Hacia Asia

No es sólo un juego de palabras. El Papa nos invita, y nos lidera con el ejemplo: hay que mirar Hacia Asia.

Reconozcamos que el continente que contiene al país más extenso del mundo (Rusia) y a los dos países más poblados del mundo (China y la India), sigue siendo distante para nosotros. Vagamente sabemos que la empresa Apple hace sus productos en condiciones laborales muy duras en algunos países de Asia, y también sabemos que cada vez más gente se interesa por hacer negocios con China, y por supuesto sabemos que los japoneses y coreanos son impresionantes en sus logros de precisión tecnológica. Pero, ¿a quién le interesa que crezca el Evangelio en ese continente, que contiene más de la mitad de los seres humanos que hoy vivimos en este planeta? Le interesa al Papa Francisco.

Asia no es sólo tecnología de última hora y civilización milenaria: es ante todo hombres y mujeres que han sido amados hasta el extremo por Jesús; hombres y mujeres redimidos por la Sangre del Cordero Inmaculado. El Papa Francisco se agota y gasta visitando Sri Lanka, Corea, Filipinas porque sabe que ya no podremos decir que somos fieles a Cristo si no amamos con mayor claridad, intensidad y visibilidad a esa porción del mundo.

Laudes & Vísperas para la semana del 18 al 24 de Enero de 2015

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Domingo 18 de enero de 2015: Domingo II del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Lunes 19:

Martes 20:

Miércoles 21: Memoria de Santa Inés, virgen y mártir

Jueves 22:

Viernes 23:

Sábado 24: Memoria de San Francisco de Sales, obispo y doctor de la Iglesia

El trabajo infantil

296 El trabajo infantil y de menores, en sus formas intolerables, constituye un tipo de violencia menos visible, mas no por ello menos terrible.639 Una violencia que, más allá de todas las implicaciones políticas, económicas y jurídicas, sigue siendo esencialmente un problema moral. León XIII ya advertía: « En cuanto a los niños, se ha de evitar cuidadosamente y sobre todo que entren en talleres antes de que la edad haya dado el suficiente desarrollo a su cuerpo, a su inteligencia y a su alma. Puesto que la actividad precoz agosta, como a las hierbas tiernas, las fuerzas que brotan de la infancia, con lo que la constitución de la niñez vendría a destruirse por completo ».640 La plaga del trabajo infantil, a más de cien años de distancia, todavía no ha sido eliminada.

Es verdad que, al menos por el momento, en ciertos países, la contribución de los niños con su trabajo al presupuesto familiar y a las economías nacionales es irrenunciable y que, en algún modo, ciertas formas de trabajo a tiempo parcial pueden ser provechosas para los mismos niños; con todo ello, la doctrina social denuncia el aumento de la « explotación laboral de los menores en condiciones de auténtica esclavitud ».641 Esta explotación constituye una grave violación de la dignidad humana de la que todo individuo es portador, « prescindiendo de que sea pequeño o aparentemente insignificante en términos utilitarios ».642

NOTAS para esta sección

639Cf. Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1996, 5: AAS 88 (1996) 106-107.

640León XIII, Carta enc. Rerum novarum: Acta Leonis XIII, 11 (1892) 129.

641Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1998, 6: AAS 90 (1998) 153.

642Juan Pablo II, Mensaje al Secretario General de las Naciones Unidas con ocasión de la Cumbre Mundial para los Niños (22 de septiembre de 1990): AAS 83 (1991) 360.


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