 1551, fué la única hasta 1676. En el Norte de América no empieza propiamente la acción misional hasta 1615, en tiempo de Samuel de Champlain. El Beato Francisco de Montmerency-Laval, en 1674, fue el primer obispo canadiense, con sede en Québec. Y la evangelización de Alaska no se inició hasta finales del siglo XIX.

El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

El lenguaje de los adolescentes

“Les comparto un artículo sobre el uso del lenguaje en los adolescentes. Personalmente creo que es un tema que debe de profundizarse más y que responde a un dinamismo de alienación cada vez más sofisticado y absorbente. ¿Nos ha humanizado más el uso del celular? ¿Ha aportado un mundo interior más rico, variado, sano; especialmente, en los adolescentes? Sin duda es un gran invento pero detengámonos y veamos críticamente cómo se va creando una cultura que gira alrededor de la propia distracción y entretenimiento…”

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