Maestros en la Fe, 1 de 6, Introduccion

[Curso a las Monjas Dominicas del Monasterio de Santa Ana, en Murcia, España.]

Tema 1 de 6: Introducción

* En nuestra época tiende a verse la fe como pura convicción subjetiva. En un enfoque así no se ve cómo alguien puede ser “maestro” de la fe de otro.

* Todo cambia cuando uno ve que precisamente la gran diferencia entre la fe cristiana y las religiones paganas es que en el caso del cristianismo hay uno que puede decir: “De esto nosotros somos testigos,” como dice Pedro en Hechos 2. por hermosas o inspiradoras que sean las narraciones de otras religiones, uno ve que al final son sólo proyecciones de deseos humanos, extrapolaciones de cualidades humanas, o imaginación que quiere suplir carencias humanas. El paganismo no saca al hombre de la prisión de sí mismo y de sus anhelos.

* La fe cristiana, por el contrario, brota del testimonio, y los testigos primeros son los apóstoles, que por eso son llamados “cimiento” (Efesios 2). Esto tiene repercusiones en la fe propia, en el quehacer de la teología y en la dimensión misionera.

* El creyente se descubre alcanzado por un hecho real, un hecho de vida. Puede esperar con derecho a que la fe haga algo en su vida porque ha afectado las vidas de otros. Su fe no es fantasía ni se apoya en esfuerzo mental subjetivo.

* La teología nace “normada.” Ser teólogo no es pensar cosas religiosas sino hacer eco al mensaje que llega por los apóstoles y sus sucesores. Lo interesante no es lo pensable ni lo real acontecido.

* La misión es derecho y deber: lo recibido es entregado, de manera que cada cristiano se sabe en deuda con los cristianos del futuro pues también ellos tienen derecho a recibir íntegro el tesoro de la fe.

Ya no tengo miedo, 3 de 3, Jesus

[Predicación en la Asamblea Regional de la Renovación Carismática en Aragón, Octubre de 2012.]

Tema 3 de 3: Jesús y la Cruz

* Una lectura atento a los Evangelios descubre pronto la notable frecuencia del término “miedo” y sus sinónimos o derivados. Miedo tienen los discípulos, las autoridades, la gente. Miedo ante el demonio, ante lo desconocido, ante el abuso del poder, ante la fuerza de las multitudes, y sobre todo: miedo ante la muerte.

* Hay que recordar que hay un buen uso del miedo. De hecho el santo temor de Dios, que es primeramente temor a ofenderlo, es principio de sabiduría y de recto ordenamiento de la vida. por eso también dice Cristo que quiere enseñarnos “a quién hay que temer,” y pasa hablarnos de Dios como único de quien depende nuestro destino eterno.

* Sobre la base de conocer quién es el que merece honor, reverencia y obediencia, el discípulo de cristo experimenta libertad. Lo máximo que pueden hacer los poderosos termina con la muerte, pero la muerte misma no es última palabra, y ello lo demuestra Cristo no con teorías sino con su propia victoria sobre la muerte.

* Los que creemos en la resurrección gozamos de un principio de valentía que ya se ha hecho valer muchas veces, sobre todo en las vidas de los mártires y de quienes se han desgastado por el Evangelio.

Ya no tengo miedo, 2 de 3, Elias

[Predicación en la Asamblea Regional de la Renovación Carismática en Aragón, Octubre de 2012.]

Tema 2 de 3: Elías y la retama

* El capítulo 19 del Primer Libro de los Reyes nos cuenta un momento dramático en la vida del profeta Elías. El contexto es este: era rey Ajab pero quien en realidad movía los hilos y tenía el poder era su esposa, Jezabel, y esta perversa mujer era idólatra desde el fondo de su alma. Le fastidiaba a ella la religión de Yahvé porque consideraba que los baales bastaban y sobraban para buscar y tener una vida segura, próspera y fecunda.

* Por eso mismo, Jezabel odiaba a Elías, mucho más después de que Elías había dejado en ridículo a Baal en la confrontación del Monte Carmelo, y después había mandado a ejecutar a los falsos profetas, en número de varios centenares.

