Perfectae Caritatis, 04 de 12, Palabras del Concilio a los religiosos

[Meditaciones para el Retiro Espiritual anual de un grupo de Hermanas Dominicas de la Inmaculada, en Quito, Ecuador.]

Tema 4 de 12: Palabras del Concilio a los religiosos

* En dos lugares principales se dirigen los padres conciliares a los religiosos: en el Capítulo VI de la Constitución sobre la Iglesia (Lumen Gentium) y en el Decreto sobre la Renovación de la Vida Religiosa (Perfectae Caritatis). De esos textos surge un claro perfil de la vida religiosa:

(1) Es un don del Espíritu Santo para la Iglesia; don que la embellece pero también le ayuda de muchas maneras a cumplir su misión.

(2) Tiene una referencia directa a Cristo, en la donación concreta y específica de sí mismo; este aspecto lo hace visible la profesión de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia.

(3) La vida consagrada no es intermedia entre la forma de vida de los clérigos y la de los laicos; no pertenece de suyo a la jerarquía de la Iglesia sino que vale ante todo por su carácter de signo.

(4) La vida consagrada re-presenta y manifiesta a la vez el carácter de la existencia que Cristo llevó en esta tierra, y el carácter definitivo de los bienes celestiales, término al que todos los bautizados tienden.

(5) La vida religiosa no constituye una “iglesia dentro de la Iglesia” sino que, desde su nacimiento depende del mismo alimento y está bajo el cuidado de los mismos pastores que todos tienen.

(6) La consagración religiosa tiene carácter de holocausto o inmolación, y en ese sentido resulta incomprensible sin la abundancia de un amor que quiere darse por completo.

(7) Es sello característico de la consagración religiosa la alegría. Cuando esta falta, la causa inmediata hay que buscarla en la falta de la donación, pues es ésta la que lleva a percibir el sabor del Evangelio.

* Si es necesaria una “renovación” de la vida religiosa, es ante todo porque el carácter de “signo” de la primacía del Reinado de Dios se ha opacado u oscurecido.

* Este diagnóstico no habría de mejorar en el postconcilio. El mundo de la postguerra, esilusionado de las grandes verdades y de los “grandes relatos” (Vattimo) se vuelca y derrama en una pluralidad de pequeñas y transitorias certezas por lo menos en lo que respecta a definir el sentido de la ida y los criterios sobre el bien y el mal.

* Toda una generación está convencida de la tecnología y es obediente a la voz de la ciencia, por ejemplo, en la medicina, pero no serían capaces de confiar hasta el fondo en temas tan urgentes y profundos como el detestar el pecado o el amar con generosidad y sin límites el proyecto y la persona de Jesús.

* Por supuesto, quitado el alimento de la generosidad, la vida religiosa se enreda en muchos proyectos sobre realidades más o menos atrayentes o populares, pero carentes de la fascinación y hondura que sólo tiene el darlo todo por Cristo.

* Y de ello mismo entendemos dónde está el antídoto: es el que señala Perfectae Caritatis cuando nos invita a ir a la fuente.

Perfectae Caritatis, 02 de 12, Contexto histórico del Concilio Vaticano II

[Meditaciones para el Retiro Espiritual anual de un grupo de Hermanas Dominicas de la Inmaculada, en Quito, Ecuador.]

Tema 2 de 12: Contexto histórico del Concilio Vaticano II

* En la sesión inaugural del Concilio Vaticano II, el papa Juan XXIII subrayó el carácter “pastoral” de aquel evento. Para comprender qué implican esas palabras hay que acercarse a los tres últimos siglos de la historia de la Iglesia.

* A la base está una ruptura que se hizo visible en el siglo XVIII con la Ilustración y con la Revolución Francesa. La nueva clase de “intelectuales,” formados en el enciclopedismo y la masonería, sentía particular repulsión hacia la Iglesia, a la que consideraban una institución corrupta y egoísta que se alimenta de la ignorancia y la superstición.

* Aquellos intelectuales del XVIIII no eran todavía ateos, sino “deístas,” es decir, aceptaban que un “dios” era necesario para completar una explicación racional del mundo pero negaban que ese dios tuviera una injerencia en las vidas de los seres humanos particulares. Les repugnaba la idea de una “revelación” y por tanto, de un “clero” que en algún sentido pudiera representar a ese dios.

* Del deísmo no es difícil el paso al ateísmo: un dios tan lejano e inocuo como el que enseñaban aquellos arrogantes intelectuales en realidad no hacía falta ni en la vida personal ni menos en la vida social. La consecuencia práctica de esta postura fue el desprecio sistemático a la fe revelada y el ataque frontal a la Iglesia.

* La primera reacción de la Iglesia fue también contundente. El Syllabus del Papa Pío IX es una colección de condenaciones y anatemas. Décadas después, la encíclica Pascendi de San Pío X resumiría la situación de la Iglesia ante el mundo en términos de pura confrontación. El enemigo central, según señala esa encíclica, es el Modernismo.

* ¿En qué consiste el Modernismo, como herejía? En la presentación de la verdad como completamente dependiente del contexto. Según el modernismo, nada sería realmente estable y ninguna afirmación sería realmente definitiva pues, si no los enunciados mismos, las interpretaciones de los enunciados estaría siempre sujetas a las condiciones culturales, filosóficas y científicas, al punto de que algo que se dijo y creyó en un cierto contexto ya no sería posible enseñarlo en otro contexto.

* Es comprensible la actitud firme y beligerante de la Iglesia frente a tantos ataques frontales pero hay que tomar nota que poco a poco se fue gestando otro modo de respuesta, especialmente a través de tres corrientes vitales:

(1) El Movimiento Litúrgico, que tuvo su epicentro en la Abadía de Solesmes, destaca la necesidad de una liturgia más participativa y fructuosa, con mayor presencia de la Sagrada Escritura y de los Padres de la Iglesia, y con un centro más claro en la Pascua y por consiguiente en torno al Año Litúrgico.

(2) El Movimiento Bíblico quiere evitar dos extremos: el racionalismo de la Ilustración niega la posibilidad de la revelación y por tanto propone “pensar y no creer;” por otro lado, algunas formas de piedad miran con desconfianza la tarea del intelecto y en la práctica proponen “creer y no pensar.” Fr. José Ma. Lagrange, O.P., fundador de la Escuela Bíblica de Jerusalén, quiere afirmar ambos, el creer y el pensar, que ciertamente incluye investigar. Un primer fruto, pequeño pero enormemente significativo, fue la entrada franca de la enseñanza sobre los géneros literarios de la Biblia en el magisterio de la Iglesia.

(3) Movimiento Teológico. Desde la neoescolástica hasta la teología narrativa, el final del siglo XIX y la primera mitad del XX vieron una floración de tendencias de muy diversos estilos, no todos ortodoxos. Una convicción sí quedó clara: que la teología no puede verse como un saber de piedra, establecido para siempre e inalterable, pero tampoco como un bulto amorfo al estilo del pensamiento modernista. La imagen apropiada es la de la evolución homogénea del dogma, es decir, como un árbol de hondas raíces, y con un tronco y ramas principales bien firmes, pero que no cesa de crecer, como organismo vivo que es.

Perfectae Caritatis, 01 de 12, Introducción

[Meditaciones para el Retiro Espiritual anual de un grupo de Hermanas Dominicas de la Inmaculada, en Quito, Ecuador.]

Tema 1 de 12: Introducción

* Al convocar el Año de la Fe, el papa Benedicto XVI subrayó el hecho de que hemos alcanzado 50 años de la inauguración del Concilio Vaticano II: es tiempo que invita a un balance sobre la recepción de los documentos conciliares, y en este caso, sobre todo el decreto sobre la Vida Religiosa, que lleva por título, en latín, Perfectae Caritatis.

* Hay que acercarse entonces a la historia del Concilio Vaticano II, y eso implica dar una mirada a la vida del Papa Juan XXIII, que lo convocó. Fuente invaluable para ese conocimiento es el “Diario de un Alma,” obra autobiográfica única, en la que Angelo Giuseppe Roncalli nos permite recorrer su camino vocacional desde la época de seminarista hasta su servicio en la Sede de Pedro.

* Tres rasgos se destacan en esa semblanza autobiográfica.

(1) Roncalli, ya de joven, comprende que la búsqueda de la voluntad de Dios es esencial para su vocación. Pero este “buscar,” a medida que avanza su vida, se convierte sobre todo en un “confiar.” La certeza de que la Providencia guía su vida, y la certeza de que el amor de Dios lo espera detrás de cada incertidumbre se convierten en fuente de fortaleza e incluso de optimismo.

(2) De una familia numerosa, sencilla, devota y alegre, Roncalli tiene un perfil de personalidad notablemente sano. Esa sanidad interior se refleja en una personalidad equilibrada que se aparta instintivamente de los extremos, y que sabe salir de sí misma para preocuparse con sinceridad por los demás. Tal armonía interior y exterior le hace particularmente amable.

(3) Roncalli recibió diversos encargos y comisiones en contextos muy diversos, desde la Bulgaria comunista hasta la secularizada Francia. Encontró un idioma común para la humanidad en el hecho simplísimo de ser bueno y de buscar hacer el bien. Una de sus frases favoritas: “La bondad ha hecho serena mi vida.”

* Confianza, armonía y bondad describen en alguna medida el perfil interior de este hombre llamado por la providencia divina para suceder a Pío XIII.

¿Para qué sirve un noviciado?

¿Qué busca, qué quiere… un joven que llama a las puertas de un convento dominicano? Al concluir el prenoviciado, si la decisión es firme y la vocación dominicana ha encontrado sentido, se inicia el noviciado. El ensayo ha concluido y los pasos que se dan tienen ya una orientación clara.

Es Dios quien llama a la vida religiosa, en este caso a la vida dominicana, y quien, a través de la acción del Espíritu, actúa en lo más secreto del corazón; es fundamental reconocer su presencia y su acción en cada momento.

El noviciado es decir “aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”, es un tiempo de retiro de toda actividad habitual, dispuesto y disponible para el Señor y para la Orden Dominicana…

Se trata, pues, de conocer, profundizar, aclarar, probar, “echar los cimientos, buscar la roca sobre la que construir…” esa vocación con pasión y con compasión de Dios y de los hermanos, para no convertirnos en meros vendedores de palabras y deseos. De ahí que también tengamos que conocer los elementos que van a alimentar la vida dominicana. Todo con “la misericordia de Dios y la de la comunidad de los frailes dominicos” que nos acogen. Esas son las palabras con las que se inicia el noviciado y se viste el hábito blanco y negro de Santo Domingo de Guzmán.

Se ha dicho que en el noviciado se trata “de configurar el disco duro del novicio al sistema operativo del instituto religioso”, pero aquí no se trata de manipular y cambiar la persona que viene con toda su buena disposición y afán de búsqueda de los caminos del Señor, sino de ofrecerle una forma de vivir el Evangelio conforme al espíritu y carisma de Domingo de Guzmán.

Y, mientras, la Orden de Predicadores tratará de conocer a quien quiere formar parte de ella, a la vez que ella se da a conocer a quien desea formar parte de la misma. [Texto de Ser Fraile Dominico]

La Vocación, 11 de 16, Los verbos de Jesús

[Retiro espiritual en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Floridablanca, Santander, Colombia. Julio de 2013.]

Tema 11 de 16: Los verbos de Jesús

* Hechos 10,38 condensa la misión de Cristo en estas palabras: “pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal.” Ese dato es punto de referencia y mandato para todo cristiano.