* Perseguido por el odio de Jezabel, Elías huye al desierto. Se queda solo, incluso sin su criado, y así en soledad alcanza a avanzar una jornada. Pero sus fuerzas se agotan, y al final se tumba bajo una retama. Su primer sueño no es descanso sino renuncia a vivir: se desea la muerte.

* Dios le da nuevas fuerzas. Es la imagen de lo que hace la fe en nosotros. Más allá de nuestras expectativas, recursos y fuerzas, allí está el Señor, y lo mismo que a Elías, primero nos alimenta para restaurarnos, y luego nos alimenta para enviarnos a renovar la alianza.

* Y por eso hay que identificar nuestras “retamas,” es decir, aquellos escondites donde empezamos descansando y terminamos renunciando a la tarea del Evangelio. No olvidemos que el mundo nos quiere bien distraídos y bien entretenidos para que seamos sólo consumidores pasivos.

* Destáquese también el hecho de que la soledad no permite evangelizar. En soledad, uno logra conservar algo de la fe, pero sólo por un tiempo, y sin pasar la antorcha a otros. El camino de restauración será siempre el encuentro renovado con el Señor y con la comunidad.

Ya no tengo miedo, 1 de 3, Moises

[Predicación en la Asamblea Regional de la Renovación Carismática en Aragón, Octubre de 2012.]

Tema 1 de 3: Moisés y el faraón

* Bajo el lema “Renuévame por dentro con espíritu firme” (del Salmo 51) celebramos la Asamblea Regional. En esta ocasión queremos enfatizar en ese “espíritu firme,” pues entendemos que el mundo nos quiere acomplejados, encogidos, encerrados.

* Los capítulos 3 al 5 del Éxodo nos presentan la vocación y el comienzo de la misión de Moisés. En él nos reconocemos fácilmente. Es un hombre bueno pero se siente abrumado ante la perspectiva de enfrentar al faraón.

* Y hay motivo para ello: el faraón actúa como un dios, y pide reconocimiento divino. Se le nota en que pretende disponer de vidas humanas. Lo cual da una clave: aquel o aquello que pretende poder absoluto sobre la vida del hombre está tomando el lugar del faraón. Y lo mismo que Moisés ante su faraón, nosotros tendemos a acobardarnos ante nuestros faraones.

* Aquellos que empujan en la anti-cultura de la muerte nos atemorizan con su arrogancia, nos confunden con sus especiosos argumentos, nos atemorizan con sus leyes de hombres. Por eso necesitamos el camino que Moisés recorrió, y ser sanados de lo que él fue sanado.

* Con Moisés, Dios siguió una sencilla terapia en tres pasos: (1) Una certeza: “El Señor está contigo;” (2) Le obliga a enfrentar su miedo, primero en lo pequeño y después en lo grande: así por ejemplo, cuando primero el cayado de Moisés se vuelve una serpiente, le manda: “¡Agárrala por la cola!”; (3) Le muestra cómo el faraón es sólo otro ser humano, y de victoria en victoria, consolida la fe de Moisés.

Neopaganismo vs. Nueva Evangelizacion, 3 de 3

[Predicación en el Retiro de Servidores de la Renovación Carismática, Región Andalucía Occidental, 2012.]

Tema 3 de 3: Tareas específicas.

* El límite de la sanación es que no sana al “yo” entronizado. Ese sólo se sana, o sea, se corrige cuando se entrega, participando en la Cruz.

* Frentes específicos de la Nueva Evangelización: (1) Afectividad y sexualidad: que hoy es tomada como un entretenimiento barato, o una droga que aplaca en individualismo inane a toda una generación;

(2) Defensa de la vida, desde su concepción hasta su muerte natural. Lucha unida a una preocupación coherente por la justicia social. Es una pelea durísima pero indispensable, sobre todo para que surja una conciencia menos confusa y más resuelta entre los jóvenes. Parte de esta pelea implica una formación de la conciencia mucho mejor en su calidad.

(3) Evangelización explícita. Sólo crecen los carismas que se gastan. Es invaluable e intransferible la experiencia de ser despreciados alguna vez por causa de seguir a Cristo. No puede ser que el mal juegue con profesionales y nosotros sigamos como aficionados. Y no se puede respetar tanto que nos acobardemos.