* Los religiosos, sin embargo, deseamos acercarnos más a lo específico de la vida que él llevó. Sobresalen así siete verbos que podemos considerar descriptivos del ser y la misión de Cristo:

(1) Enseñar: lo vemos en su predicación y sus consejos.

(2) Sanar: desde su corazón compasivo, cada curación es expresión de la llegada del Dios que se abaja y se compadece.

(3) Liberar: lo dice expresamente Pedro en su discurso de Hechos 10; las heridas más hondas provienen de la maldad del enemigo del género humano, y sólo liberados de su nefasto poder podemos aspirar el aroma de libertad de los Hijos de Dios.

(4) Orar: Su descanso y la fuerza viva de su ministerio están en la unión con el Padre.

(5) Padecer: No es simplemente aguantar; es detener la cadena de irresponsabilidades y complicidades que transfieren a otros, más inocentes que nosotros, los males que nosotros sufrimos.

(6) Ocultarse: Ser “paisaje” es dar ocasión a otros para que sobresalgan, pero sobre todo para que se sientan acogidos.

(7) Acampar: Acompañar y dejarse acompañar es santificar con el hecho mismo de su existencia–su ser Encarnado–a quienes así pudieron “contemplar su gloria” (Juan 1,14).

La Vocación, 10 de 16, Jesucristo pasó haciendo el bien

[Retiro espiritual en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Floridablanca, Santander, Colombia. Julio de 2013.]

Tema 10 de 16: Jesucristo pasó haciendo el bien

* Si la vida consagrada es “cercano seguimiento de Cristo,” es preciso acercarse a su misterio para descubrir cuál es su vida, para que sea nuestra.

* En su profunda simplicidad, el deseo de hacer el bien compendia lo mejor del corazón humano. Sirve de criterio para evaluar nuestra presencia en las comunidades o lugares donde estamos: al pasar por este mundo dejamos un rastro o aroma, y hemos de preguntarnos si es el buen olor de Cristo.

* Hemos sido ungidos con el crisma, aceite consagrado y perfumando, en el bautismo y en la confirmación. La vida religiosa es una plenitud de vida bautismal que, en unión con Cristo, hace presente el Reino.

* Pedro, muy cerca de Cristo, no habla de un Cristo “de visita” sino de la verdad de una bondad que brota del ser más íntimo del Señor.

* El Mesías no sólo es auténtico, en el sentido de mostrar exteriormente lo que es interiormente, sino que es verdadero, en el sentido de que su ser interior es conforme con el verdadero querer de Dios, en el cual está siempre nuestra plenitud. Tal ha de ser nuestro ideal.

La Vocación, 09 de 16, Seglares y religiosos

[Retiro espiritual en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Floridablanca, Santander, Colombia. Julio de 2013.]

Tema 9 de 16: Seglares y religiosos

* La definición más común sobre la esencia de la vida religiosa es “seguimiento de Cristo.” Pero esa expresión requiere de algunas aclaraciones porque se supone que todo discípulo debe ser seguidor del Señor.

* El punto de partida es que el Evangelio es anuncio de gracia que nos llama a sabernos amados por el Padre del Cielo, y que al integrarnos en la comunidad de creyentes, nos da también la fuerza del Espíritu para anunciar e impulsar el Reino de Dios en todo y en todos.

* Al aceptar el Evangelio puede decirse que acogemos el fruto que Cristo ganó para nosotros con su abundante amor particularmente manifiesto y eficaz en la Cruz. Ese fruto recibido es motivo de gratitud y fuente de vida para todos los creyentes, sin distinción alguna.

* Ha querido el Espíritu, sin embargo, que el servicio al Reinado de Dios suceda de modos diversos, pues en efecto ninguna creatura expresa en su perfecta totalidad al Dios infinitamente sabio, compasivo y poderoso. Dos modos principales de vivir la vocación cristiana son:

(1) Hay algunos que se sienten fascinados por el camino o manera que siguió Cristo, en su existencia concreta, hasta darnos ese fruto de salvación. Quienes esto sienten se inclinan hacia la que llamamos “vida consagrada” (aunque el bautismo es la consagración primera y fundante). Los consagrados se convierten así en memoria del misterio de la Encarnación y profecía de lo que un día todos seremos, pues en el Cielo no habrá necesidad de nada distinto al amor y alabanza a Dios.

(2) Otros, en cambio, agradeciendo siempre el fruto de salvación, no fijan su corazón en primer lugar en unirse al modo de vida del Verbo Encarnado sino que anhelan ver la extensión de su reino en las realidades de este mundo, que precisamente ha sido renovado por Él. Tal es la vocación laical.

La Humildad de Cristo, 12 de 12, Votos y Vida Consagrada

[Retiro Espiritual “De Nazareth a la Cruz; de la Cruz a la Luz,” ofrecido a las Hermanas Dominicas Nazarenas, con ocasión de su IX Capítulo General Electivo en Diciembre de 2012.]

Tema 12: Votos y Vida Consagrada

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* Tres miradas concurrentes:

(1) La vida comunitaria es el “voto integral.” Allí donde se vive la dimensión comunitaria en plenitud resulta natural vivir en pobreza, castidad y obediencia. Donde la comunidad es frágil o de un ambiente malsano, la observancia de los votos resulta casi imposible.

(2) Los votos no sólo tienen un valor religioso: tocan realidades antropológicas hondas que acontecen allí donde hay seres humanos. El tener, el poder y el disfrutar; el dinero, las decisiones y los afectos: hay modos distintos de describir cómo los votos apuntan a lo más profundo de nuestros anhelos, temores y sueños.

(3) La humildad del cuerpo es la pobreza; la humildad del corazón es la castidad; la humildad de la mente es la obediencia.

La Verdad y el Amor, 11 de 12, Fe y consejos evangelicos

[Retiro Espiritual en el Real Monasterio de Monjas Dominicas en Caleruega, Octubre de 2012.]

Tema 11 de 12: Fe y consejos evangélicos

* Los “consejos” que brotan del Evangelio son susurros del Espíritu Santo, voces suyas que nos ayudan a descubrir en lo concreto e irrepetible de cada vida dónde está nuestro bien, no como contrapuesto sino como integral al bien de la Iglesia.

* Los consejos que da el Espíritu son también impulsos suyos que nos ayudan a vencer nuestras malas inclinaciones, y que a la vez nos dan una pregustación del bien que nos aguarda, como si nos dijera: “Sigue por aquí, que te conviene, y te irá bien…”

* Es la fe la que mantiene abierto el canal a esa voz del Espíritu. Con fe hemos recibido el primer anuncio. Con fe hemos obedecido ya, al desechar nuestros antiguos pecados. Si se cierra el canal de la fe no valdrá haberlo tenido abierto porque la vida no está en empezar sino en continuar, no perderse, perseverar hasta la meta.

* Además, si se cierra el canal que nos acerca las voces del Cielo pronto se abrirán los canales que traen las voces de infierno. Si no atendemos a los susurros de la gracia, los susurros que tientan con tipo de soberbias, codicias y lujurias nos irán conquistando desde dentro.

* Bien se ve que no pueden vivirse los votos si no hay por dentro fascinación con los consejos, y no podrán recibirse los consejos sin la fe que nos hace sensibles y a la vez inteligentes a la voz de Dios, y su voluntad.

* Suele definirse a la vida consagrada como “seguimiento de Cristo.” Pues hay que anotar: (1) Seguirle implica que nos pase lo que a él le pasó. Sin la sabiduría de la Cruz no habrá seguimiento del Crucificado. (2) Seguirle requiere que se le vea, que se le tenga a la vista, y eso lo da la fe. Pedros se hundió en las aguas cuando quitó la fe y la mirada de Cristo, mientras que la Carta a los Hebreos invita a que tengamos nuestros ojos siempre en él, como lo concede la fe.

La Verdad y el Amor, 10 de 12, Fe y sentido de comunidad

[Retiro Espiritual en el Real Monasterio de Monjas Dominicas en Caleruega, Octubre de 2012.]

Tema 10 de 12: Fe y sentido de comunidad

* En Hechos 2,42-47 los cristianos de todos los tiempos han visto una referencia clave a lo que significa ser comunidad creyente. Un examen atento es indispensable porque hoy como nunca necesitamos encontrar caminos de superación del individualismo rampante y el egoísmo prevalente.

* Hay que notar que hay mitos sobre lo que se supone suficiente para crear una comunidad unida, funcional y hasta cierto punto feliz: (1) A veces se cree que es asunto de ser educados y cultivar las virtudes humanas. (2) Otras veces se piensa que basta con que todos nos empeñemos (“echemos ganas”), de modo que la suma de buenas voluntades logre el efecto. (3) En otras ocasiones se quiere solucionar las dificultades internas concentrando las fuerzas y sobre todo la atención en determinados proyectos, a la manera de tantos líderes políticos que inventan guerras cada vez que el producto interno cae. (4) Y hay también tiempos en que uno cree que todo consiste en no meterse con los demás, sino sencillamente encerrarse uno en su pequeño mundo, de modo que la vida comunitaria del convento se limite a lo estrictamente necesario, y a hablar de trivialidades y cosas externas.

* Aunque ser prudentes, educados o entusiastas algo puede aportar, la fraternidad que brota del encuentro con elmisterio de Cristo es mucho más que eso. Lo primero que menciona Lucas es que ellos eran fieles “a la enseñanza de los apóstoles”: esa enseñanza no es sino la prolongación y afianzamiento de la primera predicación, el kerigma, que en el mismo capítulo 2 de los Hechos de los Apóstoles, sigue inmediatamente al prodigio de Pentecostés.

* Eso demuestra que lo fundamental para crear comunidad es fortalecer una sola mente y un solo corazón, es decir: cuanto más se escucha a Cristo, y más se comulga con Cristo, y más reina Cristo, mayor y más perfecta es la unidad entre los de Cristo. Y cuanto más recibimos a Cristo como tesoro de todos, más resulta evidente y sencillo compartir los que el mundo llama tesoros, incluyendo los bienes materiales.

* En Colosenses 2, hacia el final, aparece otro criterio importante: Cuando nos reconocemos mutuamente como “elegidos, santos y amados” de Dios, reconocemos también la lógica interna, la necesidad de sentir reverencia y misericordia ante el hermano. Mi hermano es una historia de amor y de gracia que Dios va llevando, y yo soy uno entre muchos instrumentos, que Dios puede usar para adelantar esa historia cuyo final es el cielo mismo de Dios.

Espiritualidad de la Vida Apostolica, 12 de 12

Espiritualidad de la Vida Apostólica. Retiro Espiritual con las Dominicas de la Inmaculada, en Cuenca (Ecuador).

Tema 12 de 12: Futuro.

* Son numerosas las INCERTIDUMBRES que plantea el futuro tanto inmediato como a largo plazo. Van en tres líneas: (1) Vocaciones; (2) Sostenibilidad de las obras; (3) Presiones externas (cambios en la población o en el gobierno).

* Además de las incertidumbres, hay PREGUNTAS que tensan y desestabilizan el corazón y el ambiente de comunidad. Destacan estas: (1) ¿Tiene sentido permanecer? (2) ¿Somos expresión de una vida acorde con el evangelio? (3) ¿Qué somos en comparación con el impulso y avance de los seglares/laicos?

* Estas preguntas nacen de FACTORES RECIENTES, relativamente hablando: (1) La ideología de mercado, que nos hace individualistas, materialistas, utilitarios; (2) La mentalidad de “desquite” que implica el amor al éxito y al progreso como lo presenta el mundo; (3) La llamada liberación femenina.

* Por eso hay PROPUESTAS que tienen cierta urgencia: (1) Una vida mucho más centrada en Jesucristo: pasamos demasiado tiempo pensándonos y mirándonos mutuamente; (2) Nuestro tesoro es una vida sabia, que sabe hablar de Cristo por experiencia cercana y profunda: eso no nos lo pueden quitar; (3) Necesitamos una “conversión de la mirada” para vencer la murmuración y el juzgamiento con la conciencia de que nuestros dones son distintos pero no opuestos; (4) Cada día hay que revisar nuestro interés por evangelizar a cada persona que esté en nuestro ambiente o en nuestras obras; (5) Hay que practicar el sano abandono, como personas y como comunidades, sabiendo que es el Señor el que da el querer y el obrar.

* Hay PROPUESTAS específicas para la promoción vocacional: (1) La tarea de motivar y acoger nuevas vocaciones no puede sencillamente delegarse en algunas: es labor de todas y cada una. (2) Los encuentro de promoción y el diálogo con las candidatas han de llevar muy abiertamente el sello de la cruz de amor, cruz bendita de Jesucristo: eso es darles un recurso y tesoro que no falla. (3) Es preciso invitarlas a apreciar la fecundidad de los tiempos de soledad, como encuentro con el Amado.

Espiritualidad de la Vida Apostolica, 11 de 12

Espiritualidad de la Vida Apostólica. Retiro Espiritual con las Dominicas de la Inmaculada, en Cuenca (Ecuador).

Tema 11 de 12: Pobreza.

* Mientras que la obediencia y la castidad apuntan a realidades “interiores” como es la propia voluntad o los afectos, lo concerniente a la pobreza es mucho más visible precisamente porque alude a las cosas.

* Es lógico entonces que históricamente este voto haya sido ocasión de divisiones y disputas a distintos niveles, desde los cátaros hasta los luteranos; desde los fratricelli hasta los entusiastas de la teología de la liberación.

* Un peligro en el que muchos han caído es despojar el cuerpo para cargar de soberbia el alma: hacer de una práctica estricta o “profética” de la pobreza un arma arrojadiza contra los institucional en la Iglesia. Pero por otro lado, no se puede negar que muchas comunidades religiosas se han dejado seducir por la seguridad y bienestar que da el aliarse con los ricos y poderosos.

* La mendicancia, o en general, el depender de donaciones, parece algo evangélicamente elocuente al principio pero luego uno ve el peligro que entraña depender de quienes lo sostienen a uno o a las obras por las que se ha luchado tanto. Parece mejor conservar la independencia de acción y vivir con sobriedad y alegría del trabajo realizado.

* La “inserción” propuesta por la línea de la Teología de la Liberación contiene grandes dosis de despojo y de heroísmo pero es cuestionable como camino real de impacto social en la evangelización. Al perder el camino institucional los frutos quedan a menudo reducidos a ámbitos mínimos de vecindario, sin mayor futuro vocacional ni sostenibilidad a largo plazo.

* Todo ello nos lleva a preguntarnos por los excesos que se cometen en cuanto a nuestra manera de relacionarse con las cosas. Van en cuatro líneas: (1) Afán de acumular; (2) Uso indebido o irresponsable (desperdicio), con mentalidad de “potentado;” (3) Ostentación, por ejemplo en algunas edificaciones o en cosas de uso personal; (4) Deseo de estrenar, en parte por vanidad, en parte por creer uno que “no ha perdido nada” con hacerse religioso, pues sigue en la vanguardia de lo que el mundo ofrece.

* Recomendaciones prácticas: (1) Compartiremos con sabiduría, alegría y amor nuestros bienes si empezamos por compartir el gran Bien que es Cristo mismo. (2) Capacidad de autocrítica, si uno se siente voz profética de la pobreza: busque entonces la mansedumbre, la humildad y sobre todo, la caridad. (3) Las escapadas en solitario son estériles: quedan como anécdotas sin fruto; nuestra pobreza está ligada a la renovación de la comunidad como tal. (4) Jamás opongamos carisma e institución; lo nuestro no es atacar las instituciones sino buscar que sean vehículos del servicio al Evangelio y al Pueblo de Dios.

Espiritualidad de la Vida Apostolica, 10 de 12

Espiritualidad de la Vida Apostólica. Retiro Espiritual con las Dominicas de la Inmaculada, en Cuenca (Ecuador).

Tema 10 de 12: Castidad.

* El martirio y la virginidad fueron quizás las novedades más grandes de la fe cristiana dentro del mundo pagano, un mundo que miraba la sexualidad como entretenimiento o vía de escape de la dureza de lo cotidiano.

* La verdad es que el corazón humano, hecho para el infinito, necesita alguna forma de ebriedad. El amor que da el Espíritu Santo proporciona una ebriedad que no daña. Ese el amor que queda particularmente manifiesto en una vida virginal. Y el mundo necesita ese tipo de amor, aunque lo ridiculice o margine.

* Siempre ha sido difícil la verdadera fidelidad en el voto de castidad pero hoy hay factores que añaden dificultad: (1) La enorme industria que, como pulpo, se lucra de todo tipo de desviaciones en el amor humano, desde la pornografía y la anticoncepción hasta el aborto. (2) El individualismo rampante. (3) Idolatría del amor sensual, cerrado, de pareja, en el que propiamente no interesa el sexo de los implicados. (4) El anonimato, que crea una falsa sensación de libertad en la intimidad.

* Claves para una castidad para el siglo XXI: (1) Recuperar el sentido de la clausura, aplicado a cada una de las pantallas (televisión, celulares, Internet…), que son como ventanas. (2) Tomar una postura activa: aprender a usar los nuevos medios como caminos de evangelización. (3) Transparencia: aprender a tener una presencia real y honesta en Internet, conocidos por la comunidad. (4) Sigue siendo válido que lo que hay que esconder seguramente está mal. (5) En el silencio ante Jesucristo tendrás el diagnóstico de tu uso o abuso de los medios que te rodean, y tendrás noticia del estado de tu voto.

Espiritualidad de la Vida Apostolica, 09 de 12

Espiritualidad de la Vida Apostólica. Retiro Espiritual con las Dominicas de la Inmaculada, en Cuenca (Ecuador).

Tema 9 de 12: Introducción a los Votos. La obediencia.

* Anotaciones preliminares generales sobre los votos:

(1) La fuente y referencia primera de nuestros votos es la Persona de Jesucristo.

(2) La vida en comunidad es el voto “integral,” que en cierto sentido los contiene a todos.

(3) Los votos son solidarios entre sí: se viven todos o se pierden todos.

(4) Son la expresión y cauce de nuestra ofrenda y el modo de nuestra unión con el misterio de Cristo en su Pasión y su Pascua.

(5) Han de vivirse no de manera extrínseca, como reglamento impuesto, sino como expresión de una convicción y amor interior.

* Sobre la obediencia. El voto de obediencia empieza cuando nuestra mente y corazón se rinden al poder, la verdad y la hermosura de Cristo.

* Rendirse a Cristo es perder los planes pálidos y cortos que uno tenía, y abrirse con generosidad al plan nuevo, amplio, profundo y bello que él ha preparado para mí, junto con mis hermanos.

* Uno puede o podría vivir en obediencia a Cristo de muchas maneras pero algunos hemos encontrado en la vida de comunidad un modo ideado por el Espíritu Santo para hacer de cada aspecto de la vida un servicio directo y seguimiento cercano a Cristo. Esa es la vida religiosa.

* La obediencia se vive en plenitud cuando nos hemos rendido a Cristo, somos transparentes en la comunicación con el superior, y al final permanecemos disponibles para servir y amar donde sea requerido. La verdad es que pare el verdadero obediente el lugar o el modo importan poco porque en ningún lugar podrán apartarlo del amor de su Señor